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1975 » Capítulo 31. Junio 12, jueves

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Junio 12, jueves

El comandante López rasgó el sobre y se puso a leer:

«ASUNTO: INRA - HS - 234

»de: SCC/B

»Comandante Luciano López

»E. S. D.

»Confidencial

»Compañero comandante:

»El día 3 de junio tuve la primera reunión con los directores de Sanidad Vegetal y Virología de los Cítricos del INRA. Desde entonces estamos en contacto diario.

»Se teme un sabotaje a escala nacional, mediante la introducción del virus de la Tristeza, que ha devastado los cítricos en distintas partes del mundo, de manera fulminante. En Cuba no ha penetrado nunca, pero nuestras plantaciones están injertadas sobre un árbol patrón, que es el naranjo agrio, muy resistente a las enfermedades tropicales, pero indefenso ante el virus de la Tristeza.

»La totalidad de nuestra producción citrícola está en peligro. No hay alarma, porque pese a las constantes búsquedas, el virus no ha sido observado. Sin embargo, el pulgón detectado primero en Guane y luego en Ciego de Ávila, podría ser la primera parte de un plan, para luego introducir el virus. Virología cree que ese pulgón del melocotón, que inusitadamente se comporta como consumidor de cítricos, es el producto de una mutación provocada en laboratorios. El académico Mussorski, una de las altas autoridades mundiales en fisiología de los áfidos, a quien consulté recientemente en la Unión Soviética ha confirmado esa hipótesis, luego de examinar las muestras que pusimos a su disposición. Cree que se trata de una mutación, aunque discrepa respecto a la posibilidad de que sea inducida. Considera que la ciencia actual no está en condiciones de realizar algo semejante, dirigido desde un comienzo a cambiar la base alimenticia de seres relativamente complejos como los áfidos, pero piensa que la mutación pudo producirse de manera casual, y el enemigo se haya valido de ella para perpetrar un sabotaje.

»Ese pulgón, cuyo nombre científico es Myzus persicae, ataca habitualmente las plantas solanáceas y rosáceas, y no hay dudas de que tras los ejemplares de Guane y Ciego de Ávila está la mano del enemigo. Virología piensa, con absoluta lógica, que lo han convertido en consumidor de cítricos para que pueda actuar como vector de la Tristeza; y nosotros creemos, que aunque no sea una mutación inducida, sino casual, a los efectos del sabotaje, es igualmente peligroso.

»Sobre la base de los análisis efectuados por microscopía electrónica, se puede suponer que hasta hace setenta y dos horas, el virus no ha penetrado en nuestro territorio. Ello hace suponer también que no utilizarán por ahora pulgones contaminados con el virus, sino que procurarán obtener una buena propagación, antes de que comiencen los injertos en el mes de julio. Para esa época, probablemente tratarán de introducir en los viveros de Guane y Camagüey yemas contaminadas.

»El enemigo parece haber escogido un método de propagación muy lento, pero muy seguro, quizá con miras de afectar la producción de los años venideros, sin interesarse por realizar un daño que en estos momentos podría ser de consideración, pero solo parcial. La idea sería tal vez destruir toda la citricultura de Cuba para la década del 80. Si hubieran querido hacer un sabotaje rápido, habrían podido lanzar varios cientos de miles de Toxoptera citricidus (Kirkaldy), vector natural del virus de la Tristeza, ya contaminados. Pero ese vector, demasiado conocido y vigilado por nuestra Sanidad Vegetal y por nuestros virológos, habría sido detectado en menos de una semana, y quizá en otra semana, controlado por diferentes métodos. Con un sabotaje de ese tipo, nos habrían obligado a destruir quizá uno o dos millones de árboles, pero la evidencia del sabotaje los habría puesto en aprietos ante la opinión pública mundial, con muy pocos resultados. En cambio con un vector que pertenece a la fauna cubana, que ataca sin graves consecuencias distintos cultivos, como la papa y otras solanáceas, no sería descabellado pensar, por parte de ellos, que las autoridades sanitarias cubanas no advirtieran sino demasiado tarde la presencia del virus, cuando ya estuviesen perdidos los cuarenta millones de árboles previstos para 1980. Tratarían de arruinar así el brillante futuro al que pueden aspirar los cítricos de Cuba en esa década. Existen varias razones que justifican ese punto de vista.

»En primer lugar, Cuba parece tener condiciones naturales favorables para el desarrollo de una citricultura sana, y un medio ambiente resistente a las plagas más terribles del cultivo.

»En segundo lugar, la planificación socialista y un eficiente sistema de centralización sanitaria, alejan cada vez más la eventualidad de un revés en el plano patológico. Países como España, Israel y los propios Estados Unidos deben dedicar un enorme esfuerzo a controlar una serie de enfermedades que existen en sus territorios y gravan muchísimo la rentabilidad.

