Pinochet

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[44] En el debate posterior a la conferencia que Harberger ofreció en marzo de 1975 en Santiago de Chile le preguntaron: «El saneamiento fiscal requerirá de un despido masivo de trabajadores. Como actualmente la tasa de desempleo es del 10 % ¿hasta qué límites se puede aumentar dicha tasa?». Su respuesta fue: «En general, mi posición referente a política de empleo en países no muy ricos propendería a tratar de ofrecer, por parte del Estado, empleo para todo el mundo. Pero no la idea de empleo permanente: empleo para evitar que el tipo muera de hambre (...) pensaría en una oferta abierta de empleo, para cualquier persona que se presente a solicitarlo, pagándole dos tercios del salario mínimo y manifestándole que ese no es empleo permanente». Soto, Ángel y Sánchez, Francisco, comps.,

El «padre» de los Chi-cago Boys. Arnold Harberger, Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, 2015, p. 132. A planteamientos como este aluden los Chicago Boys cuando exaltan la «libertad económica» o la «economía social de mercado».

[45]

Ercilla, Santiago de Chile, 10 de septiembre de 1975, pp. 9-10.

[46] Ipinza, Manuel, «Fascismo y desnutrición en Chile»,

Araucaria deChile, n.º 4, Madrid, 1978, pp. 59-76.

[47] Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la canasta popular calculada en agosto de 1976 para una familia con un hijo adolescente y dos niños costaba 1.262 pesos mensuales.

Chi-le-América, n.º 28-30, Roma, febrero-abril de 1977, pp. 11-15.

[48] Entrevista a Victoria Plaza. Archivo del autor.

[49] Entrevista a Eliana Olate. Archivo del autor.

[50] Valdivia, Verónica, «“¡Estamos en guerra, señores!”. El régimen militar de Pinochet y el pueblo. 1973-1980»,

Historia, n.º 43, vol. I, Santiago de Chile, enero-junio de 2010, pp. 163-201.

[51]

El Mercurio, Santiago de Chile, 1 de junio de 1980, Cuerpo D, pp. 1 y 2.

[52]

El Mercurio, Santiago de Chile, 8 de junio de 1975, pp. 27 y 33.

[53]

Resumen Mensual Iberoamericano.

Noviembre de 1973. Chile.

[54]

La Tercera, Santiago de Chile, 20 de junio de 1975, p. 2. Otra muestra del interés de la dictadura de Pinochet por cuidar las relaciones con China: el 18 de noviembre de 1976, el coronel Enrique Valdés Puga, subsecretario de Relaciones Exteriores, remitió un oficio al ministro secretario general de Gobierno en el que se refería a la reciente publicación en el diario oficialista

El Cronista de dos artículos —uno crítico con Mao, otro elogioso con Chiang Kai-Shek, fallecido el 5 de abril de aquel año—, que habían motivado una queja de la embajada de China, «país con el cual nuestro Gobierno mantiene amistosas relaciones que en ningún modo conviene deteriorar». Por ello, le solicitó que adoptara medidas para que ese periódico no volviera a publicar artículos que perjudicaran las relaciones «con los países amigos, en especial China Popular...». Weibel Barahona, Mauricio y Dorat Guerra, Carlos,

Asociación ilícita. Los archivos secretos de la dictadura, Santiago de Chile, Ceibo Ediciones, 2012. Documento incluido en el DVD que acompaña a este último libro. En octubre de 1978, el canciller Hernán Cubillos visitó la República Popular China, a cuyas autoridades invitó a conocer Chile. Incluso, antes de partir, aseguró que era posible que Pinochet viajara a este país. En su programa de actividades, Cubillos incluyó un «homenaje» a Mao Tse-Tung, fallecido el 9 de septiembre de 1976, ante su tumba.

