Mortal

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Capítulo 16

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Capítulo 16

Una alianza mágica

Kara corrió por el túnel para poderse mantener a la par de Gedeón. Era de lo más extraño ir persiguiendo a un anciano con un afro blanco que corría de cabeza a lo largo del oscuro techo de un túnel de metro abandonado en Nueva York. La gravedad había adquirido un nuevo significado para Kara. Sólo un médico brujo podría correr de cabeza. No tenía idea de lo que un médico brujo era, o lo que hacía, pero ella estaba muy agradecida de que su tónico asqueroso naranja le hubiera curado.

Gedeón le había explicado que estaba en otro plano mágico y que en ese plano, el piso era el techo, y por lo tanto, Kara estaba, de hecho, boca abajo. Ella decidió no presionar el asunto. Él había dejado claro que ella necesitaba su ayuda, y Olga había dicho lo mismo.

Después de correr por el túnel a través de charcos mojados y plastas que Kara prefería no saber de qué estaban hechas, llegaron a casa de Gedeón, y por supuesto, estaba boca abajo.

Era la casa más rara que Kara jamás hubiese visto. Colocada en el techo del túnel, sus paredes naranjas parecían estar hechas de latas y platos de metal, y tenía una fila de ventanas redondas en el techo. Parecía una mezcla entre una nave espacial y una calabaza gigante. Gedeón desapareció detrás de la puerta y reapareció momentos después con un bastón de madera que tenía campanas al rededor y con una selección de bolsas de cuero que colgaban de la correa que tenía alrededor de su cintura.

También tenía envuelta una vieja capa de piel de zorro alrededor de sus hombros. .

Las cabezas de los pobres zorros se asomaban sobre sus hombros, y sus ojos de cristal parecían fijos en Kara. Ella se estremeció, pero decidió no decir nada sobre lo mal que estaba usar pieles hoy en día.

Gedeón parecía radiante. "Aquí estamos, estoy dispuesto a librar al mundo de este oscuro asunto.

Puede que esté un poco oxidado, pero estoy seguro de que lo recordaré todo si las estrellas lo quieren".

Gedeón caminó hacia ella con un saltito en su paso y sus bolsas rebotaron alrededor de su cinturón.

"Eh... Gedeón, ¿crees que puedas venir a mi plano durante un rato? Creo que me torcí los músculos del cuello de tanto mirar para arriba.

El hechicero sonrió. "¡Estrellas! ¡Pero por supuesto! Puedo ver cómo el que estemos en el mismo plano simplificaría este asunto". Tronó los dedos y con un soplo de humo blanco, aterrizó con un suave golpe junto a Kara. "¿Mejor?"

"Sí, gracias", dijo Kara. El le sacaba una cabeza ahora que estaba parado a su lado.

"Se supone que me encontraré con mi equipo en la esquina de Broadway y la calle 42 alrededor de las 3, así que, si estás listo, deberíamos irnos.

La sonrisa de Gedeón desapareció. "Oh sí, los espíritus caminantes. Unas criaturas antinaturales.

Tienes suerte de que Olga no los vaporizara o cocinara en su famoso guiso picante de espíritus".

Kara frunció el ceño y se preguntó si eso era lo que estaba preparando Olga en su caldero. "No son antinaturales, son mis amigos, y son ángeles de la guarda, y están tratando de ayudarnos a luchar contra el brujo oscuro y están de nuestro lado. Ellos son importantes para mí”. Kara luchó para controlar su irritación.

"Los muertos deben permanecer muertos", dijo el médico brujo secamente. "

“Y…¿cómo es que la Legión no sabe acerca de ti?", dijo Kara, intentando cambiar de tema.

"Evidentemente haces magia".

"¿La Legión? ¿Te refieres a esa Legión de espíritus caminantes que interfieren? ¿Por qué sabrían? Ellos no significan nada para mí. Yo sólo soy un médico brujo, puedo hacer algunos hechizos básicos, como el velo de invisibilidad, pero sobre todo hago remedios para proteger a otros contra la magia oscura. Soy más bien un maestro de pociones, eso es lo que hacen los médicos brujos. Hacemos medicina mágica. Yo no soy lo suficientemente poderoso como para ser considerado un peligro para nadie”.

