Pinochet

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Notas

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[110] Junio Valerio Borghese fue un combatiente fascista en la Segunda Guerra Mundial y en los años setenta era el presidente honorario del Movimiento Social Italiano y fundador de la Asociación de Excombatientes de la República de Saló. A fines de 1970, organizó un golpe de Estado en Italia, que fracasó. González Calleja, Eduardo, Gue- rras no ortodoxas. La “estrategia de la tensión” y las redes del terrorismo neofascista, Madrid, Catarata, 2018, pp. 40-41. Estaba estrechamente conectado a la CIA a través de la Red Gladio. Ganser, Daniele, Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa occidental, Barcelona, El Viejo Topo, 2005, p. 123.

[111] Mayorga Marcos, pp. 135-137.

[112] El 17 de enero de 1975, Leighton envió un mensaje público a Chile en el que de manera muy significativa reconoció el error de haber votado la declaración de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de 1973 («errores de esta especie fueron nuestra inconsciente contribución a la catástrofe del “11 de septiembre”») y convocó a la lucha por la democracia: «Los políticos demócratas no tenemos otro camino que resistir y combatir la dictadura instaurada en nuestro país, con la palabra, con la pluma y, exceptuando el recurso de la violencia, con todos los medios que se encuentren moralmente a nuestro alcance (...) debemos buscar la unidad en contra del régimen dictatorial, seguros de que Chile no nació para vivir como ahora vive». Chile-Amé- rica, n.º 4, Roma, enero de 1975, pp. 11-12.

[113] Martorell, Francisco, Operación Cóndor. El vuelo de la muerte, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999, p. 129.

[114] Salazar (1995), pp. 69-70.

[115] Entrevista a Ana Fresno. Archivo del autor.

[116] El 19 de junio de 1978, el dictador autorizó el regreso de Leighton a Chile, donde falleció el 26 de enero de 1995 a los 85 años. Cinco meses más tarde, la justicia italiana condenó en ausencia a Manuel Contreras y Raúl Iturriaga Neumann, a veinte y dieciocho años de presidio, respectivamente, como autores intelectuales del atentado contra Bernardo Leighton y Ana Fresno. Dos años antes Townley ya había sido condenado en ausencia a dieciocho años de cárcel. En enero de 2001, la Corte Suprema rechazó conceder la extradición a Italia del director de la DINA y del jefe de su Departamento Exterior.

[117] Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 25 de noviembre de 1975, p. 35.

[118] Olmeda, Fernando, El Valle de los Caídos. Una memoria de España, Madrid, Península, 2009, p. 348.

[119] Preston, Paul, Juan Carlos. El rey de un pueblo, Madrid, Debate, 2012, p. 362.

[120] La Tercera, Santiago de Chile, 29 de junio de 1975, p. 24.

[121] Sobre el apoyo que la CIA brindó a la DINA desde su creación, con la aprobación previa de Pinochet, véase: Kornbluh (2004, edición en español), pp. 150-160.

[122] Kornbluh, Peter, «Documentos desclasificados muestran a Contreras como emisario secreto de Pinochet para Kissinger», Ciper, Santiago de Chile, 23 de diciembre de 2015, en Ciperchile.cl, <https://ciper chile.cl/2015/12/23/documentos-desclasificados-muestran-a-contre ras-como-emisario-secreto-de-pinochet-para-kissinger/>.

[123] Montoya, Roberto y Pereyra, Daniel, El caso Pinochet y la impuni- dad en América Latina, Buenos Aires, Pandemia, 2000, pp. 87-88. Este centro de entrenamiento en Manaos lo dirigía el general francés Paul Aussaresses, quien en el combate contra el Frente de Liberación Nacional argelino (1954-1962) aplicó y desarrolló las prácticas de la «guerra sucia». De ese mismo conflicto surgió el texto La guerra mo- derna, de Roger Trinquier, que legitimó en el plano teórico la tortura, el terrorismo de Estado y los asesinatos en la lucha contrarrevolucionaria. Véase: Gutiérrez Tapia, Cristián, La contrasubversión como política. La doctrina de guerra revolucionaria francesa y su impacto en las FFAA de Chile y Argentina, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2018.

[124] Así lo sugirió el coronel de aviación Mario Jahn, subdirector de la DINA en noviembre de 1975, en su declaración del 13 de octubre de 2003 ante el magistrado Juan Guzmán Tapia en la Causa Rol n.º 2192-98, Fojas 2375-2379.

[125] Rico, Álvaro, «Revisiones sobre la caracterización del golpe y la dictadura en Uruguay», en Ana Buriano Castro et al., Política y memoria. A cuarenta años de los golpes de Estado en Chile y Uruguay, México DF, Flacso, 2015, pp. 47-71.

[126] Garzón Real (2016), p. 94.

[127] Sobre el rol de Estados Unidos en la Operación Cóndor, véanse los recientes artículos de J. Patrice McSherry y John Dinges en: Garzón Real (2016), pp. 163-169 y 169-182. También este excelente trabajo: McSherry, J. Patrice, Los Estados depredadores: la Operación Cóndor y la guerra encubierta en América Latina, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009. Y Kornbluh (2004, edición en español), pp. 215-251.

[128] Garzón Real (2016), p. 260. Este estudio toma como fuente los informes oficiales sobre la represión de Chile, Argentina, Paraguay, Brasil y datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de la República de Uruguay. Sobre las víctimas chilenas, véase: Ortiz Rojas, María Luisa y Sandoval Osorio, Marcela Paz, eds., Operación Cóndor. Historias personales, memorias compartidas, Santiago de Chile, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, 2015. Incluye un documental dirigido por Pedro Chaskel.

