Hoy

Hoy


CXVIII

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CXVIII

La luz del ánima crece y decrece como luna. La cabeza del alma es una mujer ávida de códices que nadie encuentra en el palacio de los sabios/sangran pies en los abrojos del camino. El instinto llora las pérdidas de amor con ternura debida. Arriba/abajo de las formas hay un desconocido/arregla lechos fríos. Mundo sin pretensión de ser, sin cosas que saluden ni caballo espoleando los días sin autor.

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