Él frunció el ceño, y cuando habló otra vez, su voz estuvo llena de desprecio. "No me importan los asuntos de los espíritus caminantes, lo lamento”.

Kara decidió dejar el tema. Era inútil discutir con un viejo testarudo, que probablemente no había tenido una conversación con una persona real en años. Además, ella necesitaba su ayuda para encontrar su camino entre los túneles de metro. Ella miró hacia el túnel. "Así que, ¿cómo llegamos a la calle 42 desde aquí?"

La sonrisa de Gedeón volvió. “Fácil, sé de un atajo. Conozco todos los pasadizos secretos de los túneles. He vivido aquí más de cien años. Por aquí".

El caminó por el túnel hablando con sigo mismo y contando las paredes. Kara se rio y corrió para unirse a él. Caminaron de lado a lado por unos minutos hasta llegar a otro túnel que se cruzó en su camino.

Una risa siniestra hizo eco a lo largo del túnel.

Kara se congeló.

De repente, las paredes del túnel se movieron y en vez de una abertura, estaban parados frente a otra pared.

"Oh, ¿quieres intentarlo de nuevo? Gedeón metió la mano en una de las bolsas en su cinturón y luego lanzó un puñado de polvo rojo a la pared.

"¡A las estrellas!", gritó. La pared de piedra se movió y desapareció. Ahí estaba el mismo túnel, delante de ellos otra vez.

"Ven, ven, antes de que los túneles se muevan otra vez".

Gedeón corrió por el túnel como un hombre perseguido por un tigre salvaje. Kara comenzó a seguirlo pero se detuvo.

Seis criaturas salieron de entre las sombras del borde del túnel. Tenían ocho patas escamosas y colas como escorpiones. Eran del tamaño de pequeños ponis, y sus venenosas garras afiladas rasgaban el suelo bajo sus pies. Batían sus colas contra las paredes y destrozaban la roca como estuviese hecha de arcilla suave. Sus ojos rojos brillan intensamente y se concentraron en Kara.

Runas brillantes cubrían sus espaldas, y el olor que emanaban era una mezcla de azufre y bilis.

Gedeón gritó y saltó hacia atrás, moviendo su bastón delante de él.

“¡Atrás, demonios!” Se tropezó con sus propias piernas y cayó. Desesperado, jaló una de las bolsas de su cintura. "¡No se acerquen más, o los convertiré en un tazón de sopa de araña!"

Kara sacó su espada y corrió hacia el anciano. Se agachó y lo levantó justo a tiempo para evitar que fuera ensartado por la cola escorpión de uno de los insectos que perforó la tierra a un centímetro de su bota. Continuaron corriendo por el túnel con las arañas gigantes corriendo tras ellos.

Kara se detuvo y dio vuelta para hacer frente a sus agresores. Su espada del alma brillaba bajo la luz amarilla. Seis contra dos no era muy justo, las probabilidades no eran buenas. Ella sabía que su única oportunidad era actuar con rapidez; no tenía tiempo para pensar en un plan.

Sus instintos la guiaron. Mientras una de las arañas gigantes atacaba a Kara, su cola latigueaba de lado a lado, apuntando a su cabeza. Ella se agachó y dirigió su espada hacia el vientre. Tan pronto como la hoja tocó el tejido blando, un líquido verde chorreó al suelo y le salpicó la cara.

La araña brilló y se redujo al tamaño de la palma de la mano de Kara, y las runas desaparecieron.

De reojo vio cómo Gedeón lanzaba un frasco rojo a una de las criaturas. Estalló una bola de fuego rojo líquido y la araña gimió y su cuerpo carbonizado cayó contra la pared del túnel, convulsionando. Se retorció y luego se redujo a su tamaño normal. El hechicero se precipitó sobre ella y la pisoteó repetidamente con sus botas de goma, preparando un nuevo frasco al ver a otra araña de gran tamaño avanzar en su dirección.

