Fetish
Capítulo 5
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Capítulo 5
La débil luz del sol se filtraba por las cortinas rojas corridas y sumía la habitación en una medianoche carmesí. Con las arrugadas sábanas bajadas, su piel cubierta de sudor brillaba con un resplandor sobrenatural. Un sonido débil e incomprensible escapó de su garganta cuando la yema de su dedo tocó el cuero negro y brillante. Con los ojos cerrados, el hombre acarició amorosamente el zapato, su largo y fino tacón con la punta afilada y bastante gastada. Paseó los dedos suavemente por la suela de cuero, y su respiración se aceleró.
«Sus dedos.»
Con agónica lentitud, acarició con los dedos la fina correa del tobillo, se detuvo en la pequeña hebilla de metal y apretó un dedo contra el afilado borde.
«Sus tobillos.»
Miró con grotesco placer cómo el metal atravesaba su piel y una pequeña gota de sangre resbalaba por su dedo.
«Puta.»
Se volvió boca abajo sobre su vientre desnudo y restregó contra la cama su rígido sexo mientras se llevaba el zapato a la cara para inspirar profundamente su olor. Sus nalgas desnudas se sacudían y se contraían con movimientos espasmódicos.
El ansia crecía en su interior. Por sus venas corrían frustración, ira, violencia y placer.
«Carne atada.»
«Sangre.»
Las escenas se repetían: cada golpe y cada corte volvieron a su mente. Pero cada vez menos intensos, menos satisfactorios. Necesitaba más, mucho más. Bajó el zapato hacia la fuente de su liberación y su clímax lo llenó con una descarga de rabia lechosa.
«Más.»