Mortal

Mortal


El principio

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El principio

LOS GENETISTAS DESCUBRIERON EN el año 2005 el gen humano controlador de las formas tanto innatas como aprendidas del temor. Se le llamó estatmina u oncoproteína 18. En los quince años siguientes igualmente se identificaron también todos los elementos que influyen en la genética de las emociones principales.

Casi una década después, tras la catastrófica guerra que destruyó gran parte de la civilización, la humanidad juró abandonar toda emoción destructiva y entregarse a las normas de un nuevo Orden. Para este fin, el primer soberano liberó un virus llamado Legión, el cual despojó genéticamente a un desprevenido mundo de toda emoción menos una: el temor. A medida que la humanidad olvidaba la esperanza, el amor y la alegría, también dejaba atrás el odio, la malicia y la ira. Durante casi quinientos años reinó una perfecta paz.

Sin embargo, una secta llamada los custodios guardó muy bien el terrible secreto de que todas las almas del planeta, pese a su total apariencia humana, en realidad estaban muertas. Los custodios se aferraron tenazmente durante siglos a la singular predicción de que el código viral introducido por Legión se revertiría finalmente en la sangre de un solo niño. La esperanza final de vida para la humanidad se hallaría en el hecho de que este niño ascendiera al poder. También pasaron de custodio en custodio un frasco sellado de sangre con el poder de despertar a cinco almas que ayudarían a dicho niño.

En el año 471 nació en una familia real un chico llamado Jonathan, en cuyas venas corría sangre verdadera. Su existencia se mantuvo en secreto hasta el día en que fue descubierto por un humilde artesano llamado Rom Sebastian y otras cuatro personas a quienes la sangre antigua del custodio había revivido.

Más o menos en esa época, el poderoso alquimista Pravus comenzó a perseguir a los custodios, al tiempo que elaboraba un suero que contrarrestaba el efecto de Legión. Pero en lugar de conceder vida, este suero devolvía solamente las emociones más siniestras con todos sus efectos nocivos.

Según las reglas de sucesión del Orden, había una mujer delante de Jonathan en la línea de poder: la clara heredera Feyn Cerelia. Por medio de la intervención de Rom, ella probó vida una vez, aunque brevemente; en esa misma época, su poderoso hermano Saric cayó esclavo de la alquimia de Pravus y planeó apoderarse del trono de Feyn.

Persuadida del poder del niño para despertar a la humanidad, la soberana accedió a sacrificar su vida y despejarle así el camino a Jonathan a cambio de la promesa de que en secreto le conservaría el cuerpo en letargo total, técnicamente muerto por ley, hasta que el niño asumiera el poder a los dieciocho años de edad.

Feyn entregó la vida el día de su toma de posesión, y la soberanía de Jonathan se mantuvo en interinidad por medio de su regente, Rowan. Al descubrirse la maléfica conspiración, Saric desapareció y creyeron que había muerto.

Rodeado por poderosos guerreros, llamados los mortales, que juraron protegerlo, Jonathan pasó a la clandestinidad durante nueve años. Ahora que el niño se acerca a su decimoctavo cumpleaños deberá regresar a la capital del mundo, Bizancio, para reclamar el lugar que le corresponde como soberano. Todos aquellos que lo siguen creen que la sangre de Jonathan devolverá la vida al mundo y dará paso a un nuevo reino.

Pero Saric no está muerto. Ahora mismo reúne sus fuerzas para oponerse a Jonathan antes de que este pueda tomar la sede del poder y devolver a la vida a un mundo muerto.

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