Lara
VI
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—Eres pésima mintiendo —agregó secándose las lágrimas de la risa, el tipo se estaba burlando de mi descaradamente —tienes suerte de no haberlo conocido hace 10 años, era mucho peor que yo, te hubiera hecho el amor sobre el escritorio apenas te conoció.
—Entonces no tengo tanta suerte —murmuré mientras tomaba un sorbo de vino
—¿Qué ?
—Nada, no dije nada…
—Perdona, pero sin duda te malinterpreté, desde el principio pensé que eras una santa y eres una niña lujuriosa.
—No, no lo soy, el vino me hace hablar de más —espeté tratando de recomponer una situación que se había ido de las manos
—Y tú crees que … o sea… Yan…, a él ¿le gustas?
—Por supuesto que no...
—Se lo preguntaré.
—Oh claro que no, tu no harás eso —mi dedo índice señalándolo le causó aún más diversión
—¿Y por qué no?
—A ver, pensemos porque no deberías hacerlo —expliqué sarcásticamente —primero, no es asunto tuyo, segundo, vas a traerme problemas con mi jefe ¡estúpido! —Él puso una sonrisa de oreja a oreja
—No me puedes detener Lara y lo sabes
—Por favor, no lo hagas —suspiró profundamente y con algo de decepción
—Está bien, no lo haré… por ahora —el tipo era diabólico, lo odiaba —Yan es un buen tipo Lara, pero es muy complicado, ¿estás segura de quieres eso para tu vida?
—No lo sé, pero no me molestaría intentarlo —tomé la última gota de vino que había en mi copa —¿qué hay de ti? ¿tienes novia?
—¿Porqué? ¿Ahora soy tu tipo?
—No tonto —golpeé su brazo suavemente —sólo quiero saber, yo te acabo de contar algo muy personal y no te conozco.
—Tu no me contesta nada, yo lo deduje.
—Bueno para el caso es lo mismo, responderás a mi pregunta ¿sí o no?
—Ok, no, no estoy de novio y sinceramente, no crea que sirva para eso, soy… como se dice… un cazador… y me canso fácil de mis presas. —Eric arreglaba el cuello de su camisa y les guiñaba el ojo a las mujeres que estaban sentadas en la mesa de enfrente
—Aún no has conocido un rival digno entonces, es lo que siempre dice mi prima —llevé mi vista a las pobres víctimas las cuales estaba acechando
—¿Cómo?, no entiendo
—Bueno, ella dice que, cuando has tomado placer tanto tiempo de los demás, es difícil conocer a tu igual, aquel que te complete, necesitas otro cazador, y no todos pueden serlo —se quedó mirándome pensativo un momento y luego dio una leve sonrisa
—Esa es una visión algo retorcida de las relaciones, pero, debo decir, que me representa muy bien.
Estuvimos hablando varias horas, el tema principal era él, obviamente ese hombre tenía un ego más grande que el propio restaurant y no le molestaba admitirlo. Me puse de pie y coloqué mi mano en su hombro.
—Es tarde Eric, debo irme a casa, en verdad la pasé bien, gracias por la cena
—Vamos te llevaré
—No, no te molestes
—No puedes simplemente decir: ¿sí Eric, me encantaría?
—Está bien Eric, me encantaría que me llevaras
—Así está mejor, mierda, sí que eres difícil —apreté mis labios para no reírme, subimos al auto y estuvimos en silencio durante todo el camino. Nos detuvimos en el edificio en el que vivía con Tanya
—¿Vives en este agujero?
—¿En verdad eres tan imbécil?
—Oye perdona, en verdad no quise.
—Solo olvídalo, a veces eres un terrible bromista —estaba a punto de bajar del auto cuando confirmó algo que me paralizó
—Tú también le gustas, deberías enfrentarlo, tal vez tengas suerte y te lo haga en el escritorio después de todo —retrocedí y volví a sentarme en el auto.
—Tu… ¿cómo sabes eso?
—Lo conozco desde hace demasiado tiempo, sin mencionar la felicidad que le provocaste hoy cuando decidiste mandar a la mierda a la junta
—Eric por favor, estaba tras una pantalla
—Lara, soy su amigo, se de lo que hablo, solo arriésgate ¿sí?
—Gracias Eric, en verdad, muchas gracias. Nos vemos
—Te llamaré, adiós hermosa —me saludó levantando su mano
Llegué al departamento y la cabeza me daba vueltas y estaba segura de que no solo era por el vino. Pensaba en todo lo que había pasado hoy y cómo reaccionaría cuando viera a Yan mañana, Tanya dormía plácidamente. Me puse mi pijama rápidamente y caí en mi cama, mis ojos se cerraron casi de inmediato...