Fetish

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Capítulo 44

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Capítulo 44

James Tiney Jr. no estaba dispuesto a tolerarlo. No tenían nada contra él. ¿Cómo podían acosarlo así? Para cuando hubiera acabado con ellos, la policía estaría verdaderamente arrepentida de haberlo tratado de esa manera.

- ¡¿Cómo se atreve?! -protestó-. Soy una persona respetada en el mundo médico y en esta comunidad. -Señaló con un dedo amenazador al corpulento y moreno detective-. Mi padre es muy buen amigo de su comisario, y estoy seguro de que a él no le gustará el trato que me están dispensando, en especial porque me relaciona con este terrible asesinato. Tengo una imagen pública que cuidar. ¡No pienso tolerar esto!

- Cálmese, hombre; sólo lo hemos hecho venir para que nos ayude con la investigación. -El detective apoyó sus carnosas palmas sobre la mesa y se inclinó hacia delante con el borde del tablero hundido en la barriga-. Señor Tiney, ya le hicimos algunas preguntas acerca de su reserva en el Complejo Turístico de Terrigal, de por qué la anuló y de si conocía a la señorita Gerber. Nos dijo que nunca la había conocido y que su idea era ocupar esa habitación solo.

JT se secó la frente con un inmaculado pañuelo de algodón.

- Es correcto.

- Creo que nos ha estado mintiendo.

JT dio un puñetazo en la mesa. Esperaba que eso diera impresión de firmeza.

- ¡Muy bien! ¿Cómo se llama? ¡Me voy a quedar con su placa!

El detective cruzó los brazos con calma.

- Mi nombre, se lo diré por cuarta vez, es detective Jimmy Cassimatis. Francamente, me importa una mierda que vaya a quejarse a papá, sea quien sea. Estoy aquí para resolver un asesinato y no va a salir de esta habitación hasta que me diga la verdad.

JT estaba mudo.

- ¿Qué edad tiene? -preguntó Jimmy.

- ¿Cómo?

- ¿Qué, edad, tiene?

JT se pasó el pañuelo por la frente.

- Cuarenta y seis años.

El detective soltó una risita ahogada que hizo temblar su barriga bajo la tensa camisa blanca.

- Tenía curiosidad, ¿sabe? Porque yo no he recurrido a eso de «se lo voy a decir a mi padre» desde los diez años. Pero, oiga, como usted quiera.

JT se quedó callado, estupefacto ante la falta de respeto del detective.

- Tengo entendido -continuó Jimmy-, que tiene una esposa y dos hijos. Y una imagen pública. Bien. Creo que también tiene una amante. Creo que iba a reunirse con ella en ese hotel y quiero saber por qué anuló esa reserva.

- Quería alejarme durante el fin de semana para relajarme solo -dijo-. Eso no es ilegal, ¿no? Anulé la reserva porque sucedió algo. Un negocio que tenía que atender. Cuestiones financieras. No lo entendería.

- Qué va. -Jimmy se inclinó otra vez sobre la mesa-. He hablado con su mujer. Ella creía que iba a Melbourne a una reunión de trabajo de fin de semana.

El detective giró su silla y se sentó del revés, a caballo sobre ella y con los brazos cruzados encima del respaldo.

- Usted… usted… -farfulló JT-. ¿Ha hablado con Pat? -El nombre de su esposa salió de su boca como un salivazo involuntario-. ¿Q-q-qué le ha dicho?

Jimmy aflojó.

- Relájese, compañero. No le he contado que se estaba follando a una apetecible modelo de diecinueve años. Sólo quería saber dónde creía ella que estaba usted. -Se recostó sobre la silla y sonrió-. Eh, estaba buena. Era joven. Lo estaba pidiendo. Es comprensible. Así que usted se la follaba. Cojonudo. No quería que su mujer lo supiera. Eso también es comprensible. Pero ha estado mintiéndome y ahora quiero saber la verdad.

Ellos y él. Sabían que tenía un lío con Catherine. Sabían que había mentido. ¿Y si su esposa se enteraba de la verdad? ¿Y si se enteraba su padre? Perdería su posición en la empresa. Perdería su sueldo. Lo perdería todo.

- Se lo he dicho antes. No sé de qué habla. Nunca he conocido a esa ch-ch-chi…

- Antes de que intente acabar la frase… -lo paró Jimmy sacando algo del bolsillo.

Lo puso sobre la mesa.

La mandíbula de JT se descolgó de golpe.

«Mi anillo.»

- ¿Quiere que revisemos su declaración?

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