Europa

Europa


V » La guerra

Página 56 de 62

LA GUERRA

A lo lejos, oye la explosión. Fuego de edificios al norte. Es la universidad. Ya no habrá más clases ni expectativa ni mañana. Ni ayer. Ella retenida en la frialdad del vagón. En la oscuridad, la voz de un locutor, sonido de música en la radio. Vanÿek, tirando de la otra chica, que se queja quedamente, ya sin fuerzas, ha encendido un cigarrillo. Se detiene junto a la vía, mientras la brasa incandescente del tabaco se incendia a intervalos en la oscuridad. Heda la ve aparecer y desaparecer. Como un faro que se desvanece entre la bruma.

Está a punto de anochecer. La chica ha dejado de quejarse. Sin más luz que la de las ventanillas del tren, Heda observa a su alrededor. Los escombros, un carrito de bebé, zapatos disparejos, regueros de alguna clase de fluido, tal vez gasolina. Ha pasado del campus desierto, abandonado por los estudiantes esa misma tarde, al tren detenido en el bosque. De los cuerpos silenciosos de los estudiantes, impelidos hacia delante por una especie de gravitación universal, de su fuerza, a los soldados haciendo una hoguera con los tablones arrancados a los vagones del tren. De los empujones y codazos a medida que la fila de tanques avanzaba, como en un baile público, al cuerpo medio desnudo y helado de la chica, arrojado entre las hojas.

En la distancia, se oye la segunda explosión. La oscuridad se llena de un reflejo anaranjado, estridente. Su cuerpo pegado a la pared. El miedo resbalando por los muslos. La pavesa roja lamiendo la oscuridad.

Y aquellos ojos como dientes.

Ir a la siguiente página

Report Page