La Tercera, Santiago de Chile, 5 de octubre de 1978, p. 2. En 1979, Jaime Guzmán dedicó una de sus columnas periodísticas a justificar la intensificación de los vínculos con China, en contraste con «la agresión soviética y la hostil incomprensión norteamericana». Guzmán, Jaime, «China y nuestro antimarxismo»,

Ercilla, Santiago de Chile, 13 de junio de 1979, p. 12.

[55] Acta n.º 226-A de la Junta de Gobierno, de 18 de agosto de 1975.

[56]

La Segunda, Santiago de Chile, 7 de julio de 1975, p. 1.

[57] En 1986, la periodista Mónica González viajó a Buenos Aires para investigar el asesinato de Carlos Prats y Sofía Cuthbert y allí encontró los primeros indicios que condujeron a confirmar que la DINA denominó Operación Colombo al caso de los 119. Calloni, Stella,

Los años del lobo. Operación Cóndor, Buenos Aires, Continente, 1999, p. 61. Sobre estas 119 personas detenidas desaparecidas —en su mayor parte militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria—, véase el cuidado trabajo de Sepúlveda Ruiz, Lucía,

119 de no-sotros, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005.

[58] De este modo, el 24 de julio

La Tercera afirmó: «Confirmado – Han presentado en Chile amparos a favor de los miristas muertos en Argentina». «Funcionarios de la secretaría en lo Criminal de la Corte de Apelaciones de Santiago confirmaron anoche que la mayoría de los extremistas del MIR muertos en las sangrientas luchas internas de ese grupo terrorista que se desarrollan en Argentina, Colombia, Venezuela, Panamá, México y Francia tenían presentado en su favor recursos de amparo ante ese alto Tribunal (...). Sin embargo, los terroristas no solo no habían sido detenidos en Chile sino que se encontraban fuera del país realizando actividades extremistas y enfrentados en una mortal lucha interna por disputas tanto políticas, como de dinero (...). Ahora se establece que todo era falso, que la acción formaba parte de la campaña internacional para desprestigiar al país...».

La Tercera, Santiago de Chile, 24 de julio de 1975, p. 8.

[59] En agosto de 1975, una investigación de la agencia de noticias Latin probó que detrás de la publicación de aquel único número de

Lea estaba la editorial Códex, que dependía del Ministerio de Bienestar Social, controlado por José López Rega, el hombre clave de la ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina —la Triple A— y secretario privado de la presidenta María Estela Martínez de Perón. Respecto a

O’Dia nunca se llegó a demostrar siquiera su existencia.

Ercilla, Santiago de Chile, 13 de agosto de 1975, p. 13.

[60]

El Mercurio, Santiago de Chile, 21 de agosto de 1975, pp. 1 y 8.

[61]

Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 13 de septiembre de 1975, p. 1.

[62] Carta consultada en la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad.

[63]

La Tercera, Santiago de Chile, 12 de septiembre de 1975, p. 5.

[64]

Ercilla, Santiago de Chile, 17 de septiembre de 1975, pp. 9-10.

[65]

El Mercurio, Santiago de Chile, 12 de septiembre de 1975, p. 1.

[66]

El Cronista, Santiago de Chile, 2 de enero de 1976, p. 8. Este símbolo de la dictadura fue eliminado en octubre de 2004, con la remodelación del barrio cívico.

[67]

El Mercurio, Santiago de Chile, 19 de septiembre de 1975, p. 21.

[68] Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 42.

[69] Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 43.

[70] Aldunate, José, «Don Raúl y los Derechos Humanos»,

Cardenal RaúlSilva, un hombre de Dios. Testimonios y recuerdos, Santiago de Chile, Fundación OCAC, 1999, pp. 23-27.

[71] Después de dos meses sin identificar en el Instituto Médico Legal, su cuerpo fue sepultado clandestinamente en el Patio 29 del Cementerio General, a pesar de la reclamación de los abogados de su familia, según nos relató su madre, Otilia Vargas, en 1999. Esta maestra perdió a cinco de sus seis hijos por la represión de la dictadura. Solo sobrevivió Patricia.

