Lara

Lara


XX

Página 25 de 27

 

X

X

Por los viejos amores

 

Lara despertó luego de dormir toda la tarde, sentía su cuerpo adolorido y su corazón le pesaba. Se levantó, tomó una ducha y se preparó para ir a cenar con Marcos.

Se vistió con un vestido negro, el cual tenía delicados dibujos bordados en dorado en la parte de la falda, fue un regalo de Tanya, poco antes de que terminara con Yannick. “Úsalo solo cuando te sientas feliz, para que siempre recuerdes que es así como yo quiero verte”. Sonrío de lado y más que una sonrisa, parecía una mueca de dolor, ese no era para nada el caso, pero parecía apropiado usarlo, el vestido era muy hermoso...

***

Miré por la ventana, tenía una hermosa vista de Quito. Pensé en todo lo que había logrado en esos últimos meses. Como había transformado la vida de muchas personas, y como ellos me habían devuelto la vida a mí.

Llegué temprano al restaurant, Marcos estuvo 5 minutos después

—Lara, estás… deslumbrante…

—Gracias, tú también te ves muy bien.

Hablamos de diferentes temas durante la cena, sin duda, era un hombre muy inteligente, y hubiera estado encantada de estar con alguien así en mi vida, en algún momento, cuando la niebla del desamor se hubiera disipado

—¿Trabajaste en Inglaterra y Australia?

—Así es, me inicié en TNAT, la empresa de comunicaciones europea y, luego, junto con algunos de los accionistas, comenzamos con diferentes proyectos de energías renovables.

—¡Eso es genial! ¿Qué puesto tuviste en la compañía?

—Era… asistente del presidente, Yannick Tolman

—¿En serio trabajaste con Yannick Tolman? Ese hombre es brillante.

—Sí… si lo es, fue… un gran maestro

—Y sin duda, tú has sido una buena alumna, transformándote en dueña de varias firmas, el crecimiento de tus proyectos ha sido increíble, pasaste de ser la cenicienta a ser una reina, el seguramente estaría orgulloso de ti. ¿Sigues teniendo contacto con él? —Negué con la cabeza y le di una pequeña sonrisa, tragué saliva, quería cambiar de tema, pero no sabía cómo hacerlo.

—Bueno, ¿y qué hay de ti?

—¿Qué podría decirte? Mi historia no es tan entretenida como la tuya, pero bueno a ver… estuve casado 3 años, me separé hace 2 meses, de mutuo acuerdo afortunadamente, y tengo una hija de dos años, Lucía, el gran amor de mi vida. ¿Tú tienes hijos?

—No, no tengo.

—Son maravillosos, los pequeños diablillos ponen de cabeza tu vida, pero, te dan todo su amor y es simplemente, hermoso. No podría vivir sin mi pequeña. Vengo de una familia de contadores, por lo que elegir una carrera no era una opción, sin embargo, disfruto mi trabajo. Mi padre se retiró luego de que me casé, me dejó a cargo del estudio y de los socios. No puedo quejarme, no nos ha ido mal… Qué hay de ti Lara, nunca te lo he preguntado, pero ¿estás casada o tienes novio?

¿Cómo explicarle que estaba atada a un hombre con un lazo invisible?, qué no podía deshacerme de él, como un nudo atado a mi garganta que no me asfixiaba, pero tampoco me dejaba respirar libremente. Mi mente estaba en hibernación, solo lo veía mover su boca, pero no podía escuchar nada de lo que esbozaba. Mi mente estaba en otro mundo, mejor dicho, en otra persona.

—Lara, Lara, Tierra llamando a Lara —vi como movía su mano delante de mí

—¿Qué? Lo siento… en verdad… disculpa me distraje… ¿qué decías?

—Te preguntaba si tienes pareja…

—¿Eh? No, no tengo.

—Pero ¿estuviste en una relación formal?

—Sí, estuve con alguien, hasta hace un año —Marcos se acerca a mí, como si fuera a decirme un secreto.

—¿Puedo hacerte una pregunta?, por favor, siéntete libre de responderla o de mandarme a la mierda, si lo crees necesario

—¿Mandarte a la mierda? Vamos, ¿qué puede ser tan serio? —reí nerviosa

—Yannick Tolman… dijiste que fue tu maestro… ¿es así?

No había forma de evadir la pregunta, entendía perfectamente de lo que hablaba y no se estaba refiriendo al plano laboral en absoluto. Marcos había sido sincero conmigo y sentí que yo debía serlo del mismo modo.

—Yan… fue todo para mí… mi jefe, mi mentor, mi sueño, mi pesadilla, mi enemigo, mi mejor amigo, mi más grande anhelo, mi amante, mi gran amor, todo… Yannick fue mi maestro en todos los sentidos, me hizo aferrarme a la vida y a veces odiarla. El me convirtió en quien soy… me gustaría pensar que soy una mejor versión después de él.

