Fetish

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EL DESTRIPADOR DE SIDNEY

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EL DESTRIPADOR DE SIDNEY

ASESINA A LA ESPOSA DE UN DETECTIVE

La policía de Sidney encontró la noche pasada el cuerpo de la señora Cassandra Flynn, esposa del detective de Homicidios Andrew Flynn, en su casa de Woollahra. Se cree que su muerte guarda relación con las de otras cuatro jóvenes brutalmente asesinadas en Sidney desde el 26 de junio de este año. Todas las víctimas encontradas llevaban un solo zapato de tacón. Se desconoce el paradero del detective Flynn y la policía pide la ayuda de cualquiera que tenga alguna información relevante.

Makedde dejó caer el periódico, perpleja.

Jimmy Cassimatis tenía la complexión de un oso de peluche: bajo y rechoncho, con una zona central que, mediada la treintena, evolucionaba claramente hacia la forma de un barril. Sus brazos estaban cubiertos por el mismo espeso manto de pelo negro que asomaba por el cuello de su camisa. Tenía unos modales poco formales que a Makedde le recordaron los de un chico que conoció en la escuela y que nunca acabó de crecer.

Después de inspeccionar su apartamento, se plantó ante ella intentando ser profesional.

- Señorita Vanderwall, tengo algunas preguntas para usted.

Mak intuyó que Jimmy podría conseguir que los pentámetros yámbicos sonasen a jerga. Esperó a su siguiente frase, pero durante un rato el detective se mantuvo en silencio paseando lentamente. Ella decidió romper el hielo.

- Usted es el compañero de Andy. ¿No le dijo él adónde iba?

- Usted es su chávala. ¿No le dijo él adónde iba?

«Chávala. Este hombre tiene clase.»

- Ya no soy ninguna chávala, detective. En el Herald parecían insinuar que Andy era sospechoso. ¿Lo es?

- Andy me dijo que era usted loquera. No me gustan los loqueros -ladró él como respuesta.

- No soy loquera. Estoy estudiando para loquera, quiero decir para psicóloga. ¿Es sospechoso o no?

- Bueno, desde el momento en que ha desaparecido parece más sospechoso que nadie. Yo, por mi parte, no estoy nada convencido de que fuera él. Pero la cosa no tiene buen aspecto. Esa mujer era difícil.

Mak recordó la rabia que exhalaba Andy por todos los poros después de la discusión que había oído sin querer.

- Es atípico que la encontraran en su casa. Las otras víctimas fueron abandonadas en parques y zonas apartadas. ¿Cree que es obra del mismo asesino?

- Se supone que soy yo quien hace las preguntas aquí -le espetó Jimmy.

- Pues pregunte -dijo ella.

- ¿Sabe dónde está Andy?

- Como ya le he dicho, no.

- ¿Se ha puesto en contacto con usted desde el lunes?

- ¡No! -La cosa no acabaría nunca si él seguía repitiendo las mismas preguntas-. ¿Qué pasó el lunes?

Jimmy dejó de pasear.

- Lo retiraron del caso por liarse con una testigo.

- ¿De verdad? -Mak se ahogó en su propia culpabilidad-. ¿Cómo fue eso? ¿Cómo se enteraron?

- Simplemente se enteraron. -Jimmy parecía disgustado-. ¿Qué le contó Andy de su esposa?

- Dijo que estaban divorciándose y que acababan de entregarle los papeles. Dijo que no tenían hijos. Desde luego no le gustaba hablar de ello. Cuando salimos llevaba un coche patrulla, así que me figuré que debían de tener alguna clase de disputa sobre sus propiedades. ¿Se quedó el coche su mujer?

- Los dos -dijo Jimmy-. Tiene dos coches en perfecto estado. -Esa idea pareció enfurecerlo-. ¿Lo ha visto alguna vez irritado por su divorcio o con su esposa?

