Kiwi

Kiwi


Estabas terminando de preparar la maleta. Felicidad y nervios recorrían todo tu cuerpo al pensar que por fin ibas a verles. Ibas a ver a tus ídolos, a esos que tanto tiempo has deseado ver. Estabas ya metiendo las últimas cosas para así ir al aeropuerto y coger un avión rumbo a París. 


Te había costado mucho conseguirlo, ya que tus padres siempre te ponían pegas cada vez que querías hacer algo por ti misma, pero esta vez no, esta vez, ibas a cumplir tu sueño. 


Te despediste de tu madre con un beso en la mejilla y un abrazo y subiste al avión, con una sonrisa que no te cabía en la cara. 


No podías dejar de pensar en ellos. En esas siete personas que se habían convertido en tu día a dia, en tu inspiración, que gracias a ellos te has levantado infinitas veces cuando has sentido que te caías. Se te ponía la piel de gallina solo pensar en ellos y que quedaban literalmente horas para ir a uno de sus conciertos y verles.


Te pasaste todo el vuelo escuchando sus canciones en tu móvil sin aún creerte lo que estaba por venir. 


Aterrizó el avión y estabas esperando a que saliera tu maleta por la cinta. Querías salir ya de allí, dirigirte a tu hotel y prepararte para ir el concierto que tanto deseabas. 


De repente notaste que alguien te empujó y te giraste para ver que había pasado. Era él, era uno de los siete chicos que tanto adorabas y justo era el que más te gustaba de los siete. 


 —Perdona. Lo siento. Iba corriendo a por mi maleta y no te he visto.. —dijo tocándose la cabeza y mordiéndose el labio nervioso y a la vez preocupado.


—Nn.. Nn.. Nno.. pasa nada —no podías ni articular palabra. Tenías enfrente de ti a la persona que mas te gustaba del mundo. Era altísimo, llevaba el pelo a los lados, dejándole ver la frente al descubierto.


Os quedasteis los dos en silencio sin saber que decir. No entendías por que no se había ido ya, simplemente se había quedado parado a tu lado sin decir nada. Te daba vergüenza mirarle a la cara porque notabas como tus mejillas ardían solo pensado que le tenías a escasos centímetros de ti. Te miró y no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver tus mejillas como tomates. 


—Bueno... ya sale mi maleta —dijo mirando la cinta de alado y sonriendo. — Siento el empujón —dijo alejándose y parándose a coger su maleta.


No te podías creer nada de lo que acababa de pasar. Seguías mirándole anodadada cada movimiento que hacía. El propio Jeon Jungkook te había empujado y habíais estado unos minutos uno al lado del otro. Querías ponerte a gritar allí en medio pero todavía no se había marchado de allí. Estaba con los otros seis chicos esperando a salir por una puerta que no era la que todo el mundo usaba para salir, ya que ellos usaban la VIP. 


Por fin salió tu maleta, la cogiste y pasaste por alado de ellos. Jungkook te miró y te hizo un gesto con la cabeza a la que no pudiste evitar ruborizarte otra vez. Viste como los chicos le preguntaban algo en bajito pero tu seguiste tu camino y salistes de allí.


Llegaste al hotel, dejaste las cosas y te preparaste para salir a dar una vuelta. Todavía quedaban varias horas para el concierto y habías quedado con una amiga que habías conocido por Internet para conoceros alli e ir al concierto juntas.


Estabais en una terraza tomando un batido de fresa, hablando de todo un poco y poniendoos al día. Quedaban un par de horas para el concierto y cada vez sentías más y más los nervios apoderarse de tu cuerpo. No podías dejar de pensar en lo que había pasado esa mañana con Jungkook.


— ¿_____, me estás escuchando? —te habías quedado pensando en Jungkook hasta que tu amiga hizo que volvieses al mundo.


—Sí, sí.. Es solo que.... Estaba pensando en otras cosas —dijiste avergonzada y os pusisteis a hablar otra vez.


Os levantasteis para ir a dar una vuelta por un parque que os habían dicho que era muy bonito, que tenía un lago enorme, y había cisnes, patos y muchos animales, lo cual a ti te encantan. Te acércate al lago y te pusiste a mirar a todos los animales que había allí. Eran hermosos. 


Tu amiga tenía que irse a su hotel a cambiarse de ropa y a coger el lighstick ya que su hotel estaba más lejos que el tuyo e iba a tardar más. Ya habíais quedado en la fila con más chicas que conocíais y así entrar todas juntas al concierto. 


