Emma

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7. Alicia en el país de la cocaína

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Alicia en el país de la cocaína

El 3 de octubre de 2008, un hombre de 51 años, piel apiñonada y bigote perfecto, ataviado elegantemente, caminaba de prisa por el Centro Comercial Santa Fe, ubicado en una de las zonas más lujosas de la Ciudad de México. Era el colombiano Pedro Bermúdez Suaza, mejor conocido como el Arqui. Hizo una rápida escala para comprar de última hora un regalo para la hija de uno de sus mejores amigos y socios, José Gerardo Álvarez Vázquez, a quien todos llamaban el Indio: alto, fornido, de piel morena, rojiza y melena larga.

Ese día era el bautizo de la niña que apenas iba a cumplir cuatro meses de nacida. Debía ser un regalo exquisito, como se estilaba en el círculo social y de negocios en el que se manejaba. Pero sobre todo debía ser costoso. Compró una pulsera con el nombre de la menor grabado[1].

El Arqui no podía faltar al festejo. Su alianza con el Indio y el Cártel de los Beltrán Leyva le había permitido regresar a sus años dorados, cuando comenzó en el tráfico de cocaína al lado del colombiano Pablo Escobar Gaviria, líder del Cártel de Medellín, ya para ese entonces extinto.

La celebración se llevaría a cabo en una casa en la zona residencial de Interlomas, donde el Indio había asentado su reino. Se darían cita los principales jefes de la organización, como era común en ese tipo de rituales religiosos que los narcos mexicanos, como la mafia siciliana, utilizan como amalgama de su red criminal. Asistirían el poderoso Arturo Beltrán Leyva, quien estaba anunciado como el padrino; Edgar Valdez Villarreal, la Barbie; los colombianos Harold Mauricio Poveda, el Conejo, y Ever Villafañe, entre otros.

Como cereza del pastel de la fiesta asistiría, por supuesto, la flamante pareja del Indio, la anfitriona, la madre de la bautizada, que despertaba curiosidades e incluso envidias entre de los miembros de la organización criminal: la Miss Universo Alicia Machado[2], quien, en el repertorio de mujeres bellas y famosas que estaban en la lista de conquistas de los capos mexicanos, estaba en el top ten.

Pero el Arqui nunca llegó a la ceremonia. Lo detuvo el jefe policiaco Édgar Bayardo del Villar, de la Policía Federal, quien trabajaba para el Cártel de Sinaloa y tenía nexos filiales con la familia Zambada. Específicamente, era ahijado de Jesús Reynaldo Zambada García, hermano del Mayo.

Ya había ocurrido la ruptura de La Federación. Había comenzado la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva. El Indio era uno de los hombres de mayor confianza del Barbas, y la Miss Universo quedó atrapada entre los dos fuegos.

Alicia Machado es originaria de Maracay, Venezuela. Su padre, Arturo Machado, de origen español, era propietario de una juguetería en la ciudad, y su madre, Martha Fajardo, cubana, se hacía cargo de un restaurante. Nunca fue una familia de amplios recursos económicos, sus padres no hubieran podido darle jamás la vida de opulencia con la que ella soñaba.

A los 18 años, en el espectacular Teatro Aladino para las Artes Escénicas de Las Vegas, fue coronada Miss Universo. «Siempre es día de Navidad en mi casa porque mi padre es un hombre que ama a los niños», dijo Machado en la sesión de entrevista del concurso. Ella misma tenía aún un rostro casi infantil que contrastaba con su figura de mujer de piernas largas y cuerpo de líneas delicadas. Además de haber ganado el concurso de belleza le habían también dado el premio del cuerpo con mayor estética.

Así, se convirtió en la cuarta venezolana en ser coronada como la mujer «más bella del universo», según reza el slogan del concurso. Pero contrario a lo que podría esperarse, el sueño de «la más bella» se convirtió en una pesadilla.

