Igor

Igor


Capítulo quince

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Capítulo quince

«El camino a seguir es construirte una reputación, para que, después, te ofrezcan peleas potentes en el

underground. Los buenos resultados son los que te harán conseguir grandes combates, y entonces, cuando todos noten que estás ahí, nadie podrá parar de gritar tu nombre, y te convertirás en el maldito número uno.»

Igor estaba intentando concentrarse unos minutos antes de salir a luchar, y recordó las palabras que Zane le dijo cuando se metió en el mundo de los combates de artes marciales mixtas. Él jamás le había mentido en nada, siempre lo había cuidado, y esa noche no podía estropear esa pelea; la responsabilidad era mucha, pero no estaba dispuesto a dejarse vencer.

Todo el equipo estaba junto a él, alentándolo, en el vestuario. Había mucha gente a su alrededor, mostrándole su apoyo. Igor bailoteaba y lanzaba algunos golpes y patadas junto a Viggo, para calentar, mientras sonaba

B.I.G.; la música funcionaba a la perfección para acallar las voces de la gente en la arena de combate, que parecía estar enfervorizada esa noche, esperando el combate estelar del que él era el protagonista.

Aún faltaban algunos minutos para que saliera a pelear. La suya era la lucha que todo el mundo esperaba, y en la que las apuestas eran más fuertes. Igor estaba entre los favoritos del

underground y los combates anteriores al suyo habían sido llevados a cabo por luchadores que estaban empezando a hacer su camino.

Su móvil vibró y miró la pantalla; desde que llegó, había estado atento, esperando que Emerson lo avisara cuando apareciera por ahí.

Ya estamos aquí. Esto está a tope, y la gente sólo habla de ti a mi alrededor. Guau, es una locura. ¿Estás tranquilo? Yo estoy temblando.

Hola. Emers. Estoy muy preparado. Me gusta saber que estarás aquí, viéndome.

A mí también me gusta estar aquí. Estoy inquieta, esperando verte.

Pronto se anunciará la pelea, sólo faltan algunos minutos. No te vayas cuando termine, mandaré a buscarte. Quiero verte, por supuesto.

Está bien. Suerte; a ganar, Igor.

Es un poco extraño que tú me llames así, pero me encanta que lo hagas.

Es que hoy dejas por un rato de lado a Grayson para convertirte en Igor.

Estoy ansiosa por verte luchar. Dale duro a ese Snake.

Lo haré. Gracias.

La presión que sintió durante todo el tiempo en su pecho se diluyó en el instante en el que se enteró de que ella ya estaba en el recinto, así que bloqueó su móvil y lo tiró dentro de su bolsa. Al parecer, la droga llamada Emerson Klein había llegado para que él lograra centrarse. Se acercó a Giovanni, el chófer, y le dijo:

—En la sección A, fila uno, asientos cinco a ocho, hay una muchacha rubia con el cabello hasta los hombros, se llama Emerson Klein; quiero que te encargues de traerla a bastidores después de que gane la pelea.

Saber que ella estaba allí había renovado, por algún extraño motivo, su confianza. Se sentía triunfador, se sentía como el número uno, con la actitud nata de un ganador.

—De acuerdo, Gray, lo tengo. ¿Sólo la hago venir a ella?

—Si las personas que están con Emerson quieren acompañarla, no hay problema en que lo hagan.

—Entendido.

En ese momento, los organizadores del combate aparecieron, anunciando que era hora de salir.

Ziu, otro de sus compañeros luchadores, le alcanzó la bandera con el logo del dojo que representaba, la calavera alada del santo grial del

underground, para que se la pusiera sobre los hombros. Todo su equipo, además, llevaba una camiseta con su nombre escrito en la tela y el logo del equipo.

Tocó los puños de cada uno de sus camaradas, Viggo, Ziu, Nix, Ezra, Teo, Kane, Giovanni, Ellie y

Zane. Ariana se había quedado en casa, pues su barriga estaba enorme y no quería parir antes de tiempo en el

underground, así que decidió no moverse del lado de Agatha y Júnior.

—Recuerda, intentará ponerte sobre tu espalda, pero tú sabes muy bien cómo bloquearlo.

—No te preocupes, Zane, estoy absolutamente preparado para que eso no ocurra. Voy a entrar en la jaula y voy a machacarlo.

—Dos minutos; vamos saliendo, por favor —anunciaron los organizadores de nuevo, y todos empezaron a caminar hacia la salida y luego enfilaron por el pasillo que los llevaba directos al ring.

—¡A ganar! —gritaron todos juntos, en apoyo a Igor.

Viggo y Ellie salieron por delante; ambos tenían asignadas plazas VIP, para ver desde allí el combate.

