Fetish
Capítulo 28
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Vigilaba su ventana desde un banco del parque que había al otro lado de la calle, casi sin advertir la lluvia que lo estaba calando. Detrás de aquellas cortinas cerradas estaba su mundo cálido, sensual, iluminado por velas, aparentemente intocable. Él nunca sería parte de su vida. No de esa manera.
Pero todo estaba preparado. Su paciencia sería recompensada. Ella iba a ser su mejor posesión.
«Esperaré hasta que apague las velas.»
A las tres de la madrugada la puerta del edificio se abrió. Un hombre alto se detuvo a mirar hacia atrás, escaleras arriba. Aunque estaba oscuro pudo ver que era el hombre con quien había cenado. El detective. Quería abrirle la garganta de oreja a oreja. Enseñar a Makedde lo mucho que ella significaba para él. Enseñarle que no iba a consentir competencia alguna.
Miró cómo el detective esperaba en la puerta y luego daba la vuelta y volvía a subir la escalera dejando que aquélla se cerrara.
Furioso, se levantó de un salto del banco con los puños apretados. Vio una paloma enferma descansando en la hierba. Con un movimiento rápido la cogió y retorció su pequeño cuello hasta que el pájaro se agitó con las convulsiones de la muerte. La tiró al suelo con los guantes de goma manchados de sangre.
Se le estaba acabando la paciencia.