Ese mismo año Donald Trump compró los derechos del concurso incluyendo el contrato del certamen con Alicia Machado. Crónicas de diferentes medios de comunicación describieron el aumento de peso de Alicia convirtiendo el hecho humano en un linchamiento mundial. Trump la llamaba de modo ofensivo «Miss Peggy» y en 1997, en una bizarra conferencia de prensa en Nueva York, Trump anunció que Alicia iba a ser sometida a un régimen alimenticio y de ejercicio. «El sobrepeso es inaceptable para mucha gente», dijo el magnate. Ante los medios, Trump obligó a Alicia a realizar ejercicios con una barra de peso, saltar la cuerda y hacer abdominales, y la llamó «máquina de comer».

La Miss Universo ha señalado en diversas ocasiones que se considera una de las personas que más bullying ha sufrido públicamente en el mundo. Y que esa etapa de su vida, donde apenas había dejado la adolescencia, fue traumática.

Por ser Miss Universo, por los abusos públicos a los que fue sometida, y por las decisiones que fue tomando durante su carrera como actriz y modelo, Alicia se convirtió en la Miss Universo más polémica de la historia. Ella misma deseaba ser recordada como «la reina renegada»[3].

Cuando Alicia fue coronada como Miss Universo, José Gerardo Álvarez Vázquez ya era el príncipe de las metanfetaminas.

El Indio nació en 1965 en el municipio de Coahuayutla, en la región de la Costa Grande, Guerrero. Su tierra natal ha sido durante décadas una de las zonas más marginadas del país. De 1.85 de estatura, el Indio era un hombre con ambiciones e innovador.

Su incursión en el crimen organizado la hizo al lado de los hermanos Jesús, Adán y Luis Amezcua, líderes del llamado Cártel de Colima, uno de los pioneros en la fabricación y tráfico de drogas sintéticas. En aquella época, entre 1984 y 1998, los Amezcua dirigían la organización de tráfico de efedrina y producción de metanfetaminas clandestinas más importante del mundo[4].

A los 22 años, el Indio ya formaba parte de la organización. Los Amezcua operaban en Guadalajara. Con la ayuda de diversas farmacias compraban ilegalmente grandes cantidades del precursor efedrina, utilizando contactos en Tailandia e India, que suministraban a laboratorios de metanfetamina en México y Estados Unidos. Los Amezcua tenían operadores mexicanos en Estados Unidos a quienes entregaban metanfetamina. Esos grupos gestionaban el negocio en California, Texas, Georgia, Oklahoma, Iowa, Arkansas y Carolina del Norte.

Además de la producción doméstica de droga, los Amezcua, con el Indio como lugarteniente, comenzaron a producir metanfetaminas en Estados Unidos. Al padre de Alicia Machado le gustaban los niños, a la organización criminal a la que pertenecía el Indio también. Los usaban como escudo humano. Establecieron uno de sus laboratorios a pocos metros de una guardería y una escuela en Los Ángeles, California, y otro se ubicaba casi en medio de un centro ecuestre en Acton, California. La capacidad de producción de los laboratorios superaba los 135 kilos de metanfetamina, lo cual representaba un riesgo a la salud de las personas vecinas al lugar por el nivel tóxico de la contaminación que generaba la producción[5].

Además del redituable negocio de la metanfetamina con el que el Indio estaba relacionado, también traficaba cocaína. Y sus actividades no pasaron desapercibidas para el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Lo que es el destino, en 1996, en el mismo mes de mayo en que a Alicia le pusieron la corona, en la Corte de Distrito Sur de California se abrió un expediente criminal en contra del Indio y le imputaron cuatro cargos: fabricación y distribución de metanfetaminas, posesión de efedrina y continuación de la empresa criminal. Los delitos habrían sido ejecutados en complicidad con cinco o más personas y habría obtenido «cuantiosos ingresos y recursos» procedentes del crimen. En aquel entonces Gerardo Álvarez Vázquez aún no tenía como sobrenombre el Indio, sino el simplón apodo de Gera[6]. Se giró una orden de arresto en su contra.

Todo fue culpa de Jesús Amezcua, a quien un policía encubierto le tendió una trampa cuando vivía en California en 1992. Haciéndose pasar como comprador de efedrina logró grabar en audio todos los detalles de las operaciones del Cártel de Colima confesados por el propio Jesús. Le dijo a su simulado comprador que obtenían la efedrina de laboratorios alemanes, y lo cierto es que algunas toneladas de efedrina habían sido decomisadas en México[7].