- No parecía que quisiera matarla por ello, si es eso lo que quiere decir. -Tenía que hacerle la gran pregunta, para la que ella esperaba tener respuesta-. ¿Tiene Andy coartada para los asesinatos anteriores?

Contuvo la respiración esperando su respuesta.

- Sí. Al menos para Catherine y Becky.

Ella respiró.

- Entonces, ¿el único motivo por el que podría ser sospechoso es su relación con la víctima y su posterior desaparición?

- No exactamente.

- ¿Qué más hay?

- No puedo decírselo.

- ¿Qué es lo que puede decirme? ¿Es inocente? ¿Es un asesino? ¿Mató a su mujer en un arrebato de ira y luego lo arregló todo para que se pareciese a los otros asesinatos? ¿Debo salir corriendo para ponerme a salvo si aparece frente a mi puerta? ¿Qué?

Jimmy no contestó. Ni siquiera la miraba a la cara.

- Sé que debe usted de odiarme por meter en líos a su compañero -insistió Mak-, pero créame, nunca fue mi intención. Esta situación también me duele mucho.

Él tenía las manos entrelazadas con fuerza tras la espalda y el gesto severo. Makedde sospechó que era de los que reprimen sus emociones. Probablemente sufriría un paro cardíaco al llegar a los cuarenta. Cuando por fin habló, ella se sorprendió por lo que salió de sus labios.

- ¿Salió usted de verdad en Sports Illustrated?

Ella rió.

- Eeh… sí. Hace un par de años. ¿Qué tiene que ver con todo esto?

Él no respondió, pero ella se dio cuenta de que su pétrea fachada se desmoronaba un poco.

- Venga, Jimmy. A los dos nos gusta Andy. Los dos estamos alterados por lo que está sucediendo. Vamos a ayudarnos. -Le sonrió-. ¿Hay alguna razón para sospechar de Andy aparte de su relación con la víctima? ¿Huellas en la escena del crimen?

- No necesita usted saber…

- ¡Una mierda no necesito saber! -La enfureció que aún no se la tomase en serio-. Prácticamente caí sobre la víctima número tres, que resultó ser mi mejor amiga; me han registrado; me han enviado notas amenazadoras y me ha atacado un psicópata que tiene una mazmorra sexual, así que si de verdad cree que voy a ponerme remilgada con usted…

- ¿Qué es eso de una mazmorra?

- Rick Filles. Andy me dijo que estaban investigándolo. Pues bien, tengo una historia jugosa que contar acerca de sus actividades nocturnas. Ese tío es un auténtico pervertido. Pero primero necesito que me diga qué más relaciona a Andy con el asesinato. Por favor…

- No iría usted a su estudio y lo encerraría en su pequeña habitación, ¿no?

- Bueno, la verdad…

- ¡Así que fue usted! Andy dijo que era entrometida, pero nunca creí… -La frase le dolió un poco. Makedde prefería pensar en sí misma como una mujer curiosa y con recursos, no como una entrometida-. No hace mucho que nos lo llevamos para interrogarlo -continuó Jimmy-, y él nos acusó de tenderle una trampa con una policía encubierta muy sexy que lo había encerrado en esa habitación. Es imposible que fuera Mahoney.

Makedde notó que se sonrojaba.

- Aún lo estamos investigando por algunas agresiones, pero no es sospechoso de los asesinatos del zapato. -Jimmy se quedó pensativo-. Andy está metido en skata muy, muy honda -continuó con el ceño fruncido-. Ya sabe que en el pasado se metió en líos por su temperamento.

Ella recordó la mirada de ira que había visto en su cara.

- Venga, ¿qué pasa? -insistió-. Si tiene una coartada para las otras no puede ser tan malo. No pueden pensar en serio…

- Creen que puede haber hecho una réplica -la cortó Jimmy-. Que puede haber usado lo que sabe de los crímenes para escenificar otro. Tiene un móvil y… bueno, sus huellas y su sangre estaban en el cuchillo de cocina utilizado en el asesinato.

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