[72] Véase: Terrazas Guzmán, Mario,

¿Quién se acuerda de Sheila Cassidy?(Crónica de un conflicto religioso-político-diplomático), Santiago de Chile, Emeté, 1992.

[73] Silva Henríquez, pp. 566-569.

[74] El intercambio de cartas de noviembre de 1975 entre Pinochet y el cardenal y la misiva citada de diciembre de 1975 se conservan en: Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 43.

[75] Silva Henríquez, p. 575.

[76]

Ercilla, Santiago de Chile, 26 de mayo de 1975, pp. 21-25.

[77] Este documento resumía la visita que había realizado el 8 de marzo a los centros de Tres Álamos y Cuatro Álamos. González, Mónica, «Oficio de presidente de Suprema a Pinochet revela que sí conocían torturas»,

El Mostrador, 2 de marzo de 2001, en Rebelion.org, <http://www.rebelion.org/hemeroteca/ddhh/pinochet060301.htm>. El 28 de diciembre de 1978, el cardenal Silva Henríquez escribió a Gabriel Valdés unas líneas muy significativas sobre el rol del Poder Judicial durante aquellos años: «Los Tribunales de Justicia comienzan a actuar con cierta independencia (...). Dios quiera que no se achaplinen los pobres viejos que no han tenido valor para cumplir con su deber, cosa que habría evitado para Chile muchos dolores, muchas lágrimas y mucha sangre». Archivo del cardenal Raúl Silva Henríquez, Carpeta 47.

[78] Lowden, Pamela,

Moral opposition to authoritarian rule in Chile, 1973-1990, Londres, MacMillan Press, 1996, Apéndice 1, pp. 151 y 155.

[79] El 31 de diciembre de 1992 la Vicaría de la Solidaridad dejó de funcionar y nació la Fundación que conserva sus archivos.

[80] Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Fondo Países, Embajada de Chile en España, 1975, vol. Of. Sec. Res. – Aer. Sec. Res.

[81]

Abc, Madrid, 19 de julio de 1975, p. 6.

[82] Grimaldos, Alfredo,

La sombra de Franco en la Transición, Barcelona, Oberón, 2004, p. 37.

[83] Amorós, Mario,

Argentina contra Franco. El gran desafío a la impuni-dad de la dictadura, Madrid, Akal, 2014, pp. 84-89.

[84] Fonseca, Carlos,

Mañana cuando me maten. Las últimas ejecucionesdel franquismo. 27 de septiembre de 1975, Madrid, La Esfera de los Libros, 2015, p. 321.

[85] Moradiellos, Enrique,

Franco. Anatomía de un dictador, Madrid, Turner, 2018, p. 160.

[86]

La Vanguardia, Barcelona, 3 de octubre de 1975, p. 5.

[87] Preston, Paul,

Franco. «Caudillo de España», Madrid, Círculo de Lectores, 1994, p. 958.

[88]

Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 10 de octubre de 1973, p. 26.

[89] Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Embajada de Chile en España, 1975, vol. 78.

[90]

Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 28 de octubre de 1975, p. 23.

[91]

La Vanguardia, Barcelona, 1 de noviembre de 1975, p. 5.

[92] El telegrama dirigido al príncipe Juan Carlos decía: «En nombre del pueblo de Chile, del Gobierno y el mío propio, le hago llegar nuestras condolencias por el sensible fallecimiento del Excelentísimo Sr. Generalísimo don Francisco Franco, Jefe del Estado español. Al expresar estos sentimientos lo hago consciente de la pérdida que experimenta el mundo hispano. En Chile, la memoria del Generalísimo Franco perdurará como la figura señera del extraordinario militar, del estadista y del político que condujo a España al sitio que hoy ocupa entre las naciones. Después de vencer a las fuerzas que pugnaban por deshacer a su pueblo y alejarlo de su tradición histórica, España reconquistó su grandeza».

Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 21 de noviembre de 1975, p. 45.