El Departamento de Justicia siguió con paciencia los pasos de Jesús antes de girar la orden de arresto contra él, sus hermanos y cómplices como el Indio.

Jesús viajaba personalmente a Holanda, India y Tailandia para contactar a nuevos suministradores de efedrina y para lograr la importación a México usaba compañías fachada en Jalisco.

En noviembre de 1997 Adán Amezcua, cabeza del cártel, fue detenido en Colima. José Gerardo Álvarez Vásquez fue detenido en México el 5 de enero de 1998 con fines de extradición[8]; los hermanos Luis y Jesús Amezcua fueron detenidos en Guadalajara en junio de ese mismo año.

En 1996, Alicia Machado, por órdenes de Trump, prácticamente había sido encerrada en un gimnasio de Caracas para hacer dieta y ejercicio, y prácticamente se le prohibió salir a la calle para que nadie pudiera tomarle fotografías y no «atentara» contra la supuesta «figura perfecta» con la que debía cumplir una Miss Universo[9].

Alicia Machado entregó la pesada corona en 1997 y quedó en libertad de los compromisos que le exigía su contrato como Miss Universo.

Milagrosamente Adán y el Indio también lograron salir pronto de su prisión. En 2001 se allegaron a La Federación, pero Adán fue recapturado. Sería ese el momento en que Gerardo Álvarez Vázquez se habría asociado con los Beltrán Leyva. Sus contactos en el negocio lo hacían muy valioso.

«No es que me paguen lo suficiente para venir a Rodeo Drive», protestó Alicia en una entrevista con The Washington Post el último día que ostentó la corona de la más bella del universo. Ese día se llevaría a cabo la final del concurso para elegir a su sucesora y los organizadores planearon para despedir a la reina una ronda con la prensa donde la acompañarían a comprar en las boutiques más costosas y exclusivas de Beverly Hills.

«Si quieres ver un día real en la vida, tendrías que levantarte a las cuatro para poder estar en una limusina a las 4:30, ir al aeropuerto, subir a un avión, volar por 13 o 14 horas a donde sea para que puedas ser recibida por otra aburrida conferencia de prensa y cualquier otra tarea que hayan planeado para ti, luego ve a tu habitación de hotel a la 1 de la mañana para que puedas empezar de nuevo al día siguiente», declaró sin tapujos.

A pesar de toda la polémica, Alicia se sinceró y dijo que haber ganado el concurso había sido benéfico y se cumplieron los planes que tenía en mente: «No me malinterpretes, ha sido una gran oportunidad. Me he dado a conocer en todo el mundo, que es lo que quería». La meta inmediata de Alicia era llegar a ser talla 4 y convertirse en actriz de telenovelas mexicanas, como Thalía, e incluso le gustaba pensar que se parecía físicamente a ella, dijo al prestigiado diario.

Cuando entrevistaron a la entonces presidenta del certamen, dijo que Alicia era una muchacha inteligente, ambiciosa y trabajadora y que el mayor inconveniente era que había ganado el título muy joven. «Aunque quizás no tan joven como para no aprender la lección número uno del mundo del espectáculo: la controversia vende», concluyó perspicazmente el artículo publicado en The Washington Post.

Alicia comenzó su carrera como actriz en telenovelas como Samantha (1998), Infierno en el paraíso (1999), Mambo y canela (2002), Hasta que el dinero nos separe (2009), Lo imperdonable (2015), entre otras. Después incursionó como cantante y en 2004 lanzó el disco Si se acabara el mundo. En 2005 participó en un reality show en España conocido como La granja de los famosos, donde causó polémica durante semanas porque tuvo relaciones sexuales con uno de los concursantes frente a las cámaras. En 2006, a sus 30 años, fue la primera Miss Universo en posar desnuda para Playboy, en la edición de México.

Quienes conocen a Alicia en un ámbito más personal, la describen como una persona caprichosa, prepotente, conflictiva, que como mantra de vida siempre está del lado del mejor postor, y la definen como codependiente de ser el centro de atención. Constantemente emprende proyectos que no concreta, tiene conflictos con las personas o lugares donde trabaja. «Es una mujer que siempre está pensando cómo usar todo y a todos. No es inteligente, no es culta, pero es maquiavélica». Las citas con hombres famosos o importantes las llevaba a cabo convocando al mismo tiempo a paparazis para que se hicieran públicas sus conquistas.

