ORA:CLE
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Pasaron cinco minutos como mínimo antes de que el susurro de Uwef llegara a su oído.
—¡Santo Dulce Jesús!
La voz de Ael también temblaba.
—Uwef, yo nunca…
—No fue culpa suya. No sé qué demonios estaba encubriendo, pero tenía que ser algo realmente horrible. —Hizo una pausa, carraspeó, luego dijo—: ¿Quiere saber de qué se trataba?
—¿Cómo?
—Tengo ese programa vírico listo para ser ejecutado.
Ael echó la cabeza hacia atrás y contempló el techo. Inoventinueve estaba muerta. La ACLE estaba siendo desmantelada en estos mismos momentos, mientras él permanecía allí sentado. Descubrir cuál era el secreto que la había impulsado a matarse para protegerlo ni ayudaría a la revolución ni causaría ningún daño a nada excepto a la reputación de la muerta. Ya fuera que había robado el tesoro de la Coalición o que sentía una desviación perversa hacia los caballos, ahora ya no era más que un asunto de interés histórico. Así que, ¿por qué preocuparse?
Porque él era un historiador, por supuesto.
Y porque ella había intentado matarle demasiadas veces.
Se sentó erguido.
—Hágalo, Uwef.
—De acuerdo. El programa se está cargando en estos momentos. Necesitará un tiempo antes que…
*BIIPIIPIIP*
Se sobresaltó por reflejo y se llevó las manos a las sienes.
—¡Ael! ¿Qué ocurre?
La llamada del Oráculo no se repitió, y se relajó.
—El Oráculo está llamando. Espere. —Se reclinó, cerró los ojos.
¿Sí?
#Hola, señor. Tengo ya la respuesta a su pregunta del 16 de junio de 2188. ¿La prefiere verbalmente, o debo mantenerla almacenada a su disposición?#
¿Una pregunta? Frunció el ceño. ¿Qué pregunta?
#Me preguntó usted por qué la Coalición intentaba matarle. En aquellos momentos no tenía acceso a algunos hechos que ahora están disponibles para mí. Tengo la respuesta. ¿Le gustaría oírla?#
¡Infiernos, sí!
#Dicho en pocas palabras, usted sabía que el biznieto de Tan Wang Ch’i desarrolló, a principios del siglo XXI, las matemáticas teóricas necesarias para construir un dispositivo capaz de hacer que cualquier estrella, aunque fuera relativamente pequeña, se convirtiera en nova#.
¿De veras? Eso es del dominio público…, en mi campo, al menos.
#Ya no, señor#.
No sea… Se detuvo. Tragó saliva con dificultad. ¿Está diciendo que soy la única persona viva que conoce este hecho?
#Hasta que alguien realice un estudio profundo sobre Tan Wang Ch’i, o sobre los físicos astromatemáticos de principios del siglo XXI, sí, señor#.
Agitó la cabeza, asombrado. Tenía que haber cientos, quizá miles de personas que sabían…
Pero no entiendo. ¿Por qué era eso tan importante?
#Porque la Coalición había hallado un medio de utilizar las teorías de Tan Liu Lan para ayudar a destruir a los dacs#.
Se sentó envarado.
¡Está bromeando! Se le ocurrió un monstruoso pensamiento. Una pregunta ridícula, pero tenía que formularla. ¿Estaban planeando hacer estallar el sol, eso era?
#Oh, no, señor#.
Dejó escapar un suspiro de alivio.
#Era en Júpiter en quien estaban pensando#.