📡🌎EVANGELIO📡🌎

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*Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (Mt 21, 28-32)*.


Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’. Él respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?”. “El primero”, le respondieron. Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.


*Palabra del Señor*.


*Comentario*

Siempre hay tiempo y siempre es el momento para responder al llamado del Señor. No hay un “después” o un “ya es tarde”, porque la respuesta a veces toma su tiempo. Lo importante es la decisión y emprender el camino de obediencia al Padre.


*Oración introductoria*

Señor, gracias por tu misericordia, porque a pesar de mis debilidades, envías a la viña de mi corazón a tu Hijo Jesucristo. Dame tu luz y el fuego de tu amor para que lo sepa recibir en esta oración. Aumenta mi fe, para que pueda escucharle; acrecienta mi confianza, para que sea dócil a su voz; aumenta mi amor para que pueda corresponderle.


*Petición*

Señor, gracias por mostrarme el camino a la felicidad, que sepa siempre recibir y corresponder a tu amor. 


*Meditación* 

1.- Hoy es el mismo Jesús quien nos interpreta su parábola de los dos hijos: el del Sí pero No, el del No pero Sí. Jesús ataca una vez más a los fariseos, fieles cumplidores de la letra muerta de la ley. Ese es su Sí, pero que sabiéndose los buenos no necesitan conversión. Por eso oyen a Juan el Bautista con curiosidad y escuchan a Jesús con animosidad. Sin permitir que Dios entre en sus corazones. Ese es su No a Dios.


2.-. Cada uno de nosotros estamos representados en uno de los dos hijos. O, tal vez, tenemos algo de los dos. Del Sí pero No tenemos que recitamos y creemos el Credo, cuya formulación no es muchas veces clara y el que nos consideremos “practicantes” porque venimos a misa, confesamos y comulgamos. Éste es nuestro Sí a Dios.

Pero “obras son amores y no buenas razones”, o como lo ponía San Ignacio: “el amor se muestra más en obras que en palabras”. Y mucho antes y con mucha más fuerza lo había dicho San Juan: “Fe sin obras es Fe muerta”. ¿No nos convendría a cada uno de nosotros preguntarnos si esa Fe y esa práctica de los sacramentos son fuente de energía para nuestra vida ordinaria?

-- ¿De qué nos vale creer que Dios es Padre de todos si vivimos desunidos, o no nos preocupan las necesidades de nuestros hermanos?


-- ¿De qué nos sirve creer en la vida eterna, si estamos aferrados, con dientes y manos, a este mundo, al dinero, al bienestar, a pasarlo bien, a la salud, como si todo esto fuese eterno?

-- ¿De qué nos sirve confesar que Jesús ha dado su vida por mí, si jamás me he preguntado en serio qué debo hacer yo por Cristo crucificado?

Todo esto es nuestro No farisaico


3. - Del otro hijo del No pero Sí tenemos tal vez más. Todos sentimos alguna vez rebeldía; muchas, cansancio y, siempre, debilidad. Nos falla la Fe, nos invade la tristeza y pesimismo. Nos sentimos absurdos en la sociedad que vivimos, payasos frente a los que viven amoral-mente y, al parecer, son libres y felices.

Todo esto es nuestro No, que es la dificultad en arrancar el coche en una mañana fría de invierno, que al fin se pone en marcha entre humo explosiones.


¿Caemos en la cuenta de qué el Señor no dijo en broma lo de que su mandamiento es que nos preocupemos unos por otros? ¿Qué la única manera digna de pasar por este mundo es haciendo el bien como pasó Jesús? ¿Y cuándo esto sucede empezamos a decir Sí a Dios aunque nos haya costado hacerlo?


Dios prefiere este Sí atormentado al Sí decidido y palabrero del otro hijo. Dios es muy humano. Sabe esperar nuestro Sí. Admite dilaciones. No se escandaliza de nuestras debilidades, pecados y rebeldías. Respeta nuestra libertad y prefiere un Sí libre y de hijo, aunque dilatado; que un Sí pronto y diligente, pero servil y farisaico.


*Propósito*

Ser fiel a mi conciencia para darle a Cristo el primer lugar en mi vida.


*Diálogo con Cristo*

«El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor "con corazón sincero y llenos de fe", de mantenernos firmes "en la esperanza que profesamos", con una atención constante para realizar junto con los hermanos "la caridad y las buenas obras"». Gracias por mostrarme el camino a la felicidad, que sepa siempre recibir y corresponder a tu amor.


Pbro. Cristian Hernan Andrade

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