Afirman que es una mujer dual, llena de contradicciones. En la campaña presidencial de Estados Unidos en 2016, el tema del trato que Trump le había dado cuando era Miss Universo fue adoptado por la campaña de Hillary Clinton. Alicia hizo spots para la campaña de los demócratas donde aseguraba: «No considero que Donald Trump tenga ni la capacidad ni la experiencia ni la preparación ni la humanidad para ser presidente de Estados Unidos». Y dio decenas de entrevistas confirmando su sólida posición contra el candidato republicano. Posteriormente, ese mismo año, aún durante la administración de los demócratas, Alicia recibió la ciudadanía de ese país.

Cuatro años después, en la elección de 2020, con la misma convicción, aseguró que iba a votar por Trump: «Este año voy a votar por él. Porque necesitamos carácter, el mundo está hecho un desastre». Ella misma ha confiado a sus cercanos que bien podría buscar la candidatura a la presidencia de Venezuela.

Entre 2005 y 2007, Alicia tenía problemas financieros, el dinero que ganaba se le iba como agua entre las manos. En la Ciudad de México vivió en un departamento prestado cerca de tres meses en la colonia Florida, cerca del Centro Libanés, que le ayudó a conseguir un amigo. En contraparte, Gerardo Álvarez Vázquez había asumido el apodo de El Indio, y lo estaba grabando con sangre en la historia de México, y con muchas toneladas de droga traficadas a Estados Unidos.

Álvarez Vázquez ya trabajaba para Arturo Beltrán Leyva cuando la Barbie llegó a la organización criminal. Y entre ellos nació una estrecha amistad y confianza. Quienes lo conocieron describen al Indio como un hombre serio, lejos del carácter extrovertido de la Barbie. Era reservado y prepotente, miraba a todos por encima del hombro. Solo con la Barbie y otros pocos se explayaba.

«El Indio era un tipo muy desmadroso con la Barbie, siempre agarraba curva con él, pero con los trabajadores era muy serio, muy mamón, creído, más que el Güero», dijo un testigo entrevistado que trabajaba para el Cártel de los Beltrán Leyva. «El Indio tenía una sociedad con el Güero, si no estaban al mismo nivel, estaba un escalón abajo, pero sí estaba muy pesado», añadió.

Álvarez Vázquez estaba obsesionado con su apariencia, los lugartenientes del narcotráfico que lo conocieron desde 2001 afirman que con el tiempo fue modificando dramáticamente su rostro. Al menos se ha hecho tres cirugías estéticas: nariz, pómulos y mentón. Se vestía a la usanza de la Barbie, trajes de marca con los pantalones particularmente ajustados, camisas, zapatos y cinturones finos. Como un gesto particular de su excentricidad, a veces llegaba a juntas con socios criminales escoltado por una mujer rubia despampanante y una mujer de color, como un sultán con sus odaliscas. Y quienes lo vieron en reuniones de narcos aseguran que siempre hacía que alguien bebiera de su vaso o comiera de su plato para verificar que la comida no estuviera envenenada.

Tenía su base de operaciones en la zona residencial de Huixquilucan y Cuajimalpa. Ahí había comprado y rentado una serie de departamentos y casas en las zonas residenciales de Bosques de la Herradura, Interlomas y Santa Fe, que ocupaba como casas de seguridad para organizar sus negocios criminales. Además tenía una residencia en el Ajusco, cerca del parque de diversiones Six Flags. Tenía decenas de propiedades en Guadalajara donde también administraba la empresa American Tune Up S. A. de C. V., y como era originario de Guerrero, por supuesto, tenía y rentaba residencias en Acapulco, como sus socios.

Utilizaba distintos seudónimos. Se hacía llamar Salvador Sánchez Salamanca, Gerardo Aguilar Vázquez, Javier Saldívar Vega, José Álvarez Vázquez, entre otros. El común denominador de cada una sus identidades eran los escoltas que siempre lo acompañaban armados hasta los dientes. Difícil disimular un perfil así.

