Hard

Hard


Capítulo Catorce

Página 31 de 43

Había algo atrayente en un hombre grande y poderoso que parecía ligeramente vulnerable momentos después de despertarse, y mientras ella corría vistiéndose por el pequeño lugar, sus ojos azules eran reverentes y extasiados, observándola. Exudaba poder, y una masculinidad alucinante, que hacían que cada hormona femenina suya temblara, y Davina supo justo ahí, que sentirse hermosa no tenía nada que ver con la vestimenta que uno llevara diariamente, sino, más bien cómo te vieras a los ojos de la persona que más te importaba, y nada le podía dar ese subidón a su autoestima como una sola mirada de Derek.

Así que tomó valor de ese recuerdo para poder mirar de frente a Ruth.

―Mira… —suspiró—, lo lamento mucho, se me salió de las manos, pero estoy segura de que podemos resolverlo. —Ruth entrecerró los ojos caminando hacia ella.

―A ver, hay algo que quizás me estoy perdiendo, ¿realmente te enamoraste de él? ―La joven se tensó, pero se negó a que eso se mostrara en sus ojos.

―Ruth, por favor, solo digo que…

―Lo hiciste. ―Rodó los ojos―. Eso es tan malo, ¿sí sabes lo que va a pasarte después de que termine el álbum, verdad?, ¿sí entiendes que él solo está pasando el rato? ―Davina la miró sin parpadear siquiera, pero estaba segura de que Ruth no le creyó―. Espero que sepas de antemano cómo se sienten los corazones rotos, ¿porque el tuyo?, lo veo hecho añicos a kilómetros —suspiró ondeando la mano—. En fin, vamos a tratar de solucionar esto, necesito fotos de ustedes en la intimidad, incluso si hay por ahí un culo desnudo mejor, necesitamos una imagen de impacto.

¿En la intimidad? Se llevó la cámara al pecho, de pronto horrorizada pensando en todas las tomas íntimas que había hecho de ellos mismos, si Ruth le arrebatara la cámara en ese momento... o algún fanático… su mente comenzó a dar vueltas.

―¿Disculpa? ―Sacudió la cabeza―. He hecho todo lo que me has pedido, te he dado más de lo que nadie te podía dar, no solo de mi intimidad, sino de la banda entera.

―Eso no me sirve, no es suficiente después de lo que pasó ahora.

—No te voy a traer fotos íntimas, ¿estás loca?

—No sé si no lo has entendido —murmuró su jefa, sentándose en la esquina del escritorio, cruzando las piernas y poniendo esa cara que solo presagiaba cosas malas—. No te estoy pidiendo que las traigas, te lo estoy

ordenando.

Davina parpadeó, dando un paso hacia atrás mientras negaba.

—No puedo hacer eso. —Ruth tamborileó los dedos en el escritorio, mirándola.

—Bueno, no me dejas más opción. ¿Quieres saber qué voy a hacer?, voy a revivir esa noticia que me va a dar más dinero que cualquier cosa que hagas o finjas.

―¿Qué quieres decir? —Sus ojos se abrieron con horror cuando la comprensión destelló frente a ellos—. No puedes estar hablando de la nota de Giselle, yo creí…

―Somos prensa, cariño, no un lugar de beneficencias, más bien, aquí nos beneficiamos con todo lo que podamos. Imagina una nota donde su “felicidad” fuera enturbiada por los retorcidos gustos de Derek Chancellor, eso nos haría recuperar todo lo perdido. —Davina se quedó sin aliento.

—No puedes hacer eso, no pienso colaborar más en el álbum si lo haces. —Los ojos de Ruth brillaron con una promesa.

—¿No? Te recuerdo que el álbum es propiedad de Delirium, no tuyo, no lo olvides. —Se levantó del escritorio, caminando hacia la puerta, sosteniéndola abierta para ella—. Si no te parece, puedes irte cuando quieras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ir a la siguiente página

Report Page