Hoy
XXVII
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Los aspectos vivientes de la bestia no conocen relojes ni descanso. Se engarzan a ignorancias como si fueran hierro sin señora y no se matarán antes de irse. Deforestaron la virtud del colibrí y se cotiza su razón. Que vuelva Marcabrú a decirnos cómo nos hicieron, apagadores del tizón, los agachados del camino, la infamia de los jefes. Hay que cortarse la silueta en los rincones del fracaso. El duelo vuela de su casa a su casa.