Memento mori
Septiembre de 2010. Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro Sancho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días. La investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y en cuyo cuerpo han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el autor nos arrastra por un camino inesperado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino: un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal. La evolución frenética de los acontecimientos desemboca en la intervención de uno de los especialistas más reconocidos en el comportamiento de los asesinos en serie. Este complejo triángulo emocional, unido a la intriga que envuelve al siniestro cómplice del asesino, hace que Memento mori se convierta en un profundo thriller de acción con banda sonora que atrapará al lector de principio a fin.
• Cubierta
• Prólogo
• Empezar porque sí (y acabar no sé cuándo)
• Hoy párpados hinchados te ciegan
• A grandes rasgos, podrías ser tú
• Nunca he confiado en los labios muy finos
• Este coma de pronóstico reservado
• Bajo el efecto de la adormidera
• (Empezar porque sí) y acabar no sé cuándo
• El mismo humor y descontento
• Y los gusanos siempre están hambrientos
• Y tengo la impresión de divagar
• Que no sea todo mentira o en su defecto no lo parezca
• De puta o de beata, encantadoras ambas
• En la piel de una gota, mis alas volvieron rotas
• Nunca fue tan breve una despedida
• Aspira fuerte el napalm, que huele a victoria
• Carente de todo, disidente de nada
• Los escombros que nos restan
• Un momento se va, y no vuelve a pasar
• Días de borrasca, víspera de resplandores
• La pelea de gallos, se admiten apuestas
• Poemario
• Notas