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Retales madrileños » 25. Edgar Neville

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25 Edgar Neville

(Madrid, 1899-1937). Poeta, escritor y director de cine. Pese a formar parte de la generación del 27, los guardianes de las esencias se han resistido durante años a considerarle uno de los suyos: al fin y al cabo era marqués del Duero y humorista, y aunque no fuera en absoluto un fanático se puso del lado de los vencedores de la guerra civil, detrás de una cámara (rodando documentales como La ciudad universitaria ). Antes de la guerra había trabajado en Hollywood. A Madrid le dedicó algunos libros (Frente de Madrid , el primer intento de una reconciliación; la película que hizo con el mismo título no pasó la censura franquista) y Producciones García S.A ., sobre el mundo del cine, es uno de los libros más hilarantes que recuerdo. Sus películas tienen un doble interés: por un lado, sus historias y su visión nostálgica de un mundo que se le estaba yendo, y por otro, el meramente documental: nos enseñan un Madrid que hoy nos parece tan lejano como el de la maqueta de Gil de Palacio. Acaso sea el director de cine que más atención haya prestado a Madrid. En los años cuarenta y cincuenta, cuando rodó sus películas, la ciudad vieja estaba aún lo bastante bien conservada como para servirle de decorado romántico y de la Restauración (El baile , El crimen de la calle Bordadores ) o atemporal (Martes de carnaval , en la que el pintor Gutiérrez-Solana diseñó las máscaras; La torre de los siete jorobados , a partir de la novela de Carrere sobre el Madrid subterráneo, en la que aparece una ciudad nocturna fascinante, o Mi calle ), o de la posguerra (El último caballo , maravillosa historia y uno de los mejores retratos que se hayan hecho nunca de Madrid). Amigo y admirador de Chaplin (hay una foto preciosa de la época hollywoodiense en la que se le ve a este, caracterizado de Charlot, sentado junto a un Neville jovencísimo), prevalece en sus obras siempre un punto de vista poético que presenta de la realidad su mejor lado, sin olvidar nada de cuanto hace que la vida sea difícil, triste y huidiza; por eso sus películas se ven a menudo con esa sonrisa melancólica que aparece en las creaciones chaplinescas. Fue claramente uno de aquellos que, ganando la guerra, perdió todo lo demás: manuales de literatura y el puesto de honor que merecía en la historia cultural madrileña y española. Dentro del Régimen, una anomalía (su amancebamiento con la actriz Conchita Montes era público y notorio); el cinismo de sus frases, proverbial («imposible, yo engordo con cualquier cosa», a una señora del barrio de Salamanca que le aconsejaba ir más a misa y comulgar para hacerse perdonar su vida en pecado con la actriz); y su independencia, temeraria (desde el primer momento habló y escribió sin tapujos del asesinato de su amigo García Lorca).

335. Chaplin y Edgar Neville.

Su cine ha ido ganando con los años más y más adeptos. Recientemente ha aparecido su Historia madrileña del medio siglo (Renacimiento, 2020), otro homenaje literario a su ciudad.

En la revisión del callejero que acometió el Comisionado de la Memoria Histórica en 2018, la calle que se le quitó al general Moscardó se le dio a él, contra la opinión de los seres queridos de este general y de quienes querían dársela al general Líster y ganar de una vez por todas aquella guerra «que no teníamos que haber perdido».

336-337. Frente de Madrid , cubierta y fotograma de la versión cinematográfica.

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