Enigma

Enigma


Naoki

Página 83 de 101

N

a

o

k

i

Me temblaba todo el cuerpo al subir las escaleras que conducían al apartamento de Zoe y, al llegar a la cuarta planta, comencé a oír sus gritos de goce, ásperos, casi violentos, los de un placer sin duda más salvaje y más rudo que el que podía darle yo. Con el corazón encogido, subí la última planta aferrada a la barandilla. No podía contener las lágrimas, se me retorcían los músculos del vientre.

Una vez ante la puerta, no encontré la llave en el bolso. La tenía atada a un trozo de cinta de terciopelo negro. Como había poca luz, me senté en el suelo y hurgué en el bolso metódicamente. Acabé encontrándola pero fui incapaz de incorporarme. El, sufrimiento me tenía clavada al suelo. Intente meter la llave en la cerradura. Zoe gritaba cada vez más fuerte. La violencia iba ascendiendo en mi interior, mi mente se ofuscaba. Me incorporé, giré la llave, abrí la puerta. Era una sola habitación, no había modo de ocultarme. Se hallaban en los últimos segundos de su frenética carrera: no me oyeron entrar. La cama quedaba frente a la puerta. Ricardo me daba la espalda. El rincón de cocina estaba a dos metros. Me acerqué, invisible, inmersa en la penumbra. Abrí el cajón y cogí un cuchillo. La espalda de Ricardo, su culo en movimiento. De pronto, Zoe se incorporó y me vio. Lanzó un alarido y expulsó a Ricardo, que cayó de la cama...

Ir a la siguiente página

Report Page