[129] El propio Almada fue una de las víctimas de la Operación Cóndor, ya que, durante su reclusión entre 1974 y 1977 en Asunción, fue torturado también por agentes argentinos y chilenos, entre ellos el coronel de la FACh Horacio Otaíza. Fue considerado un «terrorista intelectual» por su tesis doctoral, Paraguay, educación y dependencia, y por promover una cooperativa de maestros. Su esposa, Celestina Pérez, falleció de un infarto cuando un oficial de policía la obligó a escuchar por teléfono sus gritos mientras era torturado.

[130] La CIA facilitó a la DINA sistemas informáticos y capacitación para el personal del banco de datos. En aquella época en América Latina los ordenadores eran casi inexistentes. Dinges, John, Operación Cón- dor. Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur, Santiago de Chile, Ediciones B, 2004, p. 174.

[131] Museo de la Justicia, Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos, Asunción (Paraguay). Se reproduce en: Garzón Real (2016), pp. 309-317.

[132] Acta reproducida en: Garzón Real (2016), pp. 318-321. Procede de la documentación donada por Codepu al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile. Véase también: CODEPU, Más allá de las fronteras. Estudio sobre las personas ejecutadas o desaparecidas fuera de Chile (1973-1990), Santiago de Chile, 1996.

[133] La Segunda, Santiago de Chile, 7 de julio de 2004, p. 34.

[134] El 17 de marzo de 1978, el general de brigada Enrique Valdés, viceministro de Relaciones Exteriores, se dirigió al director de la CNI para solicitar que le remitiera «un ejemplar del “Plan Cóndor”». Y el 9 de agosto de 1979, el ministro de Relaciones Exteriores, Hernán Cubillos, envió un oficio secreto al director de la CNI en el que señaló: «En vista de la creciente ola de ataques que provienen desde el exterior, el Ministerio estima indispensable entregar a nuestras misiones diplomáticas una información completa y esclarecedora acerca del “Plan Cóndor”». Weibel Barahona y Dorat Guerra, DVD adjunto a su libro.

[135] El País, Madrid, 28 de mayo de 2016, p. 8.

9. En la noche y la niebla

[1] Ercilla, Santiago de Chile, 2 de enero de 1976, pp. 12-16.

[2] El Cronista, Santiago de Chile, 2 de enero de 1976, p. 8.

[3] Esta Acta Constitucional se publicó en el Diario Oficial el 9 de enero de 1976, en el decreto ley n.º 1319.

[4] Archivo histórico de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 256.

[5] Frei Montalva, Eduardo, El mandato de la Historia y las exigencias del porvenir, Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, 1975. El libro apareció en 1976, ya que previamente la Dirección de Comunicación Social tuvo que autorizar su publicación y lo hizo con una circulación restringida de solo mil ejemplares. Cavallo et al., pp. 97-98.

[6] González, Mónica, «El informe secreto de Pinochet sobre los crímenes», Ciper, Santiago de Chile, 10 de septiembre de 2013, en Ciperchile.cl, <https://ciperchile.cl/2013/09/10/el-informe-secreto-de -pinochet-sobre-los-crimenes/>.

[7] La Tercera, Santiago de Chile, 12 de marzo de 1976, p. 4. Véase el intercambio de cartas entre Edward Kennedy y Augusto Pinochet en mayo de 1974 en: El Mercurio, Santiago de Chile, 5 de octubre de 1974, pp. 27-28.

[8] La Tercera, Santiago de Chile, 21 de abril de 1976, p. 5.

[9] Véanse las referencias extremadamente elogiosas a Pinochet en su biografía: Campodónico, Miguel Ángel, Antes del silencio. Bordaberry. Memorias de un presidente uruguayo, Montevideo, Linardi y Risso, 2003, pp. 129-142. Con motivo de su viaje, la Biblioteca del Palacio Legislativo de Uruguay publicó un documento titulado Chile y su Presidente Augusto Pinochet Ugarte.

[10] La Tercera, Santiago de Chile, 22 de abril de 1976, p. 25.

[11] El Cronista, Santiago de Chile, 23 de abril de 1976, pp. 1 y 5.

[12] El Cronista, Santiago de Chile, 24 de abril de 1976, p. 10.

[13] Ercilla, 29 de abril de 1976, pp. 9-11.

[14] El Mercurio, Santiago de Chile, 26 de abril de 1976, p. 8.

[15] El Mercurio, Santiago de Chile, 24 de abril de 1976, pp. 1 y 10.

[16] Véase: Hertz, Carmen et al., Operación exterminio. La represión contra los comunistas chilenos (1973-1976), Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2016.

[17] Rebolledo, Javier, La danza de los cuervos. El destino final de los de- tenidos desaparecidos, Santiago de Chile, Ceibo Ediciones, 2012, pp. 17-22.

[18] Esta investigación judicial deriva de la primera querella criminal presentada en Chile contra Pinochet el 12 de enero de 1998 por parte de Gladys Marín, secretaria general del Partido Comunista.

[19] Escalante, Jorge y Rebolledo, Javier, «Los “delfines” que exterminaron al PC», La Nación, Santiago de Chile, 1 de abril de 2007, pp. 26-28.