A diferencia de la desparpajada Alicia, el Indio era metódico y ordenado. Y era terriblemente exitoso.

Por un lado, seguía en el negocio de los precursores químicos a través de una empresa radicada en Guadalajara. Y por el otro, con Pedro Bermúdez Suaza, el Arqui, había constituido una aerolínea llamada Aerocóndor que disponía de un hangar en Toluca, y tenía una empresa espejo en Panamá. Usaban la aerolínea para el tráfico de cocaína de Sudamérica a México.

Compraban la cocaína en Colombia principalmente por medio de Harold Mauricio Poveda, el Conejo, contemporáneo de la Barbie. A su corta edad, este personaje era el principal proveedor de cocaína, aliado de La Federación, en especial de los Beltrán Leyva. De estatura media, no pasaba del 1.65, figura delicada, más bien delgado, y cabello largo rizado, podía pasar fácilmente desapercibido.

«El día que lo miré por primera vez fue en un rancho en Querétaro, es un rancho desde donde se mira la autopista a lo lejos. Un rancho muy bonito. Estaba ahí platicando con el Güero y él me dijo que me iba a presentar al mero mero que nos surtía el material. Estábamos ahí pisteando», refirió un testigo de los hechos. «¿Y dónde está el bato ese?», preguntó el acompañante de la Barbie mirando alrededor. «¡Es ese!», dijo la Barbie señalando a un sujeto vestido con una chamarra negra, pantalón de mezclilla, una cachucha negra y Converse del mismo color. «¿A poco es él?». «¡Sí, güey!». «Me lo presentaron. Era muy humilde, pero muy poderoso en dinero y drogas. Se llevaban muy bien, y era muy buen pedo», recordó el testigo.

Aunque su sencillez no quitaba que el Conejo se desplazara con grupos de escoltas grandes, que llegaban a 25 personas, muchos de los cuales eran elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de México, al igual que ocurría con el Indio[10].

El Conejo también era asiduo a las fiestas y excesos con la Barbie y otros de sus socios. Su apodo venía justamente de su proclividad a la promiscuidad. Entre sus conquistas en el mundo de la farándula se dice que estuvo la cantante Alejandra Guzmán; de hecho, su hermano, Luis Enrique Guzmán, junto con ocho empleados, participó como DJ en una fiesta que se llevó a cabo en una residencia del Desierto de los Leones, al sur de la Ciudad de México, donde hubo un operativo policiaco en octubre de 2008. El convocante de la fiesta fue el Conejo, quien logró huir a tiempo.

La cocaína que el Indio conseguía en Colombia con la intermediación del Conejo se la suministraban con frecuencia miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), considerados en ese tiempo como un grupo terrorista.

Alicia Machado no sería el primer interés que el Indio tendría en Venezuela. Desde 2004, con la ayuda del Arqui y miembros de la Guardia Nacional de Venezuela, estableció una red de transporte en la que estaban involucrados militares de alto rango del ejército de Hugo Chávez. Uno de ellos era el peculiar Vassily Kotosky Villarroel, quien tenía el rango de capitán[11].

Villarroel, junto con otros militares, transportaba la droga en vehículos oficiales hasta Caracas, y luego a diversos aeropuertos, como el de Maracaibo. Luego la trasladaban por medio de Aerocóndor, la línea aérea del Indio y el Arqui, y otras compañías. Llegaban en una primera escala a Cancún y más tarde al aeropuerto de Toluca, para seguir a través de otras modalidades de transporte su ruta hasta Estados Unidos[12]. El Indio y el Arqui estaban en el epicentro de una conspiración de tráfico de drogas mayúscula y de dimensiones políticas inconmensurables.

El 26 de marzo de 2020, el Departamento de Justicia hizo una acusación formal contra Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, por los delitos de narcoterrorismo, corrupción y tráfico de drogas. Y contra 14 funcionarios de alto nivel del gobierno de ese país como Maikel Moreno, presidente de la Suprema Corte de Justicia, y Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa.

Se le imputa a Maduro que bajo las órdenes de Hugo Chávez facilitó el tráfico de droga de Colombia a Venezuela y de ese país a México, en complicidad con las FARC y narcotraficantes mexicanos, como el Indio, el Arqui y otros socios del Cártel de los Beltrán Leyva, «para inundar Estados Unidos con cocaína», y utilizar la droga como «un arma en contra de Estados Unidos».

