Fotos
Madrid. Brigada de Homicidios.
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Madrid. Brigada de Homicidios.
—¡Rafa! ¿Qué casos nos has dado? ¿Los de «Historias de la Cripta»?
Lora lanzó muy enfadado una carpeta con el anagrama de la Policía Nacional sobre la mesa de Perteguer, que le miró extrañado.
—¿Qué pasa?
—Los tres de la barquita… para empezar murieron de madrugada… ¡Pero alguien había detenido sus relojes en las seis y seis minutos de la tarde! ¡Los tres relojes! ¡Luego aparece pintado en el casco de la barca este poemita!
—¿Poemita? ¿Habéis hecho fotos? —Perteguer abrió la carpeta y miró las fotos de las víctimas—. ¡No hay cara!
—Claro que hay fotos… ¿Pero de qué cara hablas?
—¿Entonces esta frase estaba pintada en el casco del bote?
—¡Sí, tío!
—¡Joder! Llama a Marta y venid conmigo… Os explicaré de que va todo esto de camino…
—¿Pero de camino a dónde…?
Perteguer, Lora y Marta entraron casi en tropel en el despacho de Pedro Puig.
—¡Pedro! Estos son los inspectores Lora y de Mingo. Colaboran en el caso, o mejor dicho lo llevan. A partir de ahora os veréis muy a menudo.
—¡Encantado, encantado! ¡Sentaos y relajaos!
Los tres se sentaron. Perteguer lanzó una carpeta sobre la mesa.
—Tenemos uno más. Tres ahogados en el Retiro. El forense dice que murieron aproximadamente el 5 de este mes… Murieron de sobredosis de heroína, pero alguien o algo los metió en una barca y escribió esto en el casco antes de hundirla con ellos…
Pedro cogió el dossier y ojeó las fotos. Se detuvo para leer la frase:
—«Descendió mi maestro sin notarse en la barca su peso, pues… cargada por la muerta laguna va empeñada».
—… Solo que en esta ocasión no hay ninguna cara… ahora es un enemigo físico que escribe y se permite el lujo de ajustar todos los relojes a una misma hora… ¡Dime que tienes algo!
—¿Pero estáis seguros de que es el mismo? ¿No será un imitador?
—Ni la fecha, ni la hora, ni las frases, ni el número de víctimas han salido a la luz; además VidaPlus también asegura esas barcas… no es un imitador: eso es lo que tratamos de evitar cada vez que hay asesinatos en serie… ¡Tiene que ser él! ¡Ha cambiado por alguna extraña razón!
—Interesante… te iba a decir que no tenía nada… pero esto lo cambia todo… En un principio pensé que sea lo que sea lo que escribía esas frases se las iba inventando sobre la marcha. Pero por lo que veo las saca de algún sitio y se las ingenia para adaptarlas a los hechos. Por lo que no es que se justifique a posteriori, sino que antes de que ocurra el, digámosle, accidente, ha buscado la frase. Como no son hechos aislados, se da por sentado que saca las frases de una misma fuente, y por eso en la última no te ha metido un párrafo entero, sino que lo ha acortado, de ahí los puntos suspensivos, para decir solo lo que interesa: «barca, peso y laguna muerta». Nos está mostrando el nexo, el hilo que une los acontecimientos. Si nos diera una fecha y el patrón que sigue o de donde saca las frases, le tendríamos…
Pedro se colocó el cuello de la chillona camisa hawaiana que vestía y se recostó en su sillón.
—Pero y si no es una persona…
—Tiene que serlo. —Pedro afirmó con vehemencia—. Si no estamos perdidos y no sé que hacemos perdiendo el tiempo…
—Pedro, la cara…
—Olvídate de la cara por un momento. Solo los psicópatas crean conexión. Asesino en serie que sigue un patrón. Sea lo que sea lo que buscamos, buscamos a un psicópata culto. Y probablemente de posición social acomodada, blanco y de mediana edad… ¡Mira! ¡La cara es la de un blanco!
—¡Pedro!
—¿Qué? Si no me das el patrón, no podré decirte de que carajo está hablando esa cosa. No sé si mata por diversión, por costumbre o devoción… solo sé que mata y luego lo describe: «Mira, me acabo de cargar a tres pavos hundiendo su barca en un estanque». No hay ningún mensaje oculto por descifrar. Ahora dedícate a buscar versos hasta que salga alguno de estos. Yo lo he intentado en documentación, y tardaríamos meses. Aún así lo están buscando.