Fish!

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Segunda visita

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Segunda visita

EL martes, a la hora de comer, Mary Jane se apresuró por la calle Primera, camino del mercado. Lonnie estaba esperándola; apareció inmediatamente entre la multitud y la condujo a través de una rampa, más allá de la franquicia de la tienda de camisetas.

-Hay unas mesas al final del pasillo -dijo, guiándola hasta una pequeña habitación acristalada con una magnífica vista del puerto y de Puget Sound. Lonnie se comió un panecillo y el yogur que le había traído Mary Jane, mientras ella se comía el suyo y se interesaba por el funcionamiento de la pescadería. Ser pescadero no sonaba muy atractivo después que Lonnie le explicara cómo era un día típico; eso hizo que la actitud de los empleados de Pike Place aún le resultara más impresionante.

-Parece que tu trabajo y el mío tienen más cosas en común de lo que me imaginaba al principio -dijo ella, después de que Lonnie le describiera las aburridas tareas que tenía que realizar cada día.

Lonnie la miró.

-¿En serio?

-Sí. La mayor parte del trabajo que hacen mis empleados es, como mínimo, carente de interés y repetitivo. No obstante, es un trabajo importante. No vemos nunca al cliente, pero si cometemos un error, éste se enfada y se nos critica mucho. Si hacemos bien nuestro trabajo, nadie repara en él. En general, el trabajo es aburrido. Vosotros habéis cogido un trabajo aburrido y habéis encontrado la manera de hacerlo interesante. Eso lo encuentro fascinante.

-¿Has pensado alguna vez que cualquier trabajo puede resultar aburrido para la persona que lo tiene que hacer? Algunos de los ejecutivos del yogur viajan por todo el mundo por negocios. A mí me parece muy atractivo, pero ellos me dicen que te cansas rápido. Supongo que en determinadas circunstancias, cualquier trabajo puede ser aburrido.

-Estoy de acuerdo con lo que dices. Hace muchos años, me surgió la oportunidad de hacer un trabajo con el que las adolescentes sueñan a menudo: me ofrecieron un contrato de modelo. Pero al acabar el mes, ya estaba muerta de aburrimiento. Te pasabas todo el día cruzada de brazos, esperando. O mira a los locutores, por ejemplo. Desde entonces, he aprendido que muchos no hacen otra cosa que leer el texto de otros. Esto también me parece aburrido, al menos a mí.

-Muy bien. Si estamos de acuerdo en que cualquier trabajo puede ser aburrido, ¿estamos de acuerdo en que cualquier trabajo se puede hacer con energía y entusiasmo?

-No estoy tan segura. ¿Puedes darme un ejemplo?

-Muy fácil. Date una vuelta por el mercado y mira las otras pescaderías. No es lo mismo. Son, ¿cómo los llamaste? Vertederos de energía tóxica. De hecho, su actitud hacia el trabajo nos beneficia mucho. Ya te dije que Pike Place antes no era así. Entonces descubrimos una cosa increíble. Aunque no puedas escoger el trabajo en sí, siempre puedes elegir cómo lo vas a hacer. Ésa fue la gran lección que aprendimos cuando creamos el mundialmente famoso mercado de pescado de Pike Place. Podemos elegir la actitud que tenemos en nuestro trabajo.

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