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Tercera parte. Julio » Capítulo 38:// El fantasma de la máquina

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¿Por qué se permite a hechiceros de Defensa Logística como Loki que maten a gente desarmada? Estoy ahora mismo en el Rancho Cielo, y parece que hemos ganado. Pero los pecaríes de Loki siguen abatiendo al personal de las cocinas que se rinde. Se está preparando para asesinar a las familias de los financieros que estuvieron detrás de esto. ¿Alguien tiene idea de cómo podemos detener a este psicópata?

Visigodo_**** / 3.051 - Explorador de nivel 18

Después de que la red oscura volviera a conectarse, Sebeck se ocupó de examinar los vídeos enviados por los miles de operativos que pululaban por el rancho. Agarró a Price y saltó a una camioneta llena de Luchadores de la red oscura que empuñaban armas automáticas. Mientras recorrían los últimos kilómetros entre montones de equipo militar destrozado y mercenarios muertos, contempló en el Espacio-D los clips del ejército mecánico de Loki atravesando las defensas. Enjambres de pecaríes, AutoM8 y microjets se esparcían por la red de carreteras de Rancho Cielo, desgarrando a todo soldado o trabajador que encontraban. A medida que el desorden del ejército privado se extendía y sus comunicaciones por radio se desintegraban, los mercenarios se retiraron hacia la casa principal del rancho, sólo para encontrar una oleada de mercenarios que venía en dirección contraria, contando historias de bancarrota y tratando de escapar del rancho.

Pero miles de operativos de la red oscura asaltaban ahora el rancho desde todas las direcciones, irrumpían en los grandes complejos y almacenes llenos de productos de lujo, barriles de vino, medicamentos y filas y filas de componentes y repuestos de máquinas. A medida que los periodistas de la red oscura iban colgando sus informes, fue quedando cada vez más claro que los residentes de Rancho Cielo planeaban permanecer aquí algún tiempo. Tal vez esperando capear el caos que habían ayudado a causar en el mundo exterior.

Las tropas de la red oscura habían empezado a aceptar la rendición en masa de los mercenarios de docenas de compañías; los despojaban de sus armas y escaneaban sus retinas y sus huellas dactilares. Sin jefe ya, el ejército multinacional de mercenarios no plantó batalla… sobre todo cuando los superaban en cuarenta a uno.

Pero en el centro del rancho las máquinas de Loki seguían merodeando. Pecaríes, AutoM8 y microjets en vuelo rasante recorrían los jardines en torno a la casa, los aparcamientos, las carreteras y las cocinas, matando a todos los que encontraran que no fuesen miembros de la red oscura… sin excepción.

El terror puro se apoderó del complejo central cuando los miembros del personal de servicio de la casa pedían clemencia a los operarios de la red oscura, quienes no podían impedir que las máquinas empapadas en sangre destrozaran a sus cautivos.

Sebeck y Price llegaron a los terrenos de la mansión y se unieron a una gran multitud de operativos que ya estaba allí. Todos los ojos estaban fijos en Loki Stormbringer, mientras los

feeds de la red oscura lo denunciaban. Por todas partes la gente le votaba negativamente, pero el nivel de puntuación de Loki ya no podía bajar más. En la amplia plaza ante la mansión, Loki miraba con ojos sin vida desde su motocicleta Ducati. Había formado un anillo de cientos de pecaríes en torno a la casa principal, donde los financieros internacionales con sus esposas e hijos se habían atrincherado tras las puertas. Loki parecía captar el mundo a través de los ojos de sus innumerables sicarios, a través de sus sensores, y escrutaba cada pulgada de este lugar, cada alcantarilla, buscando gente escondida. Parecía dispuesto a no dejar piedra sobre piedra hasta encontrar al Comandante. Y en el proceso al parecer iba a matar a todos los plutócratas que se ocultaban en la enorme mansión, junto con sus esposas objeto y sus malcriados hijos. Parecía dispuesto a hacérselo pagar a todos.