[93] Acta n.º 245-A de la Junta militar, de 20 de noviembre de 1975.

[94] Acta n.º 246-A de la Junta militar, de 20 de noviembre de 1975.

[95]

La Tercera, Santiago de Chile, 21 de septiembre de 1975, p. 21.

[96] Pinochet obligó a Arellano a subirse al avión, ya que Manuel Contreras le previno de que podría intentar alguna maniobra contra él en su ausencia. En enero de 1976, el «oficial delegado» del dictador en la Caravana de la Muerte pasó a retiro. Cavallo

et al., p. 95.

[97]

La Vanguardia, Barcelona, 21 de noviembre de 1975, p. 14.

[98]

La Tercera, Santiago de Chile, 22 de noviembre de 1975, p. 2.

[99] Y en las semanas posteriores a su victoria militar en la primavera de 1939, cerca de veinte mil republicanos fueron asesinados. Alrededor de cuatrocientos mil hombres y mujeres estuvieron internos en campos de concentración y centenares de miles en las cárceles. Molinero, Carme, «¿Memoria de la represión o memoria del franquismo?», en Santos Juliá, dir.,

Memoria de la guerra y del franquismo, Madrid, Fundación Pablo Iglesias-Taurus, 2006, pp. 219-246. Y miles murieron a consecuencia de las condiciones esclavistas de los batallones de trabajo. Y más de medio millón de españoles tuvieron que emprender los caminos del exilio tras la más amarga de las derrotas. Y la represión del régimen —persecución política, cárcel, torturas, muerte por disparos de las fuerzas policiales o parapoliciales, fusilamientos y ejecuciones— prosiguió hasta incluso después de la muerte del dictador. Preston, Paul,

El holocausto español. Odio y exterminio en la guerra civily después, Madrid, Debate, 2011, p. 17.

[100]

La Vanguardia, Barcelona, 22 de noviembre de 1975, p. 7.

[101]

El Cronista, Santiago de Chile, 23 de noviembre de 1975, p. 17.

[102]

El Cronista, Santiago de Chile, 23 de noviembre de 1975, p. 32.

[103]

La Vanguardia, Barcelona, 23 de noviembre de 1975, p. 11.

[104]

Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 25 de noviembre de 1975, p. 44.

[105] Willoughby-MacDonald, p. 214.

[106]

La Vanguardia, Barcelona, 25 de noviembre de 1975, p. 10.

[107]

La Tercera, 24 de noviembre de 1975, p. 12.

[108] Mayorga Marcos, Patricia,

El cóndor negro. El atentado a Bernardo Leigh-ton, Santiago de Chile, El Mercurio-Aguilar, 2003, p. 96. Para los estrechos vínculos entre los fascistas italianos y la dictadura de Pinochet entre 1974 y 1977, véase: Salazar, Manuel,

Las letras del horror. Tomo I:

La DINA, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2011, pp. 230-232.

[109] El 27 de marzo de 1987, Delle Chiaie fue detenido en Caracas y extraditado a Italia por su participación en el atentado de la piazza Fontana de Milán del 12 de diciembre de 1969, que causó diecisiete muertos y ochenta y ocho heridos.

[110] Junio Valerio Borghese fue un combatiente fascista en la Segunda Guerra Mundial y en los años setenta era el presidente honorario del Movimiento Social Italiano y fundador de la Asociación de Excombatientes de la República de Saló. A fines de 1970, organizó un golpe de Estado en Italia, que fracasó. González Calleja, Eduardo,

Gue-rras no ortodoxas. La “estrategia de la tensión” y las redes del terrorismoneofascista, Madrid, Catarata, 2018, pp. 40-41. Estaba estrechamente conectado a la CIA a través de la Red Gladio. Ganser, Daniele,

Losejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo enEuropa occidental, Barcelona, El Viejo Topo, 2005, p. 123.

[111] Mayorga Marcos, pp. 135-137.

