Fetish

Fetish


Página 79 de 79

- ¡Makedde!

Gritaba ese nombre de mujer una vez y otra; era un sonido familiar que reverberaba en los pasillos de la prisión de Long Bay.

- ¡Makeddeeee!

Wilson sacudió la cabeza irritado y se dirigió hacia el sonido con las llaves colgando de su cinturón. Sus brillantes botas con puntera de acero producían ecos en los pasillos. Los reclusos de su ala no podían mezclarse con los demás presos. Había descubierto que algunos de ellos se ponían raros cuando estaban aislados, si no estaban ya locos desde el comienzo. Tenía un par de psicóticos, varios pederastas y dos chicos que habían sido condenados por vender drogas pero se habían chivado de quien no debían. Esos tipos no estaban seguros entre la gente de la zona común. Pero aquel, al que le daba por cantar el nombre de esa chica a cualquier hora, se suponía que era un asesino en serie en espera de juicio.

La idea era que los demás prisioneros necesitaban ser protegidos de él.

Era célebre, pero Wilson no leía los periódicos así que no le importaba demasiado. Para él Brown sólo era el coñazo cantarín con los puntos en la frente, que insistía en untarse su propia mierda en las heridas para que siguieran llevándolo a la enfermería. Sin duda era raro, pero Wilson ya había visto antes otros de esa clase; una vez concluido el juicio solían dejar de hacerse los locos.

- ¡Makedde - Makedde - Makedde!

- Vete a dormir, Brown -ordenó Wilson golpeando la puerta de la celda con la porra antidisturbios.

Pero no paró.

- ¡Makedde - Makedde - Makedde!

- ¡Cállate, joder!

Wilson volvió a golpear la puerta, esta vez más fuerte.

La melopea continuó, comenzando con voz grave pero potente y luego cada vez más y más aguda hasta convertirse en un aullido en el que las palabras se disolvían.

- ¡Makedde - Makedde - Make - Ma - Mam - Mama - Madre - MADRE!

- Guárdatelo para el juez -se burló Wilson, y el canto cesó abruptamente.

Recuperada la paz en su área, volvió a su sitio. Tenía un crucigrama por acabar y aún no había terminado La teletienda de los famosos.

Ed Brown estaba sentado en el catre de su celda, alerta como un animal nocturno enjaulado. Esto sólo era un contratiempo pasajero.

Tenía un plan.

«Ponte los zapatos de tacón, Makedde.»

«Voy por ti.»

* * *

[1] La interjección «eh», usada al final de una frase, es típicamente canadiense, y puede significar: para que te enteres, ¿estás de acuerdo?, ¿no lo sabías?; es una especie de expresión comodín.

(N. del T.

)

[2] En griego «mierda»

(N del T)

[3] Palabra griega que significa «gilipollas» o «cabrón», pero que también se usa para dirigirse familiarmente a los amigos de confianza.

(N. del T.

)

[4] Referencia a Jack el Destripador, que actuaba en el barrio londinense de Whitechapel y abría a sus víctimas con la precision de un cirujano.

(N del T

)

[5] Palabra griega en argot para referirse a los homosexuales.

(N. del T.)

[6] Traducción literal de la expresión inglesa

«backdoor man»,

que hace referencia al amante que huye por la puerta de atrás mientras el marido entra por la de delante

(N. de T.)

This file was created

with BookDesigner program

bookdesigner@the-ebook.org

27/01/2010

Has llegado a la página final

Report Page