Mao

Mao


13. El aprendiz de brujo

Página 43 de 131

Entre 1959 y 1960 murieron de hambre unos veinte millones de chinos, y nacieron quince millones menos de niños, debido a que las mujeres estaban demasiado débiles para concebir.[281] Otros cinco millones murieron en 1961 de inanición. Fue el peor desastre humanitario jamás acontecido en China —peor incluso que la gran hambruna de 1870; y peor que la rebelión de los Taiping.[282]

Mientras contemplaba la ruina que sus engaños habían producido, Mao comenzó sombríamente a hacer realidad su promesa, largo tiempo pospuesta, de retirarse al «segundo frente». El Gran Salto había resultado ser una equivocación apocalíptica. Su sueño grandilocuente de abundancia universal se había metamorfoseado en una épica del horror más puro. A finales de 1960 dejó de lado, definitivamente, la idea de hacer de China una gran potencia económica para no volver a ocuparse nunca más de ella.

Ir a la siguiente página

Report Page