[112] El 17 de enero de 1975, Leighton envió un mensaje público a Chile en el que de manera muy significativa reconoció el error de haber votado la declaración de la Cámara de Diputados del 22 de agosto de 1973 («errores de esta especie fueron nuestra inconsciente contribución a la catástrofe del “11 de septiembre”») y convocó a la lucha por la democracia: «Los políticos demócratas no tenemos otro camino que resistir y combatir la dictadura instaurada en nuestro país, con la palabra, con la pluma y, exceptuando el recurso de la violencia, con todos los medios que se encuentren moralmente a nuestro alcance (...) debemos buscar la unidad en contra del régimen dictatorial, seguros de que Chile no nació para vivir como ahora vive».

Chile-Amé-rica, n.º 4, Roma, enero de 1975, pp. 11-12.

[113] Martorell, Francisco,

Operación Cóndor. El vuelo de la muerte, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999, p. 129.

[114] Salazar (1995), pp. 69-70.

[115] Entrevista a Ana Fresno. Archivo del autor.

[116] El 19 de junio de 1978, el dictador autorizó el regreso de Leighton a Chile, donde falleció el 26 de enero de 1995 a los 85 años. Cinco meses más tarde, la justicia italiana condenó en ausencia a Manuel Contreras y Raúl Iturriaga Neumann, a veinte y dieciocho años de presidio, respectivamente, como autores intelectuales del atentado contra Bernardo Leighton y Ana Fresno. Dos años antes Townley ya había sido condenado en ausencia a dieciocho años de cárcel. En enero de 2001, la Corte Suprema rechazó conceder la extradición a Italia del director de la DINA y del jefe de su Departamento Exterior.

[117]

Abc, edición de Andalucía, Sevilla, 25 de noviembre de 1975, p. 35.

[118] Olmeda, Fernando,

El Valle de los Caídos. Una memoria de España, Madrid, Península, 2009, p. 348.

[119] Preston, Paul,

Juan Carlos. El rey de un pueblo, Madrid, Debate, 2012, p. 362.

[120]

La Tercera, Santiago de Chile, 29 de junio de 1975, p. 24.

[121] Sobre el apoyo que la CIA brindó a la DINA desde su creación, con la aprobación previa de Pinochet, véase: Kornbluh (2004, edición en español), pp. 150-160.

[122] Kornbluh, Peter, «Documentos desclasificados muestran a Contreras como emisario secreto de Pinochet para Kissinger»,

Ciper, Santiago de Chile, 23 de diciembre de 2015, en Ciperchile.cl, <https://ciper chile.cl/2015/12/23/documentos-desclasificados-muestran-a-contre ras-como-emisario-secreto-de-pinochet-para-kissinger/>.

[123] Montoya, Roberto y Pereyra, Daniel,

El caso Pinochet y la impuni-dad en América Latina, Buenos Aires, Pandemia, 2000, pp. 87-88. Este centro de entrenamiento en Manaos lo dirigía el general francés Paul Aussaresses, quien en el combate contra el Frente de Liberación Nacional argelino (1954-1962) aplicó y desarrolló las prácticas de la «guerra sucia». De ese mismo conflicto surgió el texto

La guerra mo-derna, de Roger Trinquier, que legitimó en el plano teórico la tortura, el terrorismo de Estado y los asesinatos en la lucha contrarrevolucionaria. Véase: Gutiérrez Tapia, Cristián,

La contrasubversión como política.

La doctrina de guerra revolucionaria francesa y su impacto en las FFAAde Chile y Argentina, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2018.

[124] Así lo sugirió el coronel de aviación Mario Jahn, subdirector de la DINA en noviembre de 1975, en su declaración del 13 de octubre de 2003 ante el magistrado Juan Guzmán Tapia en la Causa Rol n.º 2192-98, Fojas 2375-2379.

[125] Rico, Álvaro, «Revisiones sobre la caracterización del golpe y la dictadura en Uruguay», en Ana Buriano Castro

et al., Política y memoria.A cuarenta años de los golpes de Estado en Chile y Uruguay, México DF, Flacso, 2015, pp. 47-71.