Fue en el contexto de esa operación narcopolítica cuando Alicia Machado y el Indio se conocieron. Ella dice que se enamoró.

«Yo lo conocí a él en un momento muy duro de mi vida, estaba atravesando muchas cosas, económicamente yo no estaba bien, a nivel de trabajo tampoco, yo venía de salir de algunas enfermedades como los desórdenes alimenticios y la bulimia, y de depresiones muy severas, y yo apenas llegué a México lo conocí, y él llegó en ese momento para protegerme, para cuidarme en su país y me protegió mucho, me cuidó mucho…», explicó Alicia Machado sobre el padre de su hija en 2018 en una entrevista de televisión sin mencionar el nombre[13].

Para 2007 ella y el narcotraficante ya se frecuentaban. Justo cuando se desarrollaba el complot venezolano.

El Indio tenía una esposa y varias mujeres al mismo tiempo. Quienes lo conocen afirman que su debilidad eran las colombianas. «Si algo no le gustaba de alguna, las arreglaba, las mandaba a operar», señaló un colaborador de la organización que conoció de cerca al narcotraficante. Su tipo eran mujeres con caderas amplias y seno prominente. «Él era de los más mujeriegos, luego don Arturo y Edgar». Y al igual que la Barbie, el Indio también consumía Viagra.

Pero entre esas mujeres Alicia era la que más le gustaba presumir. Le gustaba llevarla a reuniones sociales con sus cómplices para que la contemplaran y lo envidiaran. Todos podrían decir que tenían a tal o cual cantante, conductora o actriz, pero ninguno podría jactarse como él de salir con una Miss Universo. En el grupo criminal se pensaba que el Indio había tenido mucha suerte, aunque todos sabían que esas mujeres se alcanzaban solo con mucho dinero.

En una ocasión, el Indio ocupó a un lugarteniente de la Barbie para ir a recogerla a un departamento que en el sur de la Ciudad de México. Probablemente en el departamento de la colonia Florida. La debían llevar a una residencia que el Indio tenía en el Ajusco, la que se encontraba cerca de Six Flags.

«Me tocó recogerla y llevarla», dijo el responsable de transportarla. Ella iba callada y nadie tenía permiso de hacerle conversación según las reglas. La llevó hasta la residencia de color blanco, dos niveles, portón negro y teja roja. El mismo testigo la vería al menos otras tres o cuatro veces. «Ella siempre se portó amable y educada, jamás la miré bailar en una fiesta», observó.

«Podría decirse que era una relación formal, pero clandestina», pues el Indio tenía una esposa oficial.

Serían muchos otros testigos quienes verían a la «reina renegada» con el narcotraficante. Por ejemplo, en reuniones familiares de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva donde estaban presentes Arturo Beltrán Leyva, Ever Villafañe, la Barbie y el Conejo Poveda. Los tres primeros acompañados de sus respectivas esposas. Por supuesto, las reuniones estaban custodiadas por decenas de escoltas armados. Los propios narcotraficantes portaban armas. Los testigos afirman que era evidente el ambiente donde se encontraba y era inocultable a qué se dedicaban el Indio y sus socios. Se afirma que en ese escenario Alicia era una mujer silenciosa y reservada.

Como la Barbie era muy devoto de la Virgen de Guadalupe, organizaba junto con su esposa Priscilla posadas más íntimas el 12 de diciembre. Alicia fue vista en alguno de esos festejos que se llevaban a cabo en Cuernavaca.

Afirman que en una ocasión, en una fiesta de narcos, el Indio sentó a la Miss Universo en una mesa, y en otra tenía a una colombiana que también era su pareja. Si las dos estaban eran conscientes de lo que ocurría en la escena, no se puede saber.

Al igual que la Barbie y otros miembros del Cártel de los Beltrán Leyva, el Indio también era cliente de Berger Joyeros, la lujosa joyería ubicada en Presidente Masaryk, donde al igual que su amigo Edgar Valdez tenía una caja de seguridad. A la reina de belleza la habría consentido con lujosos regalos y costosas joyas, muchas de ellas compradas ahí.

