Hoy hablaremos sobre “ser un personaje”
Edward
Mucha gente piensa que las personas que entretienen y divierten a los espectadores son realmente así en la vida real. Esta confusión y mal entendimiento produce problemas.
“Yo el personaje”
Suele ocurrir que vemos a un youtuber en YouTube y nos hace reír mucho con sus bromas que luego pensamos que ese youtuber es así en la vida real. Luego nos vamos y vemos que el youtuber no se comporta de la manera que solemos verlo haciendo sus payasadas y quedamos confundidos.
¡Estamos confundidos!
Esto pasa porque mentalmente estamos acostumbrados a ver al “personaje” haciendo sus cosas todo el tiempo que mentalmente estamos constantemente procesando que dicho personaje será así todo el tiempo.
Ver las novelas no nos ha ayudado en nada al parecer, ya que las novelas son novelas y los actores no se comportan así en la vida real (bueno quien sabe, quizás peor).
“La vida de un personaje”
Tenemos el caso de un actor que quiere entrar en la piel de Peter Pan y revivir sus aventuras luchando contra piratas. Luego ese actor vive su vida normal que esta fuera del teatro donde alguna vez fue un personaje que ha alegrado a los espectadores.
A veces me parece ver a muchos adultos atrapados en un teatro actuando como Peter Pan pero sin llevar su vestuario.
Otro problema que suele ocurrir es que la persona entre muy adentro en su personaje y se crea ser el personaje en la vida real para actuar así todo el tiempo. Tendrá algún trauma, sufrirá algún síndrome o tendrá tan vacío su mundo que lo llena a través de algo irreal que lo hace feliz.
Nosotros como espectadores no debemos pensar que las personas que actúan por ejemplo en la televisión o en alguna web sean así en la vida real. Debemos separar entre el personaje y la vida real porque o si no caeremos en una red que nos atrapa en la ignorancia de que todo lo que vemos será así.
Entender todo esto es realmente sencillo para todo aquel que pueda captar al primer tiempo, hay personas que lo captan al segundo y puede que después de mil tiempos pasados. No todos procesamos a la misma velocidad las mismas cosas si no se tiene lo que se llama “un interés”.
