Hard

Hard


Capítulo Diecinueve

Página 39 de 43

—Tienes razón, esto no nos está llevando hacia ningún jodido lado —convino Nick, acercándose a ella, y su sonrisa, esa a la que no lograba acostumbrarse, envió un escalofrío por toda su espina dorsal.

Todo estaba tan mal. Fuera de contexto. Nick no podía ser este tipo, seguro se había drogado, quizás estaba demasiado tomado… algo. Tenía que haber una equivocación, y sin embargo, de repente aquí estaba, y él se había convertido en la cosa más peligrosa de su mundo. Simplemente Davina no estaba segura de cómo, o por qué.

Su cabello oscuro se desplomó sobre sus ojos verde pálido. Era un rostro que creía conocer, el rostro de un amigo, pero se había equivocado. Se equivocó tanto.

Él sonrió demasiado amplio, e hizo que su piel quisiera arrastrarse fuera de su propio cuerpo, ¿quién diablos era él?

La mente de Davina se aceleró al igual que su corazón, todo comenzó a dar vueltas, un sonido horrible taladrando sus oídos, y de pronto no supo nada, hasta minutos después cuando su mejilla ardía, se dio cuenta de que se encontraba tendida en el suelo, y que el chirriante sonido lo estaba haciendo ella, y cuando Nick descargó su mano de nuevo sobre su mejilla, esta vez se sintió como si estuviera de vuelta, aunque nada tenía sentido.

—¿Estás conmigo, o necesito meterte otro poco de sentido común? —Davina hipó, empujándose lejos de él, haciéndolo reír mientras golpeaba una de las paredes con los nudillos—. Cuarto insonoro, nena, todo cortesía de Resistance, aquí invertí mis últimos siete meses de sueldos. De nada sirve que grites.

—¿Por qué haces esto? —lloró. ¿Era esto por lo mal que Derek lo había tratado?

Él suspiró, sentándose al estilo indio frente a ella.

Era la primera vez en todo este tiempo que parecía querer hablar, lo que debía ser bueno, ¿no?

El primer día la había dejado a su suerte, el segundo intentó que comiera, hoy solo había caminado de un lado a otro como lunático, y cuando sus miradas se encontraron, un brillo llamó su atención, y no fue sino hasta ese momento que Davina pudo ver la pistola en sus manos. Congelándola.

Esto no podía terminar bien, de ninguna manera.

Ir a la siguiente página

Report Page