Marcos no emitió opinión alguna, solo me miró, analizando cada palabra

—Escucha Lara, no voy a mentirte, me gustas, creo que eres una mujer maravillosa, pero no puedo competir contra alguien así. ¿Hace cuánto no lo ves?

—Hace más de 1 año

—¡Mierda! Y Sigues igual de enamorada que el primer día.

—No, yo no creo que…

—Por Dios Lara… no puedes negar lo obvio, no después de semejante declaración, sabes una cosa… si mi exmujer hubiera tenido la cuarta parte de los sentimientos que tienes por ese hombre, aún estaría con ella. Dime… ¿por qué terminaron?

—Se enamoró de otra —lancé sin rodeos, agarrando la copa de vino y tomando todo su contenido

—Oye, eso es… el tipo es un imbécil.

—Supongo —me encogí de hombros

—Te propongo un brindis —llenaba mi copa de vino una vez más— por nosotros, y por los viejos amores— sonreí sin ganas, pero levanté la copa y brindé con el

—Por nosotros y por nuestros viejos amores… estén donde estén

—¿Te puedo dar un consejo?, date tiempo, sé que en este momento te duele tanto que hasta cuesta respirar, lo sé, lo viví con mi primer amor, pero después de un tiempo decides rehacer tu vida...

—Tal vez tengas razón —respondí mirando sus hermosos ojos

Regresé al hotel y una vez que ingresé fui directo al balcón, donde tomé asiento luego de quitarme los zapatos, no dormiría esa noche. Marcos era una buena persona, tal vez, en algún momento, podría darme una oportunidad con él.

Por la mañana decidí ir a visitar a mis padres y a mi hermana, salí a dar una vuelta con ella. Me gustaba sentarme en la cafetería cerca de mi antiguo hogar, y, en silencio, ver a los niños jugar. En esos momentos, él se colaba en mis pensamientos y hacía que toda mi piel se erizara, Marcos tenía razón, mis sentimientos por el no habían cambiado. Aún lo seguía viendo en mis sueños, tocándolo, me hacía sentir viva nuevamente. Había viajado a Europa varias veces desde nuestra despedida, pero nunca pude regresar a Inglaterra. Supongo que no estaba preparada mentalmente para volver allí.

Mientras me perdía en mis pensamientos, Selene tomaba chocolate caliente, junto con una porción de tarta de frutilla.

—Está bueno ¿no? —pregunté guiñando un ojo

—Sí Lari, me encanta —agregó mostrando su más hermosa sonrisa

El celular sonó en aquel instante, era Tanya.

—¡Tanya!

—Lari, có… ¿cómo estás? —su voz entrecortada me confundía

—Bien y tú, ¿estás bien??

—¿Yo? Sí, sí claro estoy bien

—Te escucho rara, ¿pasa algo?

—Perdóname Lari, tuve que hacerlo, él estaba muy mal, sé que es un imbécil, pero…

—No tengo la menor idea de qué estás hablando

—Hablé con Yannick Tolman —mi corazón dejó de latir por un momento.

—Tanya, ¿qué pasa? ¿qué quería?

—Tu celular, quería saber dónde estabas, que hacías

—Le diste mi celular, ¡voy a matarte! —traté de contenerme para no gritar

—No… no eso no, no le di tu celular, ni le dije donde vivías

—¿Entonces?, no entiendo —me rasqué la cabeza tratando de comprender a mi prima

—El me hizo preguntas de ti, cómo estabas, si tenías pareja, a qué te dedicabas…

—Tanya, oficialmente has dejado de ser mi prima —añadí seriamente

—Espera mujer, sólo le dije que te estabas dedicando a energías renovables, que seguías trabajando en esa actividad.

—Está bien, olvídalo, si solo le dijiste eso, está todo bien, ¿por qué quería saber de mí?

—No lo sé, pero se veía muy mal, tal vez tenga crisis de conciencia —quería preguntarle tantas cosas sobre él, cómo se veía, si era feliz, me contuve, sabía que nada de eso era bueno, fingí ignorar aquello

—No te preocupes Tanya, dime, ¿cómo estás tú y Eric?

—Estamos bien, tengo que darte una primicia… ¡vas a ser tía!

—¡Ahhhhhhhhh! —comencé a gritar como loca, Selene temblaba, pobre niña, casi le había dado un infarto

—¿Es en serio? ¿Qué dice Eric?

—Aún no lo sabe, se lo voy a decir esta tarde, después de la Junta.

—Me alegro tanto, en verdad te mereces esto y más

—Gracias Lari, no sólo por esto, sino por todo, por haber cambiado mi vida, después de todo, tú me presentaste al idiota que amo tanto

—¡Jajajajaja! Tanya, no lo trates mal, es un idiota inofensivo...

—Sí ya lo sé

Ambas reímos, la noticia hizo que me olvidara completamente del interés de Yannick en mí. Mi mente se quedó con mi prima y Eric, era su momento, y había querido compartir un pedacito de su alegría conmigo...

 

 

 

 

 

 

 

Ir a la siguiente página

Report Page