Faith

Faith


Capítulo 8

Página 10 de 23

Capítulo 8

A la mañana siguiente, nuevamente Papá no me dirigió la palabra. Su bigote se retorcía. Y aún cuando estaba molesto, sabía que era difícil para él. Sólo pudo mantener esta postura hasta el desayuno.

“Así que, asumo que estás lista para casarte con el chico Bryson, ¿no es así?” me preguntó.

“En realidad,” le dije, “tengo buenas noticias para ti y para Mamá.”

Papá arqueó una ceja. “¿Que finalmente entraste en razón?”

“No,” dije con una sonrisa. “Me voy a casar con un granjero en Oklahoma.”

Papá farfulló, tosiendo incrédulo. Mamá corrió a su lado, palmeando su espalda y viéndome con preocupación.

Cuando finalmente recuperó el aliento, Papá dijo, “Perdón, pero escuché que decía que te ibas a casar con un granjero. En Oklahoma.”

“Así es.”

“¿Qué?” gritó Papá. El volumen de su voz hizo que mis oídos zumbaran.

Saqué la carta y se la entregué para que pudiera verla él mismo. Papá se inclinó, entrecerrando los ojos para ver mejor, mientras Mamá leía por encima de su hombro. Cuando terminó, arrugó la hoja y la aventó al suelo. Yo salté para rescatarla.

“¿Estás acortando mi vida con esta necedad? La hoja está tan  manchada de humedad que es imposible descifrar el mensaje.

“¿Siquiera sabes lo que sucede en el Oeste? Los trenes son emboscados. Los indios rodean los pueblos y matan a las mujeres y a los niños. La gente muere de seguía y hambruna.

“¿Es eso lo que quieres?”

Me mordí el labio.

“Quiero verlo.” Mi voz era apenas un murmullo.

“¿Qué?”

“Quiero verlo,” dije con más fuerza. “Sé lo que se dice, pero quiero verlo. ¡Quiero verlo por mí misma!”

Esperaba que Papá se enfadara aún más. Pensé que iba a golpear la mesa, y gritar, pero no hizo nada de eso. En lugar de eso, me miró con el rostro en blanco. Luego sacudió la cabeza y dejó escapar un largo suspiro.

“Si eso es lo que quieres, Faith, entonces no he de disuadirte. Hiciste esto a mis espaldas. Obviamente lo planeaste con mucho tiempo. Así que adelante. Conviértete en la esposa de un vaquero.

“Pero sabe esto. Ya no serás parte de esta familia. Y a partir de este momento, solamente tengo una hija. Y su nombre es Emma.”

Me sentí mal. Era casi como si mi estómago se me saliera por la garganta. No podía creer lo que él estaba diciendo. ¿No era miembro de la familia? ¿No era su hija?

Me tire a sus pies.

“Papá, ¡no lo dices en serio!” le dije.

Ardientes lágrimas corrieron por mis mejillas mientras rodeaba sus piernas con mis brazos. Pero el sólo se soltó de mi abrazo.

“No me vuelvas a llamar por esas palabras.”

Su voz atravesó una flecha en mi corazón. Mi cuerpo entero se volvió frío y perdí toda mi fuerza. ¿Cómo podía él decir eso?

“Pero, Papá–”

“Si usas esa palabra nuevamente, no seré tan generoso como lo estoy siendo ahora.”

Cerré la boca. No había nada que yo dijera que lo hiciera cambiar de parecer. Todo había terminado.

Papa se dio la vuelta para retirarse, pero masculló unas palabras por encima de su hombro.

“No quiero volver a ver tu rostro otra vez,” dijo, “así que asegúrate de partir a primera hora en la mañana.”

Apreté mis dientes para no llamarlo. No era así como yo imaginaba que iban a resultar las cosas. Pensé que iba a estar feliz. Quizás un poco molesto, pero no así.

Cuando salió, volteé a ver a Mamá. Era como si tuvera miedo de hablarle.

“¿Mamá?”

¿Tenía derecho yo a usar esa palabra? Hice una mueca, esperando otro bombardeo de furia. En lugar de eso, sentí su toque gentil en mis hombros.

“Si, hija,” me dijo. Su voz estaba llena de tristeza. “Quizás los padres pueden arrojar a sus hijos a la calle fácilmente, pero las madre no pueden hacerlo.”

Sentí un gran alivio que la presa que contenía mis emociones finalmente se rompió. Lloré en su hombro, mi cuerpo se estremecía con las lágrimas. Mamá no me había abrazado así desde que era yo una niña. Aquella vez llegué con una rodilla raspada y mi falda rota, mis ojos llenos de lágrimas. Y me abrazó entonces como me abrazaba ahora.

“Mamá, ¿tomé la decisión equivocada?” pregunté. “No quiero casarme con el Señor Bryson, pero tampoco quiero perder a mi familia.”

Mamá me acalló. Me abrazó arrullándome una y otra vez hasta que me tranquilicé.

Entonces habló.

“Pues no fue una de las decisiones más brillantes que hayas tomado,” dijo. Luego hizo una pausa para reconsiderar sus palabras. “Yo me sentiría más tranquila si te hubieras casado con él. No te voy a mentir.

“Pero es tu decisión.”

No esperaba eso. Me levanté del suelo para poder ver a Mamá a los ojos. ¿Qué significaba eso?

Desde que tu naciste, cuando aún te amamantaba, eras un tanto... diferente. Y lo sigo viendo ahora, no has cambiado.

“Tu Papá se esforzó mucho para conseguir las citas con el Señor Bryson. Está muy preocupado por lo que va a decir la gente. Es por eso que está tan molesto.

“Sólo quiero verte feliz, y desde ahora puedo ver que no lo hubieras sido con el Señor Bryson, así que anda, ve.”

No podía creer lo que escuchaba. Era como si estuviera soñando, quizás alucinando.

Mamá vio la confusión en mi rostro y me tranquilizó.

“Todo está bien,” dijo “te doy mi bendición. Aún cuando Papá no lo haga.”

Mis ojos se llenaron nuevamente de lágrimas. Esta vez, lágrimas de felicidad, llenas de alivio y gratitud.

“Tu Papá lo va a aceptar tarde o temprano,” dijo Mamá. Hizo una pausa. “Yo lo creo. Pero no te preocupes pore so ahora. Ese es mi trabajo. Tú solo alístate para esta gran aventura en la que te has embarcado.”

Mamá me levantó del suelo y secó mis lágrimas con la manga de su blusa. Luego me palmeó la espalda y me condujo a mi habitación.

“¡Y no se te olvide empacar tu biblia!” dijo.

“¡Claro que no!” le contesté.

Entré y cerré la puerta tras de mí. Estar sola de repente hizo que todo que acababa de suceder me cayera de golpe. Me dejé caer al piso.

¿De verdad iba a seguir adelante con esto? Observé mi habitación. No tenía gran cosa, pero parecía una tarea desalentadora el echar mi vida entera en una o dos maletas. No sabía ni por dónde empezar.

Me volví a levantar. Sí, pensé, realmente iba a hacer esto. Para mañana en la mañana, estaría todo empacado y yo en camino al glorioso Oeste.

Ir a la siguiente página

Report Page