En ese mismo instante, Sebeck estaba viendo en sus gafas HUD un vídeo de un grupo de banqueros que trataba de escapar hacia el aeródromo para subir a bordo de su jet privado y reemprender sus vidas como si nada hubiera pasado. Pero los lejanos pecaríes de Loki aparecieron, empujaron al Bentley fuera de la carretera, sacaron a sus ocupantes entre gritos y…

Cerró el vídeo. Había visto suficiente muerte.

Cientos de miembros de la red oscura se habían congregado en torno a la mansión para ver con desazón cómo Loki preparaba su ataque, mientras mujeres y niños agitaban banderas blancas y suplicaban piedad.

La nueva y resonante voz sintética de Loki rasgó el aire.

—¡Comandante! ¡Voy a matarte… y a todo hombre, mujer y niño que te esté ocultando!

La multitud lo abucheó, y Loki se volvió hacia ellos, su voz auténticamente atronadora ahora.

—¿Qué podéis hacer al respecto? ¡Nada de esto hubiera sucedido de no ser por mí! ¡Yo soy la red oscura!

Ross y Philips llegaron, usando al parecer coordenadas del Espacio-D para localizar a Sebeck y a Price entre la multitud.

Ross gritó por encima del ruido de los pecaríes.

—¡Sargento! ¿Qué está haciendo Loki?

Sebeck señaló a la doctora Philips.

—¡Jon, sácala de aquí! Loki está matando a todos los civiles que encuentra.

—No pasa nada… —Ross indicó el amuleto que ella llevaba, y que desprendía un suave brillo en el Espacio-D—. Es un amuleto de protección. Está a salvo.

Sebeck se volvió de nuevo hacia la mansión.

—Loki se está preparando para matar a todas las personas que hay aquí dentro. Está buscando al Comandante.

—¿Ha visto alguien al Comandante?

—No, no lo creo.

Philips se quedó boquiabierta al ver a Loki entre un centenar de pecaríes, mientras muchos más rodeaban la mansión.

—Esto es lo que me daba miedo, Jon.

Ross, Sebeck y Price se volvieron hacia ella.

—¿Miedo de qué?

—La red oscura no es distinta de ningún otro sistema social. Los poderosos ignoran a los débiles. Míralo… —Indicó a Loki.

Sebeck se pasó las manos por el pelo.

—Tiene razón. Ya has visto las noticias: los plutócratas están en bancarrota. Hemos recuperado ya nuestra libertad… pero ¿por qué no ha quedado cumplida mi misión? ¿Por qué no veo el camino a la Puerta de la Nube?

Price se acercó.

—¿Ves el Hilo de tu misión, sargento?

Sebeck negó con la cabeza. No lo había advertido en medio de toda aquella locura, pero ya no tenía ningún Hilo que seguir.

—No. Lo cual significa que aquí es donde tengo que estar. No ha terminado todavía. —Miró a Price y a los demás—. Quedaos aquí.

—Sargento, ¿adónde vas?

Sebeck se abrió paso entre la multitud, dirigiéndose a la amplia plaza que rodeaba la casa. Cuando lo vieron, con su conocido icono de misión importante, la multitud rugió aprobando su presencia y le dejó pasar.

Llegó por fin a la línea de pecaríes, y cuando intentó pasar, las motocicletas se movieron para bloquearle el paso. Sabía que no podían atacarlo (era miembro de la red oscura), pero tampoco le dejarían pasar.

La resonante voz de Loki sonó en el aire cercano mientras éste lo observaba desde treinta metros de distancia.

—¿Qué cree que va a hacer, sargento? Nunca logrará acercarse a mí.

—Te guste o no, Loki, eres uno de nosotros. —Sebeck podía ver en sus gafas HUD los

feeds de la red oscura que se volvían locos con la noticia de la derrota de los plutócratas, pero también del ascenso de Loki. Cientos de miles de miembros de la red respondían al ver el vídeo de Loki enfrentándose al Sin Nombre, y nadie podía contenerlo.