[20] Escalante, Jorge, «La brigada más cruel de la DINA», La Nación, Santiago de Chile, 11 de marzo de 2007, pp. 24-25.

[21] Escalante, Jorge y Rebolledo, Javier, «Los “delfines” que exterminaron al PC», La Nación, Santiago de Chile, 1 de abril de 2007, pp. 26-28.

[22] Qué Pasa, Santiago de Chile, 21 de abril de 1976, pp. 6-10.

[23] El Cronista, Santiago de Chile, 13 de mayo de 1976, p. 1.

[24] El 7 de enero de 1976, la circular reservada n.º 2 del Ministerio del Interior había establecido este procedimiento para solicitar antecedentes de personas: «a) De acuerdo a lo ordenado por S. E. el Presidente de la República, solo DINA entregará antecedentes de personas a los ministerios, reparticiones públicas e industrias del área estratégica...». Weibel Barahona y Dorat Guerra, DVD adjunto a su libro.

[25] Escalante, Jorge y Rebolledo, Javier, «Los “delfines” que exterminaron al PC», La Nación, Santiago de Chile, 1 de abril de 2007, pp. 26-28.

[26] Desde 1955 esta casa perteneció a Darío Sainte Marie, propietario del diario Clarín hasta su venta a Víctor Pey en 1972. Después del golpe de Estado, la dictadura se la apropió y la DINA la utilizó para sus cursos de inteligencia. También fue empleada durante la reunión fundacional de la Operación Cóndor. Skoknic, Francisca, «Casa de Piedra: el secreto lugar de juerga y tortura de la DINA», Ciper, Santiago de Chile, 2 de noviembre de 2007, en Ciperchile.cl, <https://ciper chile.cl/2007/11/02/casa-de-piedra/>.

[27] Himmler, responsable del aparato de terror y represión nazi, visitó el campo de exterminio de Auschwitz el 17 y 18 de julio de 1942 y pidió que le mostraran cómo se asesinaba en una cámara de gas. Longerich, Peter, Heinrich Himmler. Biografía, Barcelona, RBA, 2009, p. 528.

[28] Escalante, Jorge, «Calle Conferencia es la causa con más procesados», La Nación, Santiago de Chile, 7 de marzo de 2007, p. 9. Aquella estrofa añadida al himno nacional, retirada en 1990, decía: «Vuestros nombres, valientes soldados / que habéis sido de Chile el sostén, / nuestros pechos los llevan grabados / lo sabrán nuestros hijos también. / Sean ellos el grito de muerte / que lancemos marchando a lidiar / y sonando en la boca del fuerte, / hagan siempre al tirano temblar».

[29] Ercilla, Santiago de Chile, 18 de mayo de 1977, pp. 20-25.

[30] Varas, José Miguel, «Recuerdo de Víctor Díaz», Rebelión, 17 de mayo de 2007, en Rebelion.org, <http://www.rebelion.org/noticia. php?id=50982>. Uno de los últimos libros de José Miguel Varas fue precisamente: Los tenaces, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2010.

[31] El único «error» en este método de encubrimiento de los asesinatos fue la aparición del cuerpo de Marta Ugarte en la playa de Los Molles en septiembre de 1976.

[32] En enero de 2016, los exagentes de la DINA, ya condenados por otras causas, Juan Morales, Pedro Espinoza, Carlos López, Rolf Wenderoth y Ricardo Lawrence, fueron sentenciados a veinte años de cárcel en primera instancia por el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Leopoldo Llanos. Manuel Contreras y Marcelo Moren fueron sobreseídos después de su fallecimiento. Germán Barriga, jefe de la Agrupación Delfín, se suicidó en 2005 cuando era inminente su ingreso en prisión por su responsabilidad en cuatro casos de violaciones de los derechos humanos ocurridos en 1974. Vergara, Carlos Antonio, «El terror contra el PC», Punto Final, n.º 849, Santiago de Chile, 15 de abril de 2016, pp. 16-17. En diciembre de 2018, el ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez, condenó a cincuenta y tres exmiembros de la DINA por el secuestro, tortura y desaparición de los dirigentes comunistas apresados en mayo de 1976. Pérez, Ricardo, «Condenan a 53 exagentes de la DINA por la eliminación de cúpula del PC en 1976», La Nación, Santiago de Chile, 4 de diciembre de 2018, en Lanacion.cl, <http:// lanacion.cl/2018/12/04/condenan-a-53-exagentes-de-la-dina-por-laeliminacion-de-cupula-del-pc-en-1976/>.

[33] Cavallo et al., p. 128.

[34] Véase este informe en: Chile-América, n.º 19-21, Roma, junio-julio de 1976, pp. 172-213.

[35] Jaime Castillo Velasco y Eugenio Velasco fueron expulsados del país en agosto de aquel año, como ya le había sucedido a Renán Fuentealba a fines de 1974. Véase el relato detallado de la expulsión de este último en: González Camus, Ignacio, Renán Fuentealba. En la génesis de la Concertación, Santiago de Chile, Catalonia, 2007, pp. 199-220.

[36] Chile-América, n.º 19-21, Roma, junio-julio de 1976, pp. 161-167.

[37] La Tercera, Santiago de Chile, 5 de junio de 1976, p. 2.

[38] Cavallo et al., p. 131.

[39] Kornbluh (2004, edición en español), pp. 172-175.

[40] Kornbluh, Peter, The Pinochet file. A declassified dossier on atrocity and accountability, Nueva York, Te New Press, 2004, pp. 264-273.