Dos arañas más atacaron a Kara. Ella se hizo hacia atrás, rodó a un lado y giró su espada hacia la cabeza de la primera criatura, logrando atravesarla al primer intento. Intentó recuperar su espada a tiempo para luchar contra la segunda, pero no lo suficientemente rápida. Con un poderoso golpe de una de sus patas le pegó a Kara en el pecho, y fue estrellarse contra la pared con un horrible crujido.

El golpe la dejó sin aliento momentáneamente.

Se puso de pie nuevamente, su visión estaba borrosa debido al golpe y le costaba respirar. No sabía si se le acercaban dos arañas o sólo una. Parpadeó, los ocho brillantes ojos rojos de la araña la veían con odio, abrió sus mandíbulas y una red verde brillante salió disparada de sus fauces. Kara saltó a un lado pero era demasiado tarde. La atrapó a medio camino. Ella se estrelló en el suelo, sus brazos y piernas estaban anclados torpemente a sus lados por la red pegajosa. Vapores verdes se

elevaban de ella y el olor a azufre quemaba su nariz, no podía moverse, y podía oír Gedeón gritar mientras luchaba contra la otra araña.

Una pierna peluda escaló sobre ella, la fea cara de la araña gigante estaba ahora a unas pocas pulgadas de su propio rostro.

"Eh... ¿me podrías dar un poco de ayuda aquí, Gedeón?", gritó, con el corazón en la garganta.

No hubo respuesta. La araña abrió sus fauces para morderle la cabeza y su miedo se convirtió rápidamente en ira. Sus instintos afloraron y surgió una energía fresca a través de ella que deseaba explotar. Estaba vibrado por dentro, su cabello estaba erizado y la tierra gimió bajo sus pies. De pronto, el aire a su alrededor se llenó de electricidad.

La araña bajó su cabeza.

¡Crak!

Un rayo de plata emanó de Kara cegándola por un segundo. La criatura gimió y luego hubo silencio, nada más que el olor a pelo quemado. Una gota de gelatina verde chisporroteaba y crujía sobre la tierra. Una pequeña pata era todo lo que quedaba de la araña gigante. Ella movió sus brazos y piernas para confirmar que estuviera completa y vio que la red se había derretido, dejando sólo unos cuantos fragmentos verdes pegados en su chaqueta. Se puso de pie, la electricidad todavía burbujeaba dentro de ella y el colgante pulsaba al ritmo de su corazón.

"A eso le llamo yo tener poder". Gedeón sonrió mientras ajustaba una de las bolsas alrededor de su cinturón. Kara vio a la última araña, aplastada como un tomate podrido detrás de él.

"Nunca había visto nada igual, y he visto muchas cosas grandes en mis tiempos, las estrellas pueden decírtelo. Tu magia es absolutamente extraordinaria, los poderes de la madre tierra se materializan como electricidad plateada entre tus dedos, ¡bella y mortal! Y eso es lo que va a vencer al brujo oscuro".

Kara no se sentía muy potente en ese momento. Sabía que estaban perdiendo tiempo. El brujo oscuro seguía lanzando obstáculos en su camino con la esperanza de mantenerlos aquí por un tiempo, aunque él no pudiera matarlos. Ella sabía lo que estaba planeando.

Buscó por el suelo con sus botas y se agachó para recuperar su espada. Estaba cubierta de baba verde. Era asqueroso, pero era la única arma que tenía, así que limpió la hoja en sus jeans y la colocó nuevamente en su cinturón.

Ella vio hacia arriba. "Vamos a salir de aquí antes de que cualquier otro insecto gigante decida hacernos su almuerzo”.

Gedeón asintió, su pelo blanco rebotó en la parte superior de su cabeza. "De acuerdo. Por acá”.