Las luces estroboscópicas comenzaron a pulular sobre las cabezas de la gente y los chillidos de todos se transformaron en una ovación mientras comenzaba a sonar

Lose yourself.

—Oh, Dios mío, ¡ahí sale! —exclamó Emerson, cogiendo la mano de Cristiano y apretujándosela.

—No te mueras de un ataque al corazón aquí, Em.

—Creo que estoy a punto, nunca en mi vida había sentido tanta expectación. Esto es muy loco.

El animador hizo el anuncio, presentando a Igor. Emerson estaba sentada muy cerca, y él sabía que estaba allí, porque la vio cuando entró en la jaula. Necesitaba concentrarse en la pelea y dejar de estar pendiente de ella, pero la mirada de esa chica era como un imán, pues tampoco le quitaba el ojo de encima; incluso advirtió cuando Giovanni se le acercó.

—¿Emerson Klein?

—Sí, soy yo.

—Vengo de parte de Igor. No se vaya cuando termine la pelea, vendré por usted. Ahora la dejo para que pueda ver la lucha.

—Gracias.

Oh, My God! Asientos VIP y vendrán a buscarte luego. Madre mía, Em, quiero ir contigo y que me presente a un amigo. No puedo creer el físico de tu hombre —soltó Abby cuando Igor se quitó la camiseta.

—No es mi hombre.

—Pues, si sólo es tu ligue, no sé a qué esperas para pasar a la siguiente fase; yo que tú no lo dejaría escapar.

El combate se inició y el intercambio de golpes resultó un ida y vuelta incesante.

—Ésta es una verdadera lucha de titanes, señores. Ambos contrincantes lo están dejando todo de sí mismos en estos primeros ataques —relató el locutor—. Es evidente que los dos quieren dañar al otro y ganar.

Snake vio la oportunidad y logró derribarlo, y ésa fue una gran muestra de poder. Emerson gritó cuando le dio con el codo en el ojo, le cortó en la ceja y la sangre empezó a manar casi al instante.

—Me cago en todo, hostia puta —chilló Emerson, y Abby la miró.

—No te conocía de esta forma. Eres una chica con una boca muy sucia, amiga.

—No sé por qué he venido, es demasiada sangre para mi gusto —comentó Jordan, horrorizado.

Rápidamente, Igor reaccionó y se puso de pie, tiró una patada al cuerpo de Snake, al pecho, y éste la sintió. Aprovechando esa circunstancia, comenzó a molerlo a palos, controlando claramente la pelea; no cabía duda de que esa noche estaba dejando claro que era un gran luchador, que era el legítimo dueño de ese

underground y que merecía estar donde estaba. Además, su modo de estar sobre el ring indicaba que era el amo y señor de aquel sitio.

Haciendo una gran demostración de dominio, provocó que la gente enloqueciera cuando giró y lo golpeó con fuerza con el pie; luego volvió a girar y volvió a pegarle en las costillas. No hacía falta ser un entendido en ese deporte para saber que lo estaba resintiendo; por más que Snake no quisiera mostrarlo, le era casi imposible ocultar el dolor que sentía con cada impacto que recibía.

A cada minuto que pasaba, Igor se convertía más y más en el favorito de la gente, ya que el público no dejaba de corear su nombre. Parecía como que todo estaba dado para que él saliera victorioso esa noche y nadie esperara lo contrario.

—Están ustedes viendo lo mismo que yo, Igor está castigándolo —narraba el maestro de ceremonias, y Emerson sintió que se estaba ahogando.

No podía apartar su vista de Igor, no podía creer el poderío de esos dos hombres dentro de esa jaula.

Igor, entonces, separó las piernas y lanzó una patada, manteniéndose de pie sobre una sola pierna para golpearlo; luego volvió a separarlas, haciendo que la gente silbara, vitoreándolo. Emerson, de pronto, se dio cuenta de que estaba haciendo lo mismo.

—Continúan pateando y golpeándose —prosiguió el animador—. Hay mucho movimiento sobre el ring y el combate es muy intenso, es un gran

show. Es el espectáculo que todos estábamos esperando ver. Ambos luchadores están sangrando por los cortes que se han infligido uno a otro.

Sorpresivamente, Igor lanzó un puñetazo, conectándolo a la perfección y haciéndole mucho daño a su adversario, y luego retrocedió y lo combinó con un golpe izquierdo que lo dañó más aún, haciendo que su nariz sangrara también.

—Sí, sí, ¡Snake está herido! Lo está rompiendo poco a poco —gritaban los que estaban detrás de ella.

Emerson también lo estaba viendo, pero, que además otros lo notasen, la dejaba más tranquila, porque le estaban corroborando que no era sólo su sensación, ni tampoco eran las ganas que tenía de que eso ocurriera. Le resultó extraño ser consciente de que estaba deseando que Igor lastimara a Snake y lo dejase fuera de combate, pues sentía que no podría soportar que éste volviera a golpear a Grayson.