[41] El Mercurio, Santiago de Chile, 9 de junio de 1976, pp. 1 y 10.

[42] Ercilla, Santiago de Chile, 16 de junio de 1976, pp. 7-8.

[43] La Segunda, Santiago de Chile, 13 de agosto de 1976, p. 36.

[44] Declaraciones a la revista Gente recogidas en: El Cronista, Santiago de Chile, 6 de julio de 1976, p. 9.

[45] Véase el discurso del expresidente Jorge Alessandri en la sesión inaugural del Consejo de Estado, el 15 julio de 1976, en: Carrasco Delgado, Sergio, Alessandri. Su pensamiento constitucional. Reseña de su vida pública, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile y Editorial Andrés Bello, 1987, pp. 249-252. Alessandri agradeció a Pinochet su designación y lamentó la decisión de Frei de excluirse.

[46] Boetsch G. H., Eduardo, Recordando con Alessandri, Santiago de Chile, Universidad Nacional Andrés Bello, s.f., p. 166.

[47] La Tercera, Santiago de Chile, 4 de agosto de 1976, p. 2.

[48] La Segunda, Santiago de Chile, 17 de agosto de 1976, p. 7.

[49] El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1976, pp. 4-5.

[50] Actas Constitucionales. Antecedentes y textos, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1977, pp. 67-83. Estas tres actas constitucionales se publicaron el 13 de septiembre de 1976 en el Diario Oficial.

[51] Artículo incluido en: Lawner y Soto, pp. 13-32. Fue publicado también dos días después de su asesinato en El Nacional, Caracas, 23 de septiembre de 1976, p. A6.

[52] Consultado en la página web del Instituto Trasnacional de Amsterdam, asociado al Instituto de Estudios Políticos de Washington, en tni.org, <https://www.tni.org/en/article/transcript-of-orlando-leteliersspeech-at-the-felt-forum>.

[53] Varas, Florencia y Orrego, Claudio, El caso Letelier, Santiago de Chile, Aconcagua, 1980, p. 17.

[54] Ercilla, Santiago de Chile, 29 de septiembre de 1976, p. 10.

[55] Dinges, John y Landau, Saul, Asesinato en Washington, Santiago de Chile, Planeta, 1990, pp. 218-220.

[56] Araucaria de Chile, n.º 5, Madrid, 1979, pp. 94-95.

[57] Ercilla, Santiago de Chile, 29 de septiembre de 1976, p. 9.

[58] Corvalán Márquez, Luis, La secreta obscenidad de la historia de Chi- le contemporáneo. 1962-1976, Santiago de Chile, Ceibo Ediciones, 2012, pp. 198-199.

[59] Sohr, Raúl, «La herencia militar de Pinochet», Pinochet. Crímenes y mitos. Primera parte, Documento del diario La Nación, Santiago de Chile, 17 de diciembre de 2006, p. 24.

[60] El Mercurio, Santiago de Chile, 6 de abril de 1978, p. 27.

[61] Entonces, el gobierno de Carter llamó a consultas al embajador George Landau y a fines de aquel año adoptó otras sanciones contra el régimen de Pinochet. Arriagada (1998), p. 93.

[62] Aquel acuerdo contemplaba que la justicia de su país de origen no podría perseguirle por ningún otro crimen anterior que hubiera cometido, ni tampoco a su esposa. Cosas, Santiago de Chile, 17 de agosto de 1978, pp. 68-70. En la actualidad, Townley, con una nueva identidad y un nuevo rostro, vive en libertad en su país.

[63] En enero de 1987, Armando Fernández Larios viajó a Estados Unidos, donde en función del acuerdo negociado por su abogado, Axel Kleiboemer, se entregó a la justicia de este país y confesó su participación en la preparación y posterior encubrimiento del crimen. En una entrevista con el periodista John Dinges en 1987, expresó su convicción de que fue Pinochet quien lo ordenó. Apsi, Santiago de Chile, 23 de febrero de 1987, pp. 14-17.

[64] Martorell, p. 139. El 23 de marzo de 2000, Patricia Verdugo entregó a la familia Letelier y a la abogada Carmen Hertz, para que la hicieran llegar a la justicia estadounidense, copia de una declaración de Pedro Espinoza firmada ante notario el 2 de mayo de 1978. Espinoza señaló que lo que afirmó ante el general Héctor Orozco días antes era falso —«se me obligó a establecer los antecedentes que el Sr. Fiscal estimó conveniente que yo colocara bajo presión que en este momento estimo como incalificable...»— y que la orden de asesinar a Letelier se la dio Pinochet a Manuel Contreras. «Fui presionado moralmente cuando se me dijo que se trataba de salvar al Presidente de la República...», aseguró.

[65] La Tercera, Santiago de Chile, 9 de octubre de 2015, pp. 2-3.

[66] Ayuso, Silvia, «Estados Unidos entrega la prueba de que Pinochet ordenó el asesinato de Orlando Letelier», El País, Madrid, 23 de septiembre de 2016, en Elpais.com, <https://elpais.com/internacio nal/2016/09/23/estados_unidos/1474658001_549935.html>.

[67] Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 23 de septiembre de 1976, p. 22.

[68] Peña (2015), pp. 118-119.

[69] Abc, Madrid, 11 de noviembre de 1976, p. 21.

[70] El Mercurio, Santiago de Chile, 7 de noviembre de 1976, Tercer cuerpo, p. 1.

[71] La Opinión, Buenos Aires, 12 de noviembre de 1976, p. 12.