»En tercer lugar, por tratarse de un cultivo muy poco mecanizable y al mismo tiempo de alto nivel agronómico, produce la contradicción de que solo es factible en gran escala en países de elevado desarrollo técnico, en los que, al mismo tiempo, es difícil hallar esa mano de obra abundante que se requiere en los momentos críticos, como el de la cosecha. Cuba es el único país socialista que cultiva cítricos en gran escala, y aparte de que no conoce crisis ni picos, tiene resuelto el problema de la mano de obra.

»En cuarto lugar, y esto sin duda es lo que más preocupa al imperialismo, se espera para los años próximos una crisis de superproducción, que hará estragos en los mercados capitalistas y en los precios de los frutos. (Son muchos los países abocados a incrementar su producción). En este sentido, Cuba tampoco confronta problemas, pues como miembro del CAME, tiene colocado en los países socialistas el grueso de sus cosechas.

»En fin, no parecería disparatado que el enemigo tratara de privar a nuestro país de esa perspectiva, pues dentro del marco de la agresión económica, los cítricos constituyen un objetivo importante.

»Después de haber discutido la situación con los compañeros del INRA, nuestra sección propone como tareas inmediatas:

»1º Introducir personal de Seguridad en los viveros de los planes Dos de Diciembre de Guane y Pepito Tey de Ciego de Ávila. (Esto ya se ha hecho.)

»2º Preparar por lo menos dos agentes para cada uno de los viveros del país, donde se vayan a realizar injertos desde mediados de junio. En julio se necesitarán ciento ochenta compañeros y ya hemos situado la solicitud ante las instancias pertinentes.

»3º Solicitar a la Superioridad que interceda ante los organismos competentes, para darnos prioridad en el uso de algunos microscopios electrónicos, disponibles en el país, y pedir la colaboración de los países hermanos del campo socialista.

»Por su parte, Sanidad Vegetal y Virología del INRA, en unión de Salud Pública, Universidades y Academia de Ciencias, coordinarán trabajos de vigilancia estricta, dentro de una atmósfera de discreción, con elementos de la máxima confianza de nuestro Ministerio, para la detección del Myzus persicae en otras áreas del país. Se supone que el sabotaje no se limitará a Guane y Ciego de Ávila y tenemos la esperanza de que con un buen sistema de vigilancia en los viveros y disponibilidad de microscopios electrónicos, podamos coger a los saboteadores y denunciar enseguida el caso, con pruebas fehacientes, ante los organismos internacionales.

»Por mi parte, sin consultar a los compañeros del INRA, he logrado en la Unión Soviética la colaboración de dos especialistas del grupo del académico Mussorski, que llegarán a Cuba la semana próxima, para estudiar las posibilidades de iniciar un control biológico mediante el empleo de feromonas específicas. Naturalmente, los resultados de este trabajo son hipotéticos, por lo cual omito referir detalles».

El comandante López se puso de pie, caminó hasta una mesita próxima y se sirvió un vaso de agua. «Buen informe», pensó. Volvió a sentarse, contó las páginas que le quedaban por leer y vio que ya iba a terminar. Encendió un cigarro y prosiguió.

«Sobre la base de los antecedentes expuestos, procedo a esbozar los lineamientos generales del plan convenido, en consulta con los compañeros del INRA, para conocimiento de la Superioridad y su correspondiente aprobación.

»No aplicar por el momento medidas cuarentenarias. No iniciar ninguna campaña para la erradicación del vector, mientras no se detecte la presencia del virus. Esto entraña un riesgo, pero permite alentar la esperanza de detectar a la banda de saboteadores, de conocer a sus instigadores y de poder denunciar el caso ante la opinión pública mundial con pruebas irrefutables.

»Si pese a nuestras medidas de seguridad, en algún momento se constatara la presencia del virus, habría una sola medida a tomar: la lucha física y frontal, para lo cual hemos previsto:

»1º Desmontar con buldósers las plantaciones afectadas.

»2º Aplicar a los treinta millones de árboles actualmente sembrados, productos retardadores de la brotación;

»3º Iniciar una tenaz campaña contra el vector, a base de insecticidas.

»Esto costaría al país no menos de un millón de árboles y probablemente una gran merma en la calidad de la producción para el próximo año, por los efectos del tratamiento con insecticidas y demás productos químicos aplicados en dosis fortísimas.

»Por último, confiamos en que las gestiones iniciadas por nuestros combatientes en el exterior, puedan proporcionarnos alguna utilidad en esta emergencia. De esto informaremos oportunamente, si logramos obtener elementos concretos.

»Le saluda, revolucionariamente,

»Mayor Fernando Alba Granados.

»SCC/B».

El comandante López cogió un lápiz bicolor, azul y rojo, y comenzó nuevamente a leer el informe.

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