Fish!

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Elige tu actitud

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MARY Jane sacó una libreta y empezó a escribir:

Aunque no puedas escoger el trabajo,

siempre puedes elegir cómo lo harás

Luego pensó en las palabras que había escrito y preguntó:

-¿Por qué no se puede escoger el trabajo?

-Buena pregunta. Siempre puedes renunciar; en ese sentido sí que puedes escoger el trabajo que haces. Pero, a lo mejor no es la decisión más acertada porque tienes responsabilidades, o por otros motivos. A eso me refiero cuando hablo de escoger. Sin embargo, siempre tienes la opción de elegir la actitud que vas a adoptar en el trabajo.

»Te voy a contar una cosa de mi abuela. Ella siempre lo hacía todo con amor y buena cara. A todos sus nietos nos gustaba ayudarle en la cocina, porque fregar los platos con ella era muy divertido. Y de paso, sin darnos cuenta, aprendíamos mucho de cocina. Así, cuando éramos niños, tuvimos un privilegio muy especial: la compañía de un adulto que se preocupaba por nosotros.

»Ahora me doy cuenta de que a mi abuela no le gustaba fregar los platos. Ponía amor en hacerlo y nos contagiaba su espíritu.

»De la misma manera, mis amigos y yo nos dimos cuenta que cada día al venir aquí, traíamos una actitud. Podemos venir de mal humor y tener un día deprimente. Podemos mostrarnos antipáticos e irritarnos con los compañeros y con los clientes. O traer una actitud alegre y desenfadada y pasar un día fantástico. Podemos elegir la clase de día que queremos pasar. Estuvimos mucho tiempo hablando de ello y nos dimos cuenta de que, ya que teníamos que trabajar, lo mejor era pasarlo lo mejor posible. ¿Le ves sentido?

-Mucho.

-De hecho, nos entusiasmamos tanto con lo de elegir, que de paso decidimos hacernos mundialmente famosos. Pasar un día siendo «mundialmente famoso» es mucho más agradable que pasar un día siendo vulgar. ¿Ves lo que quiero decir? Trabajar en una pescadería no es fácil; hace frío, hay humedad, huele mal y te puedes resbalar. Pero podemos elegir qué actitud vamos a adoptar mientras hacemos el trabajo.

-Sí, me parece que lo entiendo. Tú eliges cada día la actitud que vas a tener en el trabajo. Esa elección determina tu comportamiento. Ya que estás aquí, ¿por qué no elegir ser una pescadería mundialmente famosa, en vez de ser una más? Parece tan sencillo.

-Es fácil de entender, pero no tan fácil de hacer. No creamos este lugar de la noche a la mañana; tardamos casi un año. Yo era un caso difícil. Digamos que era un resentido. Mi vida personal estaba completamente descontrolada. Tampoco le daba muchas vueltas, pensaba que sabía muy bien lo que hacía. La vida era dura y yo respondía de la misma manera, siendo duro. Entonces, cuando decidimos crear un puesto de pescado diferente, me resistí a aceptar que yo podía elegir cómo vivir cada día. Había invertido demasiado en ser una víctima. Uno de los compañeros, mayor que yo, que también había pasado una mala racha, me llevó aparte y me lo explicó, de pescadero a pescadero. Pensé mucho en lo que me dijo y decidí probar. Ahora soy un «creyente». Cada persona puede escoger su actitud. Lo sé porque yo escojo la mía.

Mary Jane estaba impresionada por lo que estaba oyendo y también con la persona de quien lo estaba oyendo. Al levantar los ojos se encontró a Lonnie mirándola con curiosidad y se dio cuenta de que llevaba un rato soñando despierta.

-Lo siento. Lo probaré. ¿Qué otras cosas explican vuestro éxito?

-Hay cuatro ingredientes, pero éste es el principal. Sin escoger la actitud, los otros son una pérdida de tiempo. Así que vamos a pararnos aquí y dejar el resto para después. Toma el primer ingrediente y mira qué puedes hacer con él en la tercera planta. Llámame cuando estés lista para hablar de los otros. ¿Tienes nuestro número?

-Está escrito por todas partes.

-Claro. No somos precisamente tímidos, ¿verdad? Hasta pronto y gracias por el yogur.

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