Tú te quedaste un rato más en el parque, contemplando los cisnes y el día tan maravilloso que hacía, cuando de repente alguien volvió a tropezar contigo. Te giraste y no podías creer que era la misma persona que te había arrollado esta mañana en el aeropuerto. ¿Acaso te estaba siguiendo? Te levántate del césped y miraste la cara de Jungkook, avergonzado y nervioso, con los ojos como platos al ver que eras la chica de esta mañana. 


—Nn..no me lo puedo creer —dijo mirándote a los ojos. —En serio que no te estoy siguiendo ni nada. Solo.. solo estaba haciendo fotos al lago con mi cámara y al acercarme... nn..no te he visto y he tropezado con..contigo —tartamudeaba nervioso. Sonreistes porque te parecía adorable que se pusiera así de nervioso y no podía casi ni hablar. 


—Tranquilo. Está bien —dijiste riéndote. —Oye, a este paso vas a matarme como sigas empujándome y tropezándote conmigo —no podías evitar vacilarle ya que estabas tú también nerviosa. Se rió y te pidió disculpas una y otra vez. 


—¿Oye, tú no eres de aquí verdad? —negaste con la cabeza —¿De dónde eres? —preguntó curioso. 


—Soy de España —dijiste a lo que sus ojos se agrandaron bastante al escuchar tu respuesta. 


—Oh, siempre he querido ir a España, tiene que ser muy bonito —dijo entusiasmado sin dejar de mirarte. —¿Y qué te trae por París? 


¿En serio no se había dado cuenta que era una fan suya? Este chico no dejaba de sorprenderme. 


— Mmmm.. Verás... Vengo por un concierto de mi grupo favorito —dijiste raspandote la voz nerviosa. 


— Ohhhh, eso es genial. ¿Y que grupo es? —empezaste a reírte de la situación. Él, confuso e intrigado y tú sin saber como decirle que es a él a quien vas a ir a ver dentro de dos horas.. Se dio cuenta cuando no podías dejar de mirarle y reírte a lo que se echó las manos a la cabeza avergonzado. —Soy tonto, perdóname vale? —empezó a reirse él también contigo sin dejar de mirarte. —¿Por cierto como te llamas? —


—______, me llamo ______ respondiste sonriente. 


—Encantado ______, soy Jungkook, aun que bueno, ya lo sabes, supongo —dijo riéndose. Tenía una sonrisa preciosa. Tenía las dos paletas un poco más salidas que los demás dientes y parecía un conejito adorable. 


Empezasteis a hablar y contaros cosas que os habían pasado graciosas y pasasteis casi las dos horas que quedaban para el concierto juntos. Pero teníais que iros.. Él tenía que estar allí pronto para prepararse y tú habías quedado con tus amigas en la fila del concierto. 


—Bueno... Tengo que irme.. He quedado con mis amigas dentro de un cuarto de hora en la fila —dijiste apenada porque no querías que ese momento se terminase nunca. —Además es tu concierto.. Tú también deberíais irte ya — le recordaste


Resoplasteis los dos a la vez. Ninguno de los dos quería irse. Se notaba que habíais hecho buenas migas y estabais agusto el uno con el otro. Él se quedó un rato pensativo y te propuso entrar con el al recinto y así poder conocer a los demás. Y así pasaríais un poco mas de tiempo juntos en el camerino. A lo que accediste inmediatamente y te pusiste a saltar de alegría. 


Ibais en la furgoneta y no podías estar mas nerviosa y feliz. Te habías hecho amiga de tu persona favorita del mundo e ibas a conocer a tus otros seis idolos en menos de media hora. Jungkook se fijo que no podías dejar de mover la pierna de los nervios y te cogió de la mano poniéndolas entre las suyas. 


—Tranquila —te susurró acompañado de una sonrisa.


Habíais llegado ya, bajasteis y os dirigisteis donde estaban los demás. Todos se quedaron boquiabiertos al verte, ya que Jungkook nunca llevaba chicas al camerino. Abrazaste a cada uno de ellos y todos te preguntaban cosas curiosas mientras te sonreían. Estabas tan nerviosa.. Pero les pareciste muy maja y adorable. Al menos, eso te dijo Jungkook al despedirse de ti, porque tenían que prepararse y salir ya en breves a dar su concierto. 



—¡______! —te gritaron tus amigas al verte aparecer por la fila. Llegabas media hora tarde, pero había merecido la pena. 