[72] La Opinión, Buenos Aires, 13 de noviembre de 1976, p. 11.

[73] La Opinión, Buenos Aires, 14 de noviembre de 1976, p. 1 y 16.

[74] Ercilla, Santiago de Chile, 22 de diciembre de 1976, pp. 10-12.

[75] La Tercera, Santiago de Chile, 2 de enero de 1977, p. 2.

[76] Véase su libro testimonial: Corvalán, Luis Alberto, Escribo sobre el dolor y la esperanza de mis hermanos, Santiago de Chile, Talleres Amaranto, 1980.

[77] El Mercurio, Santiago de Chile, 28 diciembre de 1976, pp. 1 y 10.

[78] La Tercera, Santiago de Chile, 26 de enero de 1977, p. 2.

[79] El Mercurio, Santiago de Chile, 18 de enero de 1977, pp. 1 y 8. Pueden verse imágenes de este viaje en el inicio del excepcional documental filmado entonces por José María Berzosa: Pinochet y sus tres generales. Se trata de un retrato sorprendente e invaluable de los cuatro miembros de la Junta militar. Disponible en línea: <https://www. youtube.com/watch?v=7aueEaGv6ok>.

[80] Ercilla, Santiago de Chile, 23 de marzo de 1977, pp. 6-9.

[81] Ercilla, Santiago de Chile, 18 de mayo de 1977, pp. 20-25.

[82] Archivo de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 399.

[83] Solidaridad, Santiago de Chile, 15 de marzo de 1977, p. 3. Era la publicación quincenal de la Vicaría de la Solidaridad.

[84] Reimann, Elisabeth y Rivas Sánchez, Fernando, Derechos Humanos: ficción y realidad, Madrid, Akal, 1980, p. 253.

[85] Brinkmann, Beatriz, Itinerario de la impunidad. Chile, 1973-1999. Un desafío a la dignidad, Santiago de Chile, CINTRAS, 1999, pp. 43-45.

[86] Chile-América, n.º 31-32, Roma, mayo-junio de 1977, p. 152.

[87] Véase el comunicado hecho público por el secretario general de la ONU el 23 de junio de 1977 en: Chile-América, n.º 31-32, Roma, mayo-junio de 1977, p. 196.

[88] Véase el texto completo de la presentación de los familiares dirigida a Pinochet en: Chile-América, n.º 35-36, Roma, septiembre-octubre de 1977, pp. 228-230.

[89] Véase el documento entregado por la Junta militar a la ONU en: Chi- le-América, n.º 35-36, Roma, septiembre-octubre de 1977, pp. 231235.

[90] Chile-América, n.º 35-36, Roma, septiembre-octubre de 1977, pp. 216218.

[91] Brinkmann, p. 48.

10. Las antorchas de Chacarillas

[1] Ercilla, Santiago de Chile, 18 de mayo de 1977, pp. 20-25.

[2] El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 28 de mayo de 1977, p. 1.

[3] Valenzuela (1993), pp. 119-120.

[4] Jara Hinojosa, Isabel, De Franco a Pinochet. El proyecto cultural fran- quista en Chile, 1936-1980, Santiago de Chile, Facultad de Artes de la Universidad de Chile, 2006, pp. 434-436.

[5] Entre ellos estaban Andrés Chadwick, actual ministro del Interior; Joaquín Lavín, alcalde de Las Condes, a quien las encuestas ya sitúan como favorito para liderar a la derecha en la próxima elección presidencial de 2021; el senador Juan Antonio Coloma; Fernando Barros, abogado de Pinochet durante su detención en Londres; Cristián Larroulet, jefe de los asesores del presidente Sebastián Piñera, o el diputado Patricio Melero, casi todos ellos vinculados a la derechista Unión Demócrata Independiente.

[6] El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 16 de julio de 1977, p. 1.

[7] Ercilla, Santiago de Chile, 13 de julio de 1977, p. 8.

[8] De todos modos, el 23 de agosto, al conversar con los periodistas con motivo del cuarto aniversario de su ascenso a la jefatura del Ejército, precisó su discurso de Chacarillas: «No habrá elecciones con urnas hasta 1986 en el mejor de los casos o el año 87». La Tercera, Santiago de Chile, 24 de agosto de 1977, p. 2.

[9] En octubre de 1977 aseguró que no sería candidato: «Señor... cuando llegue el momento voy a estar tan anciano ya que no creo que sea aspirante a la Presidencia de la República. Creo que, si estoy vivo, mi aspiración va a ser estar tranquilamente en mi casa. Lo que sí aspiro es a cumplir con lo que me he trazado. No aspiro a más. Yo soy un soldado al que el destino le ha dado una misión. Quiero cumplirla y hacerlo en la mejor forma que pueda para servir a mi patria, pero mayores aspiraciones no tengo». Hoy, Santiago de Chile, 26 de octubre de 1977, pp. 8-9.

[10] El Mercurio, Santiago de Chile 12 de septiembre de 1977, pp. 27-28.

[11] El Cronista, Santiago de Chile, 5 de septiembre de 1977, p. 40.

[12] El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 10 de septiembre de 1977, p. 1.

[13] Y la mutación de la DINA, objeto principal de las denuncias internacionales, en la CNI se había producido durante la visita de Terence Todman, secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos. Muñoz (1987), pp. 95-96.

[14] El Cronista, Santiago de Chile, 8 de septiembre de 1977, p. 16.

