Hija

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Diario 4

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Diario 4

Ya no falta mucho para que mis personajes se vayan de Francia. Ahora es tal vez el momento de informar sobre algunos detalles de mi propio paso por París, que no debería confundirse con exilio. Nunca estuve exiliada en Francia (ni en ninguna otra parte). Nunca fui militante ni tuve que escapar del país por otras razones (las hubo, y muchas). Mi marido y yo viajamos a París en 1976. Vivimos allí durante seis meses, en un estudio de la rue Saint-Jacques, frente a la iglesia de Val-de-Grâce. Dedicamos otros tres meses a viajar por Europa y visitar a mi hermana, que estaba ya exiliada en Chicago, y en 1977, uno de los años más terribles de la dictadura, volvimos a Buenos Aires. Extrañábamos mucho. Nueve meses fuera de nuestro territorio, de nuestro idioma, de nuestro mundo, nos sirvieron para comprender las penas del exilio, la desdicha de ser extranjero, la nostalgia cotidiana de las pequeñas cosas.

En París trabajé como periodista para la corresponsalía de la editorial Cambio16, gracias a un periodista argentino al que no conocíamos y que se convirtió desde entonces y para siempre en un queridísimo amigo. Pero yo no escribía para el prestigioso periódico español, sino para una revista de destape que se llamaba Almanaque. Había muerto Franco y los españoles estaban comenzando a descubrir que el sexo podía ser un pecado y no solamente un milagro. Para Almanaque investigué y escribí sobre el movimiento de prostitutas de París, que luchaban, en ese momento, por su derecho a constituir un sindicato, escribí sobre las partuzas que se organizaban de auto a auto en la place Dauphin y sobre el cine pornográfico, que comenzaba a desarrollarse en Francia, donde había una producción importante y varias salas triple X. El cine porno enloquecía a los españoles, que cruzaban la frontera para ver películas prohibidas en Perpignan. También trabajamos, mi marido y yo, para una periodista francesa que no escribía bien en español y tenía la corresponsalía de varias revistas argentinas. Yo hacía de ghost writer: le preparaba los cuestionarios, ella contactaba al entrevistado/a, realizaba el reportaje, me daba las grabaciones y yo escribía la nota. Mi marido tomaba las fotos.

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