Más allá de las miradas

Más allá de las miradas

Daniel Espinoza alias "Mogux"


Capítulo 1.
EL TIMIDO

Un día mas en el trabajo, suele ser a su vez algo aburrido pero no me quejo, trabajo en unas oficinas recibiendo llamadas durante el día, durante las noches y mi tiempo libre soy algo traviesa y me gusta imaginar fantasías sexuales que quizá nunca ocurran. 

Las horas del trabajo en ocasiones pasan lento, cuando llega mi hora de almorzar me gusta ir comedor normalmente esta vacío, solo van personas a la hora de tomar café, me he percatado que siempre llega un chico exactamente a la misma hora, de un vestir casual diferente para el tipo de trabajo, se ve que es tímido pero nada torpe no mira mas que al suelo y en ocasiones a su alrededor, entra con la taza en la mano y la otra en un bolsillo, después de unos minutos entras dos o tres de nuestros compañeros “para que se arme la fiesta del café”

Me gusta pasar los minutos que estoy en el comedor con una lectura y mirando a ese chico, tiene un atractivo que me resulta intrigante, muy llamativo, su mirada no refleja esa timidez que muestra al andar, noto que es muy meticuloso, puntual, bastante ordenado al parecer.

Los días pasan y eh notado que me mira cada que me distraigo; me he puesto a pensar, tiene cierto aire a que nunca a estado con una chica íntimamente, eso hace que el me resulte mas atrayente, su inocencia, deseo ser la primera en llevarlo a las fronteras de la perversión, hacerlo vivir una de mis fantasías! "me excita pensar en ello"

He decidido hoy vestirme con las prendas mas atrayentes de mi guardarropa, una vestimenta que dé, de hablar a las mojigatas de la oficina, un sostén de encaje blanco una blusa de tela escotada del mismo color con botones, una enagua azul oscuro que admito que causo que mas de uno perdiera su parada de autobús y mas de un accidente camino a las oficinas.

Pasan las horas y espero que llegue la hora de ir al comedor, el momento del café ha llegado, espero inquieta a mi presa, perdón, compañero de trabajo, me he sentado con mi libro dos mesas delante de a donde se suele sentar él; él entra al comedor con su taza, su mano en el bolsillo y su picara mirada, su estricto orden a cambiado parece desorientado al verme, toma asiento y le miro fijamente, dejo que mi escote pronunciado haga su labor, lo cual puedo notar que es muy efectivo, derrama parte del azúcar que le ponía a su taza de café, le he conocí una parte torpe que jamás le había visto.

Mis pezones duros por el aire acondicionado se marcan sobre la blusa, cada vez que volteaba la pagina los frotaba discretamente, por mas que el intentaba disimular su mirada logro ver que su evasiva mirada había caído justo en el camino que le estaba marcando; este escote estaba cumplimento su labor de “llamar sus ojos” y no dejar que miraran a otro lugar!

Ya tengo la atención de ese joven tímido, con una sutil movimiento de piernas las cambio de postura para cruzarlas y con ligeras caricias paso mis dedos por ellas, noto que su rostro cambia a un tomo más rojizo, con la excusa de resaltar algo en el libro tomo el lápiz que sutilmente paso en medio de mis pechos, con la punta del lápiz juego con mis labios, por momentos asomo la punta de mi lengua para rosar la cabeza del lápiz, no dejo de mirarlo, veo como sus ojos se convierten en lujuria, un deseo embriagador a tenerme, tomarme a satisfacer sus deseos mas primitivos y salvajes con migo.

Había logrado encender un interruptor que ya no se apagaría más.  

Quedan diez minutos para que volviera a su labor, si en esos minutos no se levanta, he logrado provocarle una erección que no quizá no haya tenido desde su pubertad. Procedí a levantarme y retirarme quedando de lejos pero sin dejar de mirarle, el chico sin que nadie lo observara (eso pensaba el) llevo su mano a su pantalón para intentar acomodar su miembro hacia arriba para caminar sin mostrar la erección que le provoque, aun así caminaba con una leve inclinación incómoda y algo apenado; me sentí mal por un momento pero había logrado encender un interruptor que ya no se apagaría más.

Me excita el pensar que "Yo" estaré en su mente, se masturbara pensando en mis pechos, mis endurecidos pezones, excitado por mis piernas incitándolo a que él las abriera, llegara a regarse tanto imaginándose que me toma en su cama hoy su paja será la mejor de toda su vida.
Porque hoy estaré en su fantasía.  


The Gurkas































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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