Misha

Misha


Capítulo 50

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“Mi mujer se ha perdido en el laberinto de la desesperanza”

“Su corazón está frío, helado, contraído, paralizado. Sentir que se aleja de mi vida, y no poder hacer nada por evitarlo es lo más devastador que he sentido nunca. Me siento expulsado de su mundo, de su corazón, de su cuerpo y de su alma… me siento como un desterrado.

Cada día que pasa, se aleja más y más de mí, y yo… yo no puedo soportarlo. Se ha soltado de mi mano con la misma suavidad con que el agua de lluvia se escurre entre los dedos, y se ha ido en busca de otra mano, en busca de otro cuerpo que es parte del nuestro, sangre de nuestra sangre, un cuerpo en el que está un trozo de nuestro corazón, un trozo de nuestra alma.

Mi mujer se ha perdido en el laberinto de la tristeza, ese lugar olvidado en donde la bruma todo lo envuelve y el dolor todo lo invade, y temo que no encuentre el camino de vuelta, temo que no sepa regresar hasta mis brazos. Por las noches, cuando se queda dormida, me siento a mirarla sólo entonces me atrevo a tocarla. Recorro su cara con los dedos, la sombra del dolor habita bajo sus ojos, y las facciones marcadas han sustituido a las redondeadas. Intento que las caricias de mis dedos la hagan volver del laberinto en el que se haya, quiero hacerla regresar de la nada, quiero recordarle el amor que nos une, y por eso cada noche le susurro las palabras que me salen del alma…

Eres el tesoro que encontré en el fondo del mar, eres el corazón que late en mi pecho, eres la luz que ilumina mi vida y la baña, eres mi sol en el firmamento, eres mi luna, eres mi tierra, eres mi casa. Vuelve, mi amor, regresa a mi cuerpo que tanto te ama, regresa a mis brazos, regresa a mi mundo, vuelve a mi vida, vuelve, deja de volar entre las hadas”.

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