Para fines de 2007, Alicia Machado estaba embarazada del Indio, y su hija nació en junio de 2008. En octubre se llevaría a cabo el bautizo al cual el Arqui no pudo asistir tras ser arrestado en Santa Fe. Como novela de Mario Puzo, el bautizo de la hija de Alicia y el Indio estuvo enmarcado por uno de los hechos más macabros que se hayan registrado.

Aunque Alicia Machado ha tenido siempre una actitud ambigua sobre la identidad del padre de su hija o francamente falsaria, por las cambiantes y contradictorias versiones que ha dado, el Indio lo ha gritado a los cuatro vientos a quien lo quiera escuchar.

Lo que Alicia ha dicho públicamente, siempre en esa ambivalencia, es que el padre de su hija la trataba como una reina, la tenía viviendo en un lujoso departamento, con chofer, escoltas y un chef que cocinaba todo lo que se le antojara. Al parecer, el Indio había encontrado el lado flaco de «la reina renegada» y la llave de su corazón. Además, Machado afirmó que la ayudó a traer a su madre de Venezuela a México.

«Como dicen, me solté como gorda en tobogán y me sentía muy feliz a su lado y muy tranquila, muy en paz y muy cuidada, todo era muy feliz, él se portaba bien, me cuidaba mucho, me trataba como una reina», confesó Alicia Machado sobre el padre de su hija en septiembre de 2021 durante una de las transmisiones del reality show La casa de los famosos, producido por Telemundo. Sería de comedia de no ser porque las personas que mataba quien la trataba como reina eran de verdad y no de utilería.

Pocos días antes del bautizo, en septiembre de 2008, se encontraron los cuerpos de 24 trabajadores de la construcción en un paraje cercano a La Marquesa, en el municipio de Ocoyoacac, Estado de México. Todos estaban semidesnudos, amarrados de pies y manos con cinta canela, presentaban huellas de tortura y fueron ejecutados con tiro de gracia. Era la masacre más terrible de la que se tuviera memoria en el Estado de México.

Quien estaba detrás del infernal episodio era el Indio y uno de sus grupos de sicarios de élite, entrenados por los kaibiles de Guatemala[14]. El jefe era Óscar Osvaldo García Montoya, conocido como la cabeza del grupo La Mano con Ojos. Otro de sus integrantes era Raúl Ortega Villa, el R, y Adrián Ramírez Soria, el Hongo. La orden de asesinarlos se dio porque se pensaba que eran miembros de La Familia Michoacana que querían meterse en el territorio del Indio.

Desde 2007, en una casa en Paseo de la Herradura, en Huixquilucan, el Indio personalmente estaba reclutando lugartenientes ambiciosos que quisieran sacar a La Familia Michoacana de Guanajuato. Les ofrecía cocaína fiada, les daba armamento y les explicaba el know how para alinear a los vendedores con las autoridades y lograr el control de la plaza[15].

El Indio, como buen hombre de negocios, explicaba que no quería enriquecerse a costa de las ganancias del narcomenudeo en Guanajuato, pues su verdadero negocio estaba en Estados Unidos. El porcentaje que obtuviera por la venta de cocaína en esa entidad solo le daba el dinero para pagar los sobornos a las autoridades. A cambio del negocio que ofrecía, pedía «exterminar a los integrantes de La Familia Michoacana»[16]. Como creyó hacerlo con aquel grupo de 24 personas inocentes, según afirmaría el propio jefe de La Mano con Ojos[17].

«Ya perdí la cuenta», respondió el Indio cuando el 21 de abril de 2010 lo interrogaron sobre cuántas personas había asesinado en su carrera delictiva[18].

El tobogán en el que se había lanzado Alicia Machado terminó abruptamente, cuando detuvieron al Indio durante un operativo militar en una de sus casas de seguridad, ubicada en Bosque de Antequera 96, en Bosques de la Herradura, Huixquilucan. Justo a un costado de una propiedad de la Presidencia de la República que entonces comandaba Felipe Calderón.

El Indio y 18 sicarios repelieron el operativo con sus armas de fuego, para intentar darse a la fuga por la barranca a la que tenían acceso a través del jardín. La balacera duró varias horas, pero el grupo delictivo se vio derrotado. Tres de sus hombres resultaron muertos.