—Acaba con él, Igor, es tuyo. Remátalo de una vez —gritaban todos, enloquecidos.

Sin embargo, él no encontraba el hueco para conectar el golpe adecuado. Estaba a punto de terminar el primer

round cuando Igor lanzó otro gancho de derecha y luego otro más con la izquierda.

Su oponente se tambaleó y, entonces, Igor giró y le propinó una patada en las costillas, haciendo que Snake se agarrara el costado. Nuestro héroe parecía que no tenía piedad, porque volvió a girar y volvió a patearlo.

—Sigue así, con los golpes largos; acaba con él de una puta vez, Igor, coño. Se acaba el

round, no lo dejes ir —le gritó Zane.

De pronto todo cambió y el lugar quedó casi en silencio, porque Snake se zafó nuevamente y lo enganchó, logrando derribarlo.

—¡¡¡Joder!!!

Zane se agarró la cabeza cuando vio que el codo de Snake estaba impactando con mucha fuerza contra el rostro y la cabeza de Igor, causándole mucho perjuicio.

Emerson no podía soportar ver el castigo que estaba recibiendo; la angustia en su cara era incuestionable. En cambio, los seguidores de Snake parecían haberse multiplicado por docenas, porque sólo se oía su nombre. Éste estaba buscando cogerlo por el cuello; ésa era la maniobra favorita de ese luchador y parecía que estaba a punto de conseguir estrangularlo.

—Grayson, nooooo. Muévete, hostia, muévete —chilló Emerson.

—Esto es terrible, Em; lo están golpeando muy duro —le comentó su amigo Cristiano.

—Ésta es la última vez que os acompaño a ver tanta violencia; esto no es para mí —anunció Jordan, cubriéndose la cara.

Emerson reunió valor y salió de detrás del cuerpo de Cris, lugar donde se había escondido los últimos instantes, cuando oyó que Abby se levantaba en la silla y empezaba a gritar el nombre de Igor.

—Eso es, Igor —gritó su amiga—, tú puedes, ¡aniquílalo! Por favor…, por favor…, voy a morirme de un ataque al corazón.

Emers miró a su amiga y luego a Gray, y vio que éste finalmente había podido librarse de esa maniobra en el suelo, pero sangraba mucho, tenía cortes en la cabeza; era una escena muy brutal.

Con todo, Igor de pronto pareció haber escuchado a su mánager, porque su patada salió directa a la cabeza de Snake.

—Esto está ocurriendo de verdad, no están ustedes alucinando, no lo hacen —corroboró el presentador—. Igor acaba de derribar a Snake cuando parecía que todo estaba perdido para él y, atención, se abalanza sobre el cuerpo de Snake para golpearlo sin piedad, una, y otra, y otra, y otra vez… truncándolo, pulverizándolo… Su cuerpo parece inerte en la lona y ha bajado los brazos, ya no se defiende. Sí, esto está a punto de suceder: atención, el árbitro le indica a Igor que se aparte.

Todos coreaban su nombre; Igor se quedó a un lado del ring, aguardando, y de pronto saltó cuando el árbitro hizo la seña que indicaba que el combate había concluido.

—Eso es todo, señores. —El animador parecía tan eufórico como el resto de los presentes—. Se acabó, Igor ha conseguido otro

knock out.

»King of kings, como muchas veces se lo llama en este sitio, es el vencedor, y es un resultado extraordinario, porque es lo que todos sus seguidores estaban deseando que sucediera. La expectación era mucha esta noche, porque Snake se conocía, sin duda, como un rival muy difícil, pero el regreso de Igor al ring de Atherton ha sido impecable; ha demostrado una vez más por qué se lo apoda el rey de reyes.

Emerson saltó de la emoción y de pronto se dio cuenta de que estaba de pie sobre su silla, y ni siquiera recordaba el momento en que se había subido a ella. Cristiano y Jordan no paraban de gritar también, y en ese instante se abrazó con Abby.

—Esto es una puta locura, amiga… y yo que no quería venir, gracias por traerme —señaló Abby.

Todo el equipo del santo grial, en segundos, invadió la jaula para abrazarse a Igor. Cuando se tranquilizaron, el locutor se acercó y le puso el micrófono para que el ganador hablara.

—Gracias por acompañarme esta noche. —Él miró hacia donde sabía que estaba Emerson y, aunque no la nombró, fue como si le estuviera hablando a ella—. Gracias por el apoyo y la confianza. Quiero agradecérselo también a mi equipo, y a mi mánager. —Zane se acercó, le palmeó la espalda y después dejó su mano sosteniéndole el hombro—. Este

underground es nuestro santo grial, y estamos de regresoooo.

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