[15] El Mercurio, Santiago de Chile, 8 de septiembre de 1977, pp. 1 y 8.

[16] El Mercurio, Santiago de Chile, 10 de septiembre de 1977, p. 33.

[17] Solo votaron en contra de la resolución, además de Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Haití, Honduras, Líbano, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Panamá. En 1974, 88 países apoyaron la condena, en 1975 fueron 89 y en 1976, 87. Chile-América, n.º 37-38, Roma, diciembre de 1977, pp. 183-184 y 190-192.

[18] El Mercurio, Santiago de Chile, 22 de diciembre de 1977, p. 33.

[19] Archivo de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 278.

[20] García de Leigh, pp. 173-175.

[21] Archivo de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 278.

[22] El Cronista, Santiago de Chile, 28 de diciembre de 1977, p. 20.

[23] Acta n.º 336-A de la Junta militar, de 28 de diciembre de 1977.

[24] García de Leigh, pp. 313-325.

[25] El Cronista, Santiago de Chile, 2 de enero de 1978, p. 32.

[26] El Cronista, Santiago de Chile, 3 de enero de 1978, p. 13.

[27] Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 5 de enero de 1978, pp. 1-2.

[28] Cavallo et al., p. 161.

[29] Huneeus (2000), p. 150.

[30] La Tercera, Santiago de Chile, 5 de enero de 1978, p. 46.

[31] Guzmán, Jaime, «Conclusiones de la consulta», Ercilla, Santiago de Chile, 11 de enero de 1978, p. 16.

[32] Declaraciones recogidas en: El Cronista, Santiago de Chile, 11 de enero de 1978, p. 2.

[33] La Tercera, Santiago de Chile, 10 de marzo de 1978, p. 2.

[34] Varas (1979), pp. 159-165.

[35] El 11 de noviembre de 1977, el dictador remitió al presidente de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, Enrique Ortúzar, «algunas orientaciones fundamentales» para su elaboración. Entre ellas figuraban «la creación de “un poder de seguridad” que contemple el papel de las Fuerzas Armadas en su deber de contribuir a garantizar la supervivencia del Estado, los principios básicos de la institucionalidad y los grandes y permanentes objetivos de la nación»; el afianzamiento del sistema presidencial a través de una autoridad fuerte, con facultades especiales «ante situaciones de emergencia»; la prohibición constitucional de la difusión y acción de las doctrinas y grupos de inspiración «totalitaria»; la supresión de la huelga como método para enfrentar los conflictos laborales; la revisión del procedimiento para elegir al presidente de la República; y la variación sustancial de la composición del futuro Parlamento. El Mercurio, Santiago de Chile, 12 de noviembre de 1977, pp. 35 y 39. Este escrito se publicó en el folleto Normas para la nueva Constitución.

[36] Cosas, Santiago de Chile, 13 de abril de 1978, pp. 12-14.

[37] La Tercera, Santiago de Chile, 2 de junio de 1978, p. 2.

[38] La Tercera, Santiago de Chile, 17 de junio de 1978, p. 2.

[39] El Mercurio, edición internacional, Santiago de Chile, 15 de abril de 1978, pp. 1 y 4.

[40] Loveman, Brian y Lira, Elizabeth, Las ardientes cenizas del olvido: Vía chilena de reconciliación política. 1932-1994, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2000, p. 462.

[41] Hoy, Santiago de Chile, 9 de mayo de 1979, p. 21.

[42] Solidaridad, Santiago de Chile, primera quincena de junio de 1978, pp. 12-18.

[43] Araucaria de Chile, n.º 3, Madrid, 1978, p. 205.

[44] Fue entonces, al entregar su apoyo a los familiares de los desaparecidos, cuando nació la Coordinadora Nacional Sindical, una organización clave en las protestas masivas contra la dictadura de los años ochenta.

[45] Vidal, Hernán, Dar la vida por la vida. Agrupación Chilena de Fami- liares de Detenidos Desaparecidos, Santiago de Chile, Mosquito Editores, 1996, p. 108.

[46] Texto íntegro de su discurso consultado en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad.

[47] Aquel mes de julio de 1978 la revista jesuita Mensaje publicó un editorial titulado «Los detenidos desaparecidos: tragedia nacional». La revista fundada por el sacerdote Alberto Hurtado en 1951 rebatió los argumentos de la dictadura: «El Gobierno tiene los medios más que suficientes —y lo ha demostrado— para encontrar incluso a los ultraclandestinos jefes máximos de la extrema izquierda. Ni es tampoco admisible achacar todo a la “situación de guerra”, no solo porque en Chile no hemos estado en guerra durante cuatro años, sino además porque tampoco en la guerra (o la acción “preventiva” de que habla el Gobierno) se puede hacer desaparecer a los prisioneros (existen los “crímenes de guerra”)». Por ello, Mensaje esperaba «una respuesta satisfactoria cuanto antes, para poder —en palabras de los obispos— superar este y otros obstáculos que aún retardan la ansiada reconciliación nacional (...). Para que todo este dolor de la patria herida pueda florecer en reconciliación, esperamos que el Gobierno aclare pronto este drama que está matando el alma nacional». Chile visto por Men- saje. 1971-1981, Santiago de Chile, Aconcagua, 1981, pp. 131-140.

[48] Solidaridad, Santiago de Chile, primera quincena de septiembre de 1978, p. 4.

