Hitchcock

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CORDERO PARA CENAR

(LAMB TO THE SLAUGHTER - 1958)

Producción Shamley Productions-Alfred Hitchcock. Asistente de producción: Norman Lloyd. Guión: Roald Dahl, basado en una historia de él mismo. Fotografía: (en blanco y negro): John L. Russell. Edición: Richard G. Wray y Edgard W. Williams. Director artístico: John Lloyd. Diseño de decorados: James S. Reed. Vestuario: Vincent Dee. Intérpretes: Barbara Bel Geddes (Mary Maloney), Harold J. Stone (su esposo, jefe de policía), Allan Lane, Ken Clark, Robert C. Ross. // Estrenada en 1958 por la CBS. Era el episodio número 106.

SINOPSIS: El jefe Maloney, hombre intransigente y cruel, es asesinado por su esposa Mary, que utiliza como arma una enorme pierna de cordero que estaba congelada al punto de parecer piedra. Los agentes de policía revisan cada centímetro de la casa sin encontrar el arma homicida. Sospechan de la mujer, pero, sin la evidencia, el caso parece sin solución. La mujer les ofrece una rica cena de pierna de cordero que los detectives devoran mientras le aseguran que pronto darán con el instrumento del crimen.

Este es justamente el más famoso y celebrado de los episodios de la serie y mi absoluto favorito. Roald Dahl es hoy uno de los más prestigiosos escritores de cuentos cortos con finales siempre británicamente mordaces. Aunque Dahl es también muy conocido como escritor galardonado de historias infantiles, su ángulo más popular ha sido siempre el más siniestro. Dahl, como Bloch o Brown, ha sido muy «adaptable» a cine o a otros medios visuales. Es indudable que el negro espíritu del humor de Dahl, también inglés, lo hacía prácticamente irresistible para Hitchcock, quien filmó este episodio «en dos días», según relata Spoto, que alaba el largo plano secuencia final. Ese plano «prefigura directamente el final de Psicosis, con la sonrisa amplia del lunático que sonríe al televidente». Aunque el espíritu que alienta el plano final de Cordero para cenar es más ligero que el de aquella cinta, y aunque el crimen de Bel Geddes no se deba, como apunta Spoto, a ninguna compulsión homicida, la puesta en cámara de Hitchcock es asombrosamente similar en ambos casos y sirve, junto con Una milla más, para demostrar que la televisión le fue a Hitch más útil (aunque fuera como «gimnasia visual») que lo que muchos críticos «serios» parecen suponer. Spoto concluye, además, que la relación «entre comida y muerte violenta anticipa a Frenesí».

McCarthy y Kelleher dicen que «uno de los problemas más serios con la censura de la serie se debió al énfasis de los finales irónicos o sorprendentes con que concluían frecuentemente los episodios y que parecían demostrar que se salía aparentemente con la suya». Según dice, «Hitchcock y compañía lograron vencer el problema» de que el crimen «se pagó» a través de las introducciones y despedidas que el maestro hacía personalmente a cada programa. En Cordero para cenar, por ejemplo, Hitchcock concluía diciendo al público del personaje de Bel Geddes:

Se casó de nuevo y eventualmente se cansó también de su segundo marido, y lo golpeó en la cabeza con otra pierna de cordero. Desafortunadamente el refrigerador estaba descompuesto y la pierna suave, por lo que fue descubierta en el acto.

«Este tipo de disclaimers[3] del mal no afectaban realmente los cáusticos finales de los ejercicios televisivos, pero Hitch los calificaba como “un gestito necesario para la moralidad”».

Con esta historia se inaugura un binomio Hitchcock-Dahl, relativamente corto, pero que transferiría al público televisivo una marca estilística entre ambos autores; como dice McCarthy: «Pregunten a cualquiera qué es lo que le gustaba más de los trabajos de Alfred Hitchcock, y es muy probable que conteste: “Esos simpáticos finales irónicos”. Y sin embargo, de las 53 cintas de Hitchcock solo unas cuantas concluían de esa manera». Para Dahl lo más natural resultó hacer años después sus propias series a la manera Hitchcock, en las que presentaría personalmente pequeños cuentos basados en sus historias de más fama. (Dahl escribió además el guión de Solo se vive dos veces (You Only Live Twice, 1967), la quinta aventura de James Bond).

El humor cáustico y la ironía de este episodio se aprecian más conforme se ve repetidamente. El hecho de que el jefe Maloney sea asesinado con una pierna de cordero tiene significado en varios niveles: el cordero como homicida, tanto en el título como de hecho, representa también a Mary Maloney, de apariencia apacible y frágil, y es un instrumento ideal para matar al «lobo», pues Maloney es un represor, un devorador de ovejas, en más de un sentido (su actitud, apariencia y profesión como policía); la sangre del cordero y la de Maloney se mezclan entre sí; la pierna de cordero, que iba a ser la cena hogareña, y que por eso representa también la aparente «situación tranquila y burguesa» de la familia Maloney, será usada para matar al máximo jerarca de esta pequeña sociedad familiar, en el momento en que amenaza con «abdicar».

Finalmente la pierna será devorada por los empleados de Maloney (especie de hijos) en la más deliciosa variante de la transferencia de culpa de Hitchcock.

Cordero para cenar es un feroz ataque a las buenas costumbres y al orden social a la vez que un gozoso ejercicio de «liberación del oprimido», sin pretensiones y con un lenguaje directo y preciso y de enorme alcance.

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