Origin

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MARION

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M arion y Dhangeur, agotados después de excavar unos metros, dieron por fin con los restos del vampiro Marlon.

Darius los observaba apoyado en el sauce y muy callado.

—Efectivamente, son los restos de Marlon —confirmó Dhangeur.

—¿Cómo diablos lo sabes? Solo veo un montón de huesos.

Dhangeur cogió una sortija del suelo y se la enseñó a Marion. Aseguró que Marlon jamás se la quitaba.

En ese momento Jhensen se materializó en el lugar, sobresaltando al prisionero.

—El renegado tenía razón.

—Me llamo Darius —replicó el aludido.

—Renegado, renegado, renegado, ¡la,la,la! —cantó Dhangeur a voz en grito.

Mi hermano jamás perdía la maldita costumbre de bromear. ¡Vaya inmaduro!

—¿Y bien? ¿Cómo sabemos que se trata de Marlon?

—A las pruebas me remito, señoría —ironizó Dhangeur enseñándole la sortija.

Jhensen miró a Darius impresionado.

—Cumplí con mi parte.

—Eso veo, te di mi palabra y reconsideraremos tu caso, convocaré a los aliados.

Darius lo miró con un gesto de agradecimiento. Marion observó a Jhensen, no tenía buena cara y se le notaba visiblemente agotado.

—Bien, llegados a este punto, necesito que lleven a Darius de regreso, después hay que ir tras Seth. Lo quiero vivo, tendrá que rendirme cuentas.

—Lo tendrás, cariño, o me dejo de llamar Marion.

Jhensen les dio un par de indicaciones, así como les indicó los puntos donde se cometerían los tres crímenes.

—Vamos, renegado —dijo Dhangeur.

Lo condujo hasta hasta la camioneta. Darius sacudía la cabeza.

—Llévalo tú, yo iré al cuartel —dijo Marion—. Será mejor que nos separemos.

—Marion, no seas insensata —le reprendió.

—Puedo cuidar perfectamente de mí. Nos vemos en el cuartel —le anunció y se trasladó sin darle tiempo a la réplica.

Se escabulló a través del bosque. Si Jhensen quería la cabeza de Seth, ella se lo entregaría a cualquier precio. Caminó rodeando la estación, mientras sus pensamientos se enfocaban en Jhensen, no lo iba a negar más, estaba furiosa…

¿Qué tenía esa humana a la que había elegido por compañera? Era guapa, sí, tenía carisma y al parecer lo quería, pero… ¿cómo había pasado todo aquello en menos de cuarenta y ocho horas? ¡Concéntrate, Marion…!

¿Por qué no la había elegido a ella? ¿O a Tessa? ¿Tanto deseaba a Jhensen esa humana? Me dolía como si me clavaran una daga directa en el corazón.

Un ruido la sacó de sus divagaciones y se detuvo para agudizar sus sentidos, se quedó tan quieta como un jaguar. Juraría que oía unos pasos, muy cerca. Miró a la derecha y a la izquierda y caminó muy despacio hacia aquel ruido, retrocedió unos pasos hasta que su espalda chocó con un enorme árbol. Se le alargaron los colmillos al sentir un olor metálico.

Sangre, aspiró una bocanada de aire, sangre de una hembra. Otro eco la puso en alerta, sacó sus dos dagas, las sujetó con fuerza, estaba segura de estar a punto de atrapar a un sucio y repulsivo traidor. Los pasos se agravaron y entonces escuchó el sollozo de una hembra. Rogó a Ashlay que fuera Cora, se apresuró, sin perder la concentración. Supo que estaba cerca, pero la vegetación era muy densa, tenía que andar con cuidado para no alertar a su presa, una rama le rozó el brazo hiriéndole. Se detuvo y los pasos cesaron. Agudizó al máximo los oídos.

—Silencio, pequeña criatura —murmuró una voz que no reconoció.

Todas sus alarmas se dispararon, una voz interior le pidió inmovilidad total. No quería alertar al dueño de esa voz, luego caminó con más cuidado… un paso tras otro. Debía aprovechar el elemento sorpresa para atacar.

Cuando estaba ya cerca de su objetivo se quedó paralizada y se agachó. Oyó de nuevo pasos, se obligó a no hacer nada, no podía dejar que la descubriese, no todavía… Empezó a gatear hasta que escuchó un nuevo ruido, como si alguien se agitase, se acercó un poco más y por fin pudo visualizar la silueta de un vampiro con un arma, listo para atacar.

Enfocó la visión, era muy alto, pero no logró vislumbrar su rostro. No supo cuántos minutos se quedó quieta hasta que el vampiro bajó la guardia y se dio la vuelta. Marion lo siguió con cuidado. El sujeto se detuvo junto a unos arbustos y se agachó para alzar a una mujer que estaba atada, amordazada y vendada. Si sus instintos no se equivocaban se trataba de Cora.

Se paró con cuidado, iba a atacar, pero entonces apareció una nueva figura, un macho al que reconoció enseguida.

—¿Qué demonios haces aquí?

—Lo siento, maestro, me fue imposible salir, ha estado muy movido por aquí.

—No pierdas el tiempo y sácala de una puta vez, creo que el imbécil de Jhensen ya me descubrió, pasemos al plan B. Todo es por tu culpa, inútil.

Cora trató de luchar para zafarse de su secuestrador, pero la tenía muy sujeta. Seth se desmaterializó y Marion soltó un juramento.

Tenía dos opciones, seguir a Cassidy o atacar. Estaba segura que ese vampiro al que nunca había visto en mi vida era el asesino del barrio francés. Me incliné por la primera opción. Lo seguí hasta que vi una furgoneta donde metió a la prisionera.

Cassidy la llevaría hasta Seth y las demás víctimas. Esperó a que el vampiro se subiera al coche y encendiera el motor…

 

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