Molly

Molly


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Epílogo

Mi historia comenzó en las selvas tropicales de Malasia y Singapur, donde mi hermano y yo, acompañados de nuestros fieles amigos caninos, corríamos por doquier como personajes de una novela de Rudyard Kipling. Fueron buenos años, llenos de experiencias inolvidables, y sin duda influyeron en todas las decisiones que he tomado con las mascotas que he tenido.

A mediados de diciembre de 2018, Molly llegó al centenar de búsquedas. Ha contribuido a la recuperación de sesenta y cuatro gatos, seis perros y una tortuga mediterránea, muchos de los cuales habrían fallecido sin su ayuda. Los veintiséis gatos restantes no fueron localizados, a pesar de que hicimos todo lo que estaba en nuestras manos. Algunos habrán sido víctimas de motores de combustión interna o se habrán escabullido a rincones tranquilos para pasar el rato. Otros habrán sido víctimas de su insaciable curiosidad y quizá los llevaron a un nuevo vecindario por accidente, pero algunos gatos simplemente no quieren que los encuentren y puede que hayan adoptado a nuevos dueños o hayan vuelto al mundo salvaje.

Molly es una perra extraordinaria y nunca deja de sorprenderme, cuestiona cada regla que impongo y jamás termina por aceptar mi derecho a imponer mi dominio. ¿Por qué iba a hacer algo así? A fin de cuentas, somos un equipo, y ella merece que la trate como a una igual. Es excelente cuando se trata de resolver problemas y recuerda cada uno de los lugares en los que ha encontrado a un gato perdido. La recuperación más rápida registrada nos llevó menos de cinco minutos, y hace poco comenzó a tocar con el hocico los escondites de los gatos desaparecidos, algo que solo pudo haber aprendido al observar a los perros de biodetección que trabajan en la academia de entrenamiento de MDD.

Aunque está preparada para compartir todo lo que sabe sobre su mundo, no puede decirse lo mismo de los gatos. Tienen fama de reservados e indiferentes, de comportarse de forma impredecible; pueden estar felices un día y desaparecer al siguiente. Sin embargo, soy un detective experimentado y he aprendido el valor de ser paciente. Con cada caso descubro un poco más sobre estas supuestas criaturas furtivas, y he comenzado a identificar patrones en su comportamiento, lo que me ayuda a comprender por qué se pierden y, sobre todo, por dónde empezar a buscar cuando eso ocurre. No me parece que los gatos sean tan reservados. Un gato infeliz suele comunicarle a su dueño su estado mucho antes de abandonar el hogar. Si adviertes que tu gato se comporta de forma extraña, es porque quiere que lo notes; presta atención, pues podrías ahorrarte mucho sufrimiento.

Un último apunte: me habría encantado incluir cada uno de los casos que hemos investigado y mencionar a toda la gente maravillosa con quien hemos trabajado, pero son demasiados para un solo libro. Además, habrá muchos más casos por investigar en 2019 y he planeado buscar un nuevo aprendiz… pero esa es otra historia.

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