Corrieron por el túnel, hacia arriba. Kara podía oír y sentir las vibraciones de los trenes del metro. Gedeón pasó dos túneles más, dio vuelta a la derecha, esperó que pasara un tren y entonces corrió a la plataforma. Kara se mantuvo a la par, pero sus respiraciones se sentían como cuchillas de afeitar en la garganta. Subieron a la plataforma y esperaron que nadie les hubiera visto. Después de

todo esto era Nueva York, y había cosas más extrañas en esta ciudad gigantesca que una chica adolescente flaca cubierta de suciedad que salía de un túnel del metro. Ella calculó que nadie la notaría.

Sus jeans estaban manchados con su propia sangre, y ella hizo su mejor intento para cubrirse con su chaqueta. A medida que caminaban a través de las salidas, Kara no pudo evitar las miradas extrañas que Gedeón y ella estaban recibiendo, sobre todo el médico brujo. Su pelo y vestimenta extraña llamaban la atención. Kara solo esperaba no atraer la equivocada... ser detenidos por la policía no ayudaría a la misión. No podían permitirse atrasos de ningún tipo.

El signo que estaba por encima de las dos puertas de salida leía Calle 42. Kara abrió las puertas y salió a la acera.

La calle 42 se elevaba sobre ellos. Había vallas publicitarias con pantallas del tamaño de pequeñas tiendas a los lados de las calles inundadas de lugareños y turistas. Podía oler cacahuates tostados y asfalto.

Pero había algo muy diferente esta vez. Una bruma verde brillante se deslizaba por el suelo a través de la multitud, serpenteando alrededor de los coches y evitando los edificios. Sigilosamente, se arrastraba a lo largo de la calle extendiendo tentáculos que se elevaban haciendo espirales y buscando víctimas.

Uno de los tentáculos se enredó alrededor de un hombre joven y le envolvió como un capullo, desapareciendo después por entre la boca del hombre. Luego de un instante la niebla reapareció con una esfera blanca brillante. Kara se dio cuenta, con horror, que era su alma. Cientos de estas esferas brillantes flotaban en la niebla y desaparecían de la vista entre la niebla, como luces de una pista de aterrizaje. La piel del joven empezó a brillar con runas verdes, pero siguió caminando, ajeno al hecho de que su alma había sido robada.

La niebla se arrastró sobre el suelo y se lanzó hacia su próxima víctima.

"¡Oh cielos! ¡Que las estrellas nos ayuden!", dijo Gedeón.

Kara casi no podía respirar. “¿Qué es esa niebla? ¡Está tomando sus almas!".

Gedeón bajó la cabeza. "Esto, mi estimada, es la niebla de la sombra, la niebla del brujo oscuro.

Es magia negra de la peor clase, sólo un brujo poderoso, podrido hasta la médula, puede conjurarla.

Él lo utiliza para robar las almas. Estamos tratando con un loco, sin duda".

"Está en todas partes. ¡Tenemos que detenerlo!" Kara comenzó a avanzar hacia adelante, pero Gedeón la detuvo. "No hay nada que puedas hacer para detenerlo ahora. Si la niebla te toca, también podrías perder tu alma".

"Así que ¿qué podemos hacer?"

"Debemos detener la conexión, si matamos al brujo la niebla desaparecerá".

Kara observó en silencio mientras la niebla de las sombras rodaba a través de las multitudes, extrayendo sus almas y dejándolas como cáscaras rotas. Sus expresiones se hacían sombrías, y Kara

sabía que enfermarían y morirían, al igual que su madre.

La niebla de la sombra siguió su camino. En un minuto o dos estaría sobre ellos.

"No podemos quedarnos aquí por mucho tiempo", dijo Gedeón. Golpeó su bastó tres veces en la acera de cemento y exclamó. "No quiero esa cosa desagradable cerca de mí".

Kara miró su reloj: 15:05 ¿Dónde estaban David y los demás? No era tan tarde, David seguramente la habría esperado.