Y entonces una luz en el Espacio-D destelló y una forma familiar emergió de la red. El avatar de Roy Merritt echó a andar hacia los enjambres de pecaríes, derecho hacia Loki. Su indicador de nivel 200 ardía sobre él. La multitud se quedó en completo silencio.

Loki tan sólo lo miraba, obviamente tratando de decidir qué hacer, pero el avatar de Merritt siguió acercándose. Pasó ahora junto a Sebeck, que se quedó observándolo asombrado.

El vídeo del encuentro estaba siendo grabado por un centenar de cámaras de la red oscura entre la multitud y transmitido en directo a través de toda la red. La multitud escuchó con atención mientras Merritt se acercaba a Loki. La voz de Merritt sonó también en el aire, tranquila y controlada.

Señor, necesito que deje lo que está haciendo y venga conmigo.

Loki miró a la multitud a su alrededor.

—¿Qué es esto?

Señor, una masa crítica de ciudadanos de la red desaprueba fehacientemente lo que está haciendo. Necesito que lo deje de inmediato y venga conmigo. Sería mucho mejor si cooperara. ¿Lo hará por mí?

—¡Al carajo! Roy Merritt… eres un juguete, una marioneta de inteligencia artificial que todos estos pequeños usuarios han montado.

Señor, la prosodia me dice que está usted nervioso. He venido a ayudarlo.

—¿Ayudarme a mí? ¡No necesito ayuda!

Por favor, señor

—¿Qué me vas a hacer, Roy? ¡Eres un puñetero fantasma! —Loki se volvió hacia la multitud—. Ningún poder puede volverse contra mí. Eso es parte de la naturaleza

pacífica de nuestra sociedad, ¿no es así? —Se echó a reír—. ¡Haré lo que me dé la gana!

Loki envió una orden que hizo que su ejército de pecaríes avanzara, aplastando las puertas de la mansión.

No me deja otra opción, señor. Tendré que requisar esto

El avatar de Merritt extendió una mano y tiró de los números del indicador de Loki, reduciéndolos de pronto del nivel 60 al nivel 10.

—…

hasta que se encuentre mejor.

El avatar de Merritt ya no era de nivel 200, sino sólo de 150, y de inmediato quedó claro para todo el mundo que el Hombre Ardiente había sacrificado sus propios niveles para reducir los de Loki.

Loki vio lleno de mudo horror cómo todos los pecaríes a su alrededor y los microjets del cielo se daban media vuelta y se marchaban. Desmontó de su motocicleta y se tambaleó, hasta que finalmente cayó de rodillas al darse cuenta de todo lo que había perdido, y también del precio que había pagado.

Mientras la gente seguía mirando, los niveles de Merritt empezaron a subir de nuevo, a medida que la gente de la red oscura donaba niveles duramente ganados (en una proporción de mil a uno) para sustituir los que Merritt había consumido.

En unos instantes, Merritt regresó a su nivel máximo de 200.

Se acercó a Loki.

Señor, todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Por eso no somos únicos

Loki miró a un avatar creado por la voluntad popular de millones de personas, programado para reaccionar en tiempos de necesidad acuciante. Era al parecer parte de la red oscura. Y de lo que la red oscura iba a convertirse en su evolución.

Loki se desplomó en el suelo, sollozando, sus ojos metálicos incapaces de derramar lágrimas o de apartar la mirada. La multitud se congregó a su alrededor, olvidada su hostilidad. Una mujer cercana le puso una mano en el hombro.

Merritt se volvió hacia los allí congregados.

Todo va bien, amigos. Aquí no hay nada que ver

Y de repente Sebeck oyó un pitido. Se volvió y vio un Hilo de color dorado que se desplegaba ante él, dirigiéndose hacia el norte, hacia el lejano horizonte.

—¡Price!

—Estoy aquí mismo, tío.

—Tenemos que buscar nuestras cosas.

Ahora.

—¿No puede esperar?

—No. Tenemos que marcharnos ahora mismo.

—¿Adónde?

Sebeck ya se abría paso entre la multitud.

—A la Puerta de la Nube.

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