Empezó el concierto y viste a Jungkook el primero. Estaban bailando Idol y tú carazón se llenó por completo al ver por fin a tu grupo favorito en el escenario. Pasaron y pasaron las canciones y fuiste adelantando puestos hasta que te quedaste de las primeras filas. Jimin se quedó mirando por la zona donde estabas y te vio, te saludo con la mano mientras sonreía y fue a decirle algo al oído a Jungkook. Este al enterarse que estabas ahí, esbozó una sonrisa y no dejó de moverse por tu zona mientras de vez en cuando te echaba miraditas y te sonreía. 


Estaba siendo el mejor día de tu vida y no querías que acabase nunca. Pero sabías que eso no podía ser así. 


Acabó el concierto y recordaste que Jungkook te había dicho que fueras a la parte de atrás del recinto. Y así hiciste. Estaban alli los siete apunto de marcharse al hotel. Jungkook te vio y sonrió al verte, te abrazó y te preguntó si podía volver a verte algún día, que le habías caído bien. 


Después de hablar un buen rato quedasteis en ir a cenar, pero teníais que pasar cada uno por vuestro hotel para ducharos y cambiaros, así que decidisteis quedar más tarde. 


Te fuiste a todo correr al hotel a ducharte y prepararte. No sabías que ponerte ya que no contabas con salir con nadie a cenar por las calles de París, y menos con alguien como Jungkook. Te pusiste unos vaqueros, una camiseta y unas sandalias. Hacía calor así que cogiste una chaqueta fina y te la pusiste. Te arreglaste y saliste por la puerta dirigiéndote al parque dónde habíais estado esta tarde. Y ahi estaba él, con unos vaqueros y una camisa azul marino y encima una chaqueta de cuero. Se te paró el corazon nada más verle. Iba tan guapo.


Se acercó a ti y te dio un beso en la mejilla. Estabais los dos algo nerviosos pero enseguida empezasteis a hablar y se os fue pasando.


Te llevó a un restaurante enfrente de la torre eiffel. Teníais las mejores vistas de todo París frente a vuestros ojos. No podías dejar de hacer cumplidos al sitio que te había llevado. Era increíble. Era mágico y ¿romántico? 


Empezasteis a cenar y él no podía quitar la mirada de ti, sonría cada vez que hablabas y tú sonreias avergonzada cada vez que notabas su miraba. Estabas en un sueño del que no querias despertar nunca. Jungkook y tú, cenando a la luz de la luna frente a la Torre Eiffel. 


Ya ibais por el postre, los dos comíais fresas con chocolate y os reíais porque estábais poniendoos los dos perdidos con el chocolate por toda la cara. De repente se puso serio y se levantó, quedándose mirando las vistas apoyado en el muro de piedra, que había para no caerte. Estendió la mano hacia ti para que la agarrases y te pondrías a su lado. Te puso entre su cuerpo y el muro piedra y apoyó su mentón entre tu cabeza y el hombro. Te abrazó por detrás y suspiró. 


—Ojalá este día no acabe nunca —dijo con pena en su voz.


No pudiste evitar ponerte triste porque pensabas lo mismo. No querías volver a la realidad, querías quedarte con él, a su lado. Jungkook vio que te habías puesto triste a lo que te giró quedando ahora uno enfrente del otro. Os quedasteis mirandoos a los ojos fijamente y fue poco a poco acercandose, juntando vuestras frentes y cerrando los ojos. Sentiste como sus labios se posaban encima de los tuyos y las mariposas empezaron a revolotear por todo tu cuerpo. Era un beso con sentimiento, lento y necesitado. Sus manos viajaban por tu cintura pegandote a él y haciéndote pequeña caricias. Sonreisteis los dos en el beso y al abrir los ojos os disteis cuenta lo mucho que os brillaban a los dos. Te sonrío y te metió entre sus brazos. 


—Ha sido de los mejores días de mi vida, sólo porque tú has formado parte de él —te dijo y te giró para volver a apoyarse en tu hombro y abrazarte por detras. —Ojalá podría ser así día tras día y volverme a chocar contigo una y otra vez. 


Querías aguantarte las lágrimas pero era imposible. Empezaste a llorar mientras estabais los dos inmersos en las luces que acababan de encenderse iluminando toda la Torre Eiffel. 


—Para mí tambien ha sido uno de los mejores días de mi vida —Susurraste sin poder dejar de llorar. Te volvió a girar para quedarte enfrente a él y con sus dedos te apartó las lágrimas de la cara. 


—No puedo esperar a visitar España y volver a verte — sonrió y cogió tu cara con sus dos manos para plantar un beso en tus labios, esta vez más largo y con mas pasión. 












Report Page