"Bueno, tengo que decir las cosas han cambiado desde la última vez que estuve aquí". Los ojos de Gedeón giraban entre las vallas publicitarias y los rascacielos. "No existían estos edificios tan altos en mis días", exclamó, y tapando sus oídos con sus dedos agregó: “¡Y es muy ruidoso!”

Kara sentía lástima por Gedeón. La calle 42 era un contraste absoluto con su mundo solitario.

Ella miró el cielo, estaba nublado y gris y parecía que iba a nevar. Normalmente habría pensado que se veía hermoso, pero un cielo que oscurecía significaba que pronto sería de noche y el brujo comenzaría su ritual.

Su corazón latió con fuerza.

"El brujo ha estado muy ocupado", dijo Gedeón, viendo las multitudes al igual que Kara. "Ya hemos perdido más almas de las que puedo contar, terrible asunto es este. Terrible".

Una nube gris se movió demasiado rápido hacia la ciudad. El ocaso se acercaba rápidamente, y Kara todavía no tenía idea de cómo derrotar a los brujos.

"Debemos actuar rápidamente", dijo Gedeón saliendo de su trance. “Él comenzará su ceremonia al atardecer. Derrotaremos al brujo oscuro juntos".

Kara miró al viejo. "Pero ¿cómo? Si él es tan poderoso como dices que es, ¿cómo podremos hacerlo?"

"Como las brujas y los hechiceros lo han hecho antes. Debemos unir nuestras fuerzas. Yo voy a hacer todo lo que pueda, pero eres tú quien debe derrotarlo. Yo no soy tan poderoso como tú, son tus poderes los que son la clave para su destrucción. Es la única manera, Kara".

Kara se retorció nerviosamente.

"Estos poderes que tengo no son tan sencillos de conjurar como piensas. Como ángel de la guarda me acostumbré a ellos, y después de un tiempo los pude controlar. . Pero ahora, en este cuerpo, soy un completo desastre. Es como si me hubiese olvidado cómo hacerlo, son diferentes de alguna manera”.

El viejo hechicero sonrió con gusto. "Eso es normal. Es sólo que es más difícil canalizar tu energía como un mortal que como un espíritu caminante. Los seres humanos nacen con una barrera que les impide estar en contacto con los otros planos sobrenaturales. Viven en un plano solamente, mientras que las brujas y hechiceros pueden acceder a todos los planos y utilizar el poder de cada uno de ellos.

Gedeón vio a Kara. "Pero tú eres única. Eres más sensible a los distintos planos. Como una

bruja, pero diferente, de una manera más orgánica. Usas las energías de la tierra, tu poder está en ella.

Naciste con la capacidad de invocarla, sólo tienes que concentrarte más en canalizarla. ¿No te enseñó Olga cómo canalizar tu energía? Ella te dio su colgante”.

Kara miró al suelo. No podía verlo directamente a los ojos. "Hay algo que no te he dicho sobre Olga", dijo. Le contó cómo el brujo oscuro los había encontrado y matado a Olga. Cuando ella terminó miró hacia arriba, pero Gedeón le había dado la espalda y estaba en silencio. Ella deseaba poder haber salvado a la vieja bruja. Tal vez debería haber luchado más.

"¡Kara!" Kara se volvió hacia la voz. Su corazón se le salía del pecho. David se escurría a través de la acera llena de gente, su radiante sonrisa le avivaba las mariposas en su estómago y le debilitaba las rodillas. Su deslumbrante piel de ángel invadía sus sentidos. Hizo su mejor esfuerzo para suprimir sus emociones y actuar normalmente.

Rodó su pulsera de cuero alrededor de sus dedos, le había traído suerte. "Lamentamos llegar tarde", dijo David al ponerse a su lado. Iba a tomar su mano, pero se detuvo y cepilló su cabello con sus dedos en su lugar, mirando hacia el suelo torpemente. Alguien se equivocó en la DCD y el tanque Vega nos llevó a la calle 48 en lugar de la 42.

Jenny apareció segundos después y sonrió cuando vio a Kara.