[49] Carta consultada en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad. Véase el largo debate mantenido por la Junta militar el 14 de septiembre de 1978, con la participación de la ministra Mónica Madariaga y del ministro Sergio Fernández, entre otros, acerca del proyecto de decreto ley sobre «muerte presunta». Su transcripción ocupa cuarenta páginas. Acta n.º 354-A de la Junta militar, de 14 de septiembre de 1978.

[50] El Imparcial, Madrid, 29 de octubre de 1978, Suplemento, pp. V-VII.

[51] Morel, Isabel, «Carta a Pinochet desde Buchenwald», Araucaria de Chile, n.º 3, Madrid, 1978, pp. 209-210.

[52] Guzmán, Jaime, «Significado y oportunidad del pinochetismo», Erci- lla, Santiago de Chile, 19 de julio de 1978, p. 10.

[53] La Tercera, Santiago de Chile, 19 de julio de 1978, p. 5.

[54] La Tercera, Santiago de Chile, 19 de julio de 1978, p. 4.

[55] El Mercurio, Santiago de Chile, 3 de agosto de 1978, p. 10.

[56] La Segunda, Santiago de Chile, 18 de julio de 1978, p. 9.

[57] García de Leigh, pp. 206-208. A pesar de estas palabras, decenas de oficiales constitucionalistas de la Fuerza Aérea, entre ellos quien fuera su amigo, el general Alberto Bachelet, fueron torturados después del golpe de Estado por sus subordinados en los subterráneos de la Academia de Guerra Aérea, al igual que numerosos militantes de izquierda. Además, se les sometió a un consejo de guerra y fueron condenados a elevadísimas penas, incluso de muerte en algunos casos, aunque fueron conmutadas. Véase: Villagrán, Fernando, Disparen a la bandada. Una crónica secreta de la FACh, Santiago de Chile, Planeta, 2002.

[58] Véase el oficio reservado que Leigh envió a Pinochet el 16 de mayo de 1978: García de Leigh, pp. 336-338. Una copia de este documento y la respuesta que le dio Pinochet, nueve días después, se conservan en el Fondo José Toribio Merino del Centro de Investigación y Documentación de la Universidad Finis Terrae, Santiago de Chile.

[59] El Mercurio, Santiago de Chile, 20 de julio de 1978, p. 27.

[60] La Tercera, Santiago de Chile, 22 de julio de 1978, p. 17.

[61] En concreto, recurrieron a sus artículos 18 y 19. El 18 señalaba: «Cuando sea necesario reemplazar a alguno de los integrantes de la Junta de Gobierno por muerte, renuncia o cualquier clase de imposibilidad absoluta del titular, la Junta designará al comandante en jefe institucional o al general director de Carabineros que deba reemplazarle». Por su parte, el artículo 19 estipulaba: «En caso de duda acerca de si la imposibilidad que priva a un miembro de la Junta de Gobierno del ejercicio de sus funciones es de tal naturaleza que debe hacerse efectivo su reemplazo, en conformidad al procedimiento previsto en el artículo anterior, corresponderá a los demás miembros titulares de la Junta resolver sobre la duda planteada».

[62] Ercilla, Santiago de Chile, 26 de julio de 1978, pp. 8-12.

[63] La Tercera, Santiago de Chile, 25 de julio de 1978, p. 2.

[64] Varas (1979), pp. 17-23.

[65] El Mercurio, Santiago de Chile, 26 de julio de 1978, p. 27.

[66] Pinochet Ugarte (1991), p. 181.

[67] Entrevista de Malú Sierra a Fernando Matthei. Cosas, Santiago de Chile, septiembre de 1978. Incluida en: Correa, Raquel et al., Los generales del régimen, Santiago de Chile, Aconcagua, 1983, pp. 77-89.

[68] Chile-América, n.º 46-47, Roma, septiembre-octubre de 1978, pp. 25-27.

[69] Chile-América, n.º 48-49, Roma, noviembre-diciembre de 1978, pp. 21-22.

[70] Vicaría de la Solidaridad, Simposium Internacional: Experiencia y compromiso compartidos, Santiago de Chile, Arzobispado de Santiago, 1979, pp. 39-52.

[71] El Mercurio, Santiago de Chile, 24 de noviembre de 1978, p. 10.

[72] Chile-América, n.º 48-49, Roma, noviembre-diciembre de 1978, p. 192.

[73] En 2008 se pudieron identificar 517 restos óseos de aquellas quince víctimas. «Se estableció que la causa del fallecimiento corresponde a una muerte violenta homicida. No hay lesiones por impacto de bala, son lesiones traumáticas contundentes. La muerte fue causada por golpes», explicó el perito español Francisco Echeverría. «Muertos a golpes», La Nación, Santiago de Chile, 28 de septiembre de 2008, en Lanacion.cl, <http://lanacion.cl/2008/09/27/muertos-a-golpes-3/>.

[74] Entrevista a Emilio Astudillo. Archivo del autor.

[75] Discurso consultado en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad.

[76] Cavallo et al., pp. 223-224.

[77] Pacheco, Máximo, Lonquén, Santiago de Chile, Aconcagua, 1983, pp. 8-9.

[78] Verdugo, Patricia y Orrego, Claudio, Detenidos desaparecidos: una he- rida abierta, Santiago de Chile, Aconcagua, 1983, pp. 83-85.

