Enigma

Enigma


II Egipto » ¿La Esfinge tiene 8.000 años?

Página 16 de 116

¿La Esfinge tiene 8.000 años?

Junto a las tres grandes pirámides de Gizeh, en El Cairo se encuentra un monumento que ha hecho correr ríos de tinta. Se trata de la Esfinge, un león con rasgos humanos que según la arqueología oficial tiene cuatro mil seiscientos años de antigüedad. Mide setenta y tres metros de longitud y veinte de altura. Sus enormes piedras —de hasta ochenta toneladas de peso— son mucho más voluminosas que las empleadas para levantar las pirámides, pero aquello no fue óbice para que los egipcios las trabajaran con tanta destreza como si fueran de arcilla.

Atribuyen su construcción al faraón Kefren, de la IV dinastía, e incluso aseguran algunas fuentes que el rostro de este león de piedra se asemeja al del mítico personaje. Sin embargo, existe la posibilidad de que sea mucho más antigua, más incluso que el propio nacimiento de las primeras civilizaciones. Así que, de confirmarse esa tesis, los historiadores quizá deban empezar a reescribir sus caducas cronologías…

A este respecto, el geólogo Robert Schoch, de la Universidad de Boston, identificó en la parte exterior de la Esfinge rasgos erosivos en la piedra que le hicieron pensar que hubo una época en la cual Darte del monumento estuvo cubierto por el agua. Tal grado de erosión no se encuentra en las cercanas grandes pirámides, que en un principio son de casi la misma época. Esto haría pensar en que en algún momento del pasado remoto la llanura estuvo inundada, algo que sucedió hace al menos ocho mil años. De acuerdo con esta teoría, la Esfinge sería mucho más antigua que las propias pirámides. La posibilidad de que los egipcios se encontraran allí este monumento cuando «conquistaron» el entorno del Nilo es una tesis que tiene cada vez más adeptos y que obligaría a pensar en la existencia de alguna civilización anterior a las conocidas y que fuera una suerte de «cultura madre» para el resto de pueblos que posteriormente emergieron en aquella región del planeta.

La apuesta del geólogo también se sostiene sobre otro singular hallazgo que el investigador Robert Bauval dio a conocer en 1994. Según este estudioso, las tres grandes pirámides serían una representación sobre la arena de la constelación de Orión, un cúmulo estelar que, no por casualidad, tuvo una enorme relevancia en la cosmología egipcia. Dicen las tradiciones que el dios Osiris, al morir, se convirtió en una de las tres estrellas del cinturón de Orión…

Pero la teoría de Bauval y Grahan Hancock, que publicó la tesis en un libro fundamental de la investigación heterodoxa, Las huellas de los dioses, presenta un detalle que resulta más relevante aún: los monumentos de la meseta de Gizeh representan a Orión tal y como esta constelación estaba dispuesta en el cielo allá por el año 10500 a. C. A nadie escapa que los edificadores de aquellas moles pétreas quisieron señalar esa fecha por alguna razón que todavía se nos escapa. Para redondear más la visión arqueastronómica (disciplina científica que estudia los monumentos de las antiguas civilizaciones en función de la astronomía) de este asunto es importante destacar algo que ocurre con la llegada del equinoccio de primavera. Ese día, la Esfinge apunta con sus ojos a determinadas estrellas. Para Giorgio de Santillana, profesor de Historia de la Ciencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, este hecho demostraría que los antiguos egipcios ya conocieron un fenómeno llamado la «precesión de los equinoccios», un ciclo de 21.600 años de duración que se manifiesta cada año con el anticipo de la llegada de la primavera. Este efecto del movimiento de la Tierra se creía que era un descubrimiento de los modernos astrónomos y, sin embargo, aquellos sabios del Nilo ya lo conocían hace muchos miles de años. Para rematar la incógnita, no parece casual que, en el equinoccio de primavera del año 10500 a. C., la Esfinge mirara directamente a su orto helíaco, es decir, hacia donde se encontraba la estrella Sirio, mágica para los egipcios porque representa a la diosa Isis y que completa en el cielo a la constelación de Orión.

Nos queda esperar nuevas investigaciones para poder conocer la verdad sobre el origen de la Esfinge. De momento, se han localizado en el interior del monumento cámaras secretas a las que aún no han accedido los arqueólogos. Quién sabe si en su interior puede encontrarse la respuesta…

Ir a la siguiente página

Report Page