[126] Garzón Real (2016), p. 94.

[127] Sobre el rol de Estados Unidos en la Operación Cóndor, véanse los recientes artículos de J. Patrice McSherry y John Dinges en: Garzón Real (2016), pp. 163-169 y 169-182. También este excelente trabajo: McSherry, J. Patrice,

Los Estados depredadores: la Operación Cóndor yla guerra encubierta en América Latina, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009. Y Kornbluh (2004, edición en español), pp. 215-251.

[128] Garzón Real (2016), p. 260. Este estudio toma como fuente los informes oficiales sobre la represión de Chile, Argentina, Paraguay, Brasil y datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de la República de Uruguay. Sobre las víctimas chilenas, véase: Ortiz Rojas, María Luisa y Sandoval Osorio, Marcela Paz, eds.,

Operación Cóndor.Historias personales, memorias compartidas, Santiago de Chile, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, 2015. Incluye un documental dirigido por Pedro Chaskel.

[129] El propio Almada fue una de las víctimas de la Operación Cóndor, ya que, durante su reclusión entre 1974 y 1977 en Asunción, fue torturado también por agentes argentinos y chilenos, entre ellos el coronel de la FACh Horacio Otaíza. Fue considerado un «terrorista intelectual» por su tesis doctoral,

Paraguay, educación y dependencia, y por promover una cooperativa de maestros. Su esposa, Celestina Pérez, falleció de un infarto cuando un oficial de policía la obligó a escuchar por teléfono sus gritos mientras era torturado.

[130] La CIA facilitó a la DINA sistemas informáticos y capacitación para el personal del banco de datos. En aquella época en América Latina los ordenadores eran casi inexistentes. Dinges, John,

Operación Cón-dor. Una década de terrorismo internacional en el Cono Sur, Santiago de Chile, Ediciones B, 2004, p. 174.

[131] Museo de la Justicia, Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos, Asunción (Paraguay). Se reproduce en: Garzón Real (2016), pp. 309-317.

[132] Acta reproducida en: Garzón Real (2016), pp. 318-321. Procede de la documentación donada por Codepu al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile. Véase también: CODEPU,

Más allá delas fronteras. Estudio sobre las personas ejecutadas o desaparecidas fuerade Chile (1973-1990), Santiago de Chile, 1996.

[133]

La Segunda, Santiago de Chile, 7 de julio de 2004, p. 34.

[134] El 17 de marzo de 1978, el general de brigada Enrique Valdés, viceministro de Relaciones Exteriores, se dirigió al director de la CNI para solicitar que le remitiera «un ejemplar del “Plan Cóndor”». Y el 9 de agosto de 1979, el ministro de Relaciones Exteriores, Hernán Cubillos, envió un oficio secreto al director de la CNI en el que señaló: «En vista de la creciente ola de ataques que provienen desde el exterior, el Ministerio estima indispensable entregar a nuestras misiones diplomáticas una información completa y esclarecedora acerca del “Plan Cóndor”». Weibel Barahona y Dorat Guerra, DVD adjunto a su libro.

[135]

El País, Madrid, 28 de mayo de 2016, p. 8.

9

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[1]

Ercilla, Santiago de Chile, 2 de enero de 1976, pp. 12-16.

[2]

El Cronista, Santiago de Chile, 2 de enero de 1976, p. 8.

[3] Esta Acta Constitucional se publicó en el

Diario Oficial el 9 de enero de 1976, en el decreto ley n.º 1319.

[4] Archivo histórico de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, Carpeta 256.

[5] Frei Montalva, Eduardo,

El mandato de la Historia y las exigenciasdel porvenir, Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, 1975. El libro apareció en 1976, ya que previamente la Dirección de Comunicación Social tuvo que autorizar su publicación y lo hizo con una circulación restringida de solo mil ejemplares. Cavallo

et al., pp. 97-98.

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