[79] En marzo de 1979, el juez Adolfo Bañados dictaminó que los restos encontrados en los hornos de Lonquén pertenecían a Carlos Hernández (39 años, casado, ocho hijos, cerrajero), Nelson Hernández (32 años, casado, cinco hijos, obrero agrícola, dirigente sindical), Óscar Hernández (30 años, soltero, obrero agrícola), José Manuel Herrera (17 años, soltero, ayudante de mecánico), Sergio Maureira Lillo (46 años, casado, doce hijos, obrero agrícola), José Manuel Maureira (26 años, soltero, obrero agrícola), Rodolfo Maureira (22 años, casado, un hijo, obrero agrícola), Segundo Maureira (24 años, soltero, obrero agrícola), Sergio Maureira (27 años, casado, un hijo, obrero agrícola), Manuel Navarro (20 años, soltero, ayudante de mecánico), Iván Ordóñez (17 años, soltero), Miguel Brant (19 años, soltero, obrero agrícola), Enrique Astudillo (51 años, casado, siete hijos, obrero agrícola), Omar Astudillo (19 años, soltero, obrero agrícola) y Ramón Astudillo (27 años, soltero, obrero agrícola). Aquel año, la justicia militar cerró el caso con la aplicación del decreto ley de amnistía. Sus restos mortales fueron secuestrados por agentes de la CNI la víspera del funeral, salvo en el caso de Sergio Maureira Lillo, y arrojados a la fosa común del cementerio de Isla de Maipo. En marzo de 2010, después de la identificación, pudo llevarse a cabo la sepultura en condiciones de dignidad. En junio de 2018, la Corte Suprema confirmó las condenas a seis carabineros en retiro por aquellos crímenes. Velásquez, Francisco, «Caso “Hornos de Lonquén”: Corte Suprema confirma condena a carabineros», Radio Universidad de Chile, Santiago de Chile, 19 de junio de 2018, en Radio.uchile.cl, <https:// radio.uchile.cl/2018/06/19/caso-hornos-de-lonquen-corte-supre ma-confirma-condena-a-carabineros/>.

[80] El 20 de diciembre de 1978, Sergio Fernández había reiterado la posición oficial: «El Gobierno (...) no descarta la posibilidad de que, en la lucha que fue inevitable librar con posterioridad al 11 de septiembre, para repeler ataques de grupos armados y, en fin, derrotar una subversión organizada con la magnitud propia de una guerra civil, hayan podido morir personas de ese bando sin que fueran oportunamente identificadas, en una cantidad que resulta ínfima frente a la gravedad del problema afrontado, y que, en todo caso, sería similar a la cifra de bajas sufrida por las Fuerzas Armadas y de Orden». «Lonquén. Nunca se borrará su nombre del libro de la vida», Solidaridad, Separata n.º 30, Santiago de Chile, julio de 1979, p. 5.

[81] Correa y Subercaseaux, p. 120.

[82] La Segunda, Santiago de Chile, 15 de noviembre de 2000, p. 6.

[83] El Siglo, Santiago de Chile, 13 de agosto de 2004, pp. 3-5.

[84] Escalante, Jorge et al., Los crímenes que estremecieron a Chile, Santiago de Chile, Ceibo Ediciones, 2013, pp. 357-373.

[85] Fermandois, Joaquín, Chile y el mundo. 1970-1973. La política exte- rior del gobierno de la Unidad Popular y el sistema internacional, Santiago de Chile, Universidad Católica de Chile, 1985, pp. 123-127.

[86] Acta n.º 192-A de la Junta militar, de 17 de abril de 1975.

[87] Véase el compromiso de arbitraje suscrito en julio de 1971 y el laudo arbitral de la reina Isabel II en: Mellafe Maturana, Rafael, Al borde de la guerra. Chile-Argentina 1978, Santiago de Chile, Legatum Editores, 2018, pp. 297-306.

[88] Citado en: Villalobos, Sergio, El Beagle. Historia de una controversia, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1979, p. 121.

[89] Fermandois, Joaquín, Mundo y fin de mundo. Chile en la política mun- dial. 1900-2004, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad Católica, 2005, pp. 441-450.

[90] Véase el «Acta de Puerto Montt» en: Mellafe Maturana, pp. 324-326.

[91] El Mercurio, Santiago de Chile, 21 de febrero de 1978, pp. 1 y 8.

[92] La Tercera, Santiago de Chile, 12 de julio de 1978, p. 2.

[93] Lagos Schuffeneger, Humberto, El general Pinochet y el mesianismo político, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2001, p. 26.

[94] La investigación de la jueza Olga Pérez sobre el asesinato del químico de la DINA Eugenio Berríos en Uruguay en 1992 reveló que Pinochet contempló la posibilidad de envenenar el agua de Buenos Aires si estallaba la guerra con Argentina, ya que Berríos presumía de que con un frasquito de perfume relleno de gas sarín «mato a quien se me ocurra» y con las toxinas criadas en laboratorio «puedo matar a todo Buenos Aires». El Mundo, Madrid, 6 de diciembre de 2002, p. 22.

[95] Arancibia Clavel, Patricia y Bulnes Serrano, Francisco, La Escua- dra en acción. 1978: el conflicto Chile-Argentina visto a través de sus protagonistas, Santiago de Chile, Grijalbo, 2005, p. 274. Véase el testimonio de uno de aquellos miles de reservistas: Parvex, Guillermo, 1978. El año que marchamos a la guerra, Santiago de Chile, Ediciones B, 2018.

[96] Cerda, Mónica, ed., Chile y Argentina: historia del gran conflicto, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad San Sebastián, 2018, p. 83.

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