"Y hemos estado tratando de evitar tocar el extraño vapor verde que flota por todos lados en la ciudad", continuó ella." Sé que estamos en nuestros trajes M, pero aún no así no confiamos".

"¡Hey! ¡Ten cuidado!" Le gritó a un hombre que la había golpeado y se reacomodó su arco y aljaba en su espalda.

Kara buscó sobre sus cabezas. "¿Dónde está Peter?

La sonrisa de Jenny desapareció. "Él... él tuvo que permanecer un poco más en Curación-Exprés que el resto de nosotros. Peter estaba realmente mal". La voz de Jenny se quebró. "Dicen que es un milagro que su alma haya sobrevivido el salto hacia Horizonte. Tendrán que rehacerle sus piernas de ángel”.

Ella arrugó su frente al ver los pantalones de Kara. "¿Qué te pasó? Estas cubierta en sangre".

Kara intentó frotar las manchas para desvanecerlas. "No es nada, unas cuantas ratas gigantes del brujo y otras tantas feas arañas".

"¿Ratas del brujo?" David se inclinó y la inspeccionó. "¿Estás herida? ¿Qué pasó con esos dolores de cabeza y sangrados de nariz?"

Kara evitó sus ojos. "No tengo más dolores de cabeza, de veras. Gedeón me ayudó a curarme".

Gedeón volteó a la mención de su nombre. Todos notaron al viejo hechicero de inmediato y Jenny sonrió para sí misma.

"¿Quién es el abuelo?" dijo David levantando sus cejas mientras miraba fijamente el manto de piel. "Estoy bastante seguro de que Broadway está hacia allá, anciano, y me parece que están haciendo una nueva versión de la obra Cats".

"No me gusta tu tono, espíritu caminante", dijo Gedeón frunciendo el ceño, y luego pasó sus dedos en el aire como si estuviera haciendo algunas extrañas señales para luchar contra los malos espíritus. "Sí, sé lo que eres. Puede que no tenga la magia de un brujo, pero todavía puedo ver a través de tu velo. Deberías mostrar más respeto a los vivos, este es nuestro reino".

"Mira quién habla", se burló de David. "Tu cambiarás de reino en cualquier momento.

"David", interrumpió Kara. "Él es Gedeón, la persona a la que Olga me dijo que buscara. Es un médico brujo, le debo mi vida y necesitamos su ayuda en esta misión".

David se inclinó sobre Kara. "¿Qué te pasó después de que nos separamos?”, le dijo mirándola a los ojos. "Dime".

Después de que le explicó todo lo que había ocurrido en los túneles, la actitud de David cambió rápidamente. Le dio unas palmaditas al médico brujo y le dijo: “Bueno, al menos estás de nuestro lado, abuelo”. Hizo una cara y retiró algunos pelos de zorro de sus dedos.

Los ojos de Gedeón se expandieron y se alejó de David, claramente disgustado por haber sido tocado por un espíritu caminante. Dibujó algunos otros símbolos en el aire con sus dedos y dijo: "La niebla de la sombra se acerca, debemos irnos ahora”.

Una sombra pasó sobre Manhattan y Kara sabía que el tiempo se estaba acabando.

Miró su reloj. “Son las 3:15 pm. La puesta del sol será exactamente a las 4:39 pm, eso nos da casi una hora y media para encontrar la Aguja de Cleopatra y de alguna forma milagrosa derrotar al brujo oscuro".

"¿Alguna idea de cómo vamos a hacer eso?" preguntó David.

Kara se encogió de hombros. "Creo que llegará a mí cuando nos encontramos en el lugar".

Pero, ¿por dónde comenzamos?" dijo Jenny nerviosamente. “Nueva York es una de las metrópolis más grandes del mundo, ¿cómo se supone que encontremos la Aguja de Cleopatra? Y a todo esto, ¿qué carambas es la Aguja de Cleopatra?”

“Eso es sencillo”, interrumpió Gedeón. “Es un monumento antiguo de increíble poder que se encuentra en el Parque Central de Nueva York”.

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