Enigma

Enigma


Zoe

Página 90 de 101

Z

o

e

Tenía escritas una docena de hojas. Nunca había estado embarazada, pero me imaginaba perfectamente que una debía de sentir en lo más profundo de sí misma que una vida arraigaba. Mi cuerpo comenzaba a transformarse. La sangre no circulaba ya del mismo modo. Una secreta palpitación animaba mis pechos. Las palabras erraban líquidas en mi interior, y yo las hacía nacer. Escribía con la mano pero igualmente hubiera podido escribir con el sexo. No sentía el menor deseo de hacer otra cosa, y cuando llamé a Joaquim para disculparme por mi ausencia, se echó a reír. Qué ser tan sorprendente. Es difícil crear un problema con él. Ha pasado a ser la fluidez misma. Le dije que había empezado a escribir. Lanzó un grito de pirata al abordaje. Su alegría explotó y me dijo misteriosamente que fuera a verle a la librería la noche siguiente a las once. Por una parte me sorprendía tal precisión y por otra me sentía feliz de que me pidiera que pasara la noche con él.

Ir a la siguiente página

Report Page