A diferencia de la Barbie, su amigo y socio, el Indio no sonrió a las cámaras cuando lo presentaron ante los medios de comunicación. Tenía el ceño fruncido y la mirada de quien no podía creer lo que estaba sucediendo. El narcotraficante iba con los brazos sujetos por la espalda y lucía barba de candado. Durante los minutos en que lo exhibieron como un trofeo, prácticamente no parpadeó. Le imputaron delincuencia organizada, falsificación de documentos, delitos contra la salud y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Además, sobre él pendía una orden de aprehensión con fines de extradición por el expediente que tenía abierto en California desde 1996.

Cuando ocurrió la fractura dentro de La Federación, el Indio, al igual que la Barbie, decidió quedarse del lado de los Beltrán Leyva. Y después de que asesinaron a Arturo en el operativo de la Marina en Cuernavaca, junto a su compadre emprendió una guerra contra Héctor Beltrán Leyva, el H, con el objetivo de tomar las riendas de la organización. El gobierno federal y local que los había protegido se quedó del lado del Cártel de Sinaloa, liderado por el Mayo.

Al Indio lo encarcelaron en el penal de máxima seguridad del Altiplano. Fue justamente unos días después cuando se hicieron públicas las declaraciones de testigos de que la Miss Universo Alicia Machado y el narcotraficante José Gerardo Álvarez Vázquez habían procreado una hija. De inmediato, «la reina renegada» salió a negarlo en un comunicado de prensa.

«Aseguro no tener, ni haber sostenido, relación alguna con el Sr. José Gerardo Álvarez Vázquez, conocido con el sobrenombre del Indio», afirmó el 23 de abril de 2010. «Ratifico que la paternidad de mi hija, la cual se le atribuye a la persona antes mencionada, es totalmente falsa». Cuando la agencia de noticias Associated Press la buscó para una entrevista, Alicia se negó.

Decenas de testigos del vínculo, sabían que sí habían sostenido una larga relación y que ella incluso fue a fiestas y convivió con otros narcotraficantes y sus familias. Mientras Alicia pretendía cambiar la paternidad con un comunicado, el Indio les contaba a todos dentro de la prisión que había procreado una hija con la reina de belleza.

«La otra vida de esa persona yo no la conozco, esa no fue la persona que yo conocí y de la que yo me enamoré, las cosas que esta persona, el papá de mi hija, pueda hacer lícita o ilícitamente, la actividad que el papá de mi hija tiene, o tenga, o tuvo, no tiene nada que ver conmigo», dijo Alicia en aquella entrevista de 2018[19].

Aseguró que el padre de su hija no se encargaba de la manutención «por convicciones mías», «mi hija es mía y yo creo que estoy en todo mi derecho, legalmente es mía, mi hija es ciudadano norteamericano [sic] y yo tengo todo el derecho de ser una madre sola en todo el sentido de la palabra. Mi hija es el producto de una relación de dos personas que se quisieron mucho, de dos personas muy distintas, porque él y yo somos aceite y vinagre, no sigo enamorada de él, pero me duele mucho por mi hija…».

En septiembre de 2021, Alicia contó una versión distinta de la historia en el ya citado reality show de La casa de los famosos. Dijo que cuando lo conoció, ella tenía trabajo y dinero y no dependía de él. Reveló incluso que se había comprado un departamento «divino» en Santa Fe. Sobre su embarazo narró:

«Y una noche de esas, ¡bueno, está bien, vamos a cenar! Ese día yo quedé embarazada, yo lo sabía, y bueno, pasa, y no sé qué, yo me di cuenta de que estaba embarazada así [chasquea los dedos], como a las cuatro semanas, y resulta que pasó, y bueno, medio volvimos, entre comillas, yo me estaba comprando un departamento aquí en Santa Fe, divino, que lo había comprado en preconstrucción, le estaba haciendo el suelo, haciendo la cocina […] Estaba haciendo El Pantera, una serie que le fue muy bien, y entonces, bueno, entre que eran peras y manzanas, pues yo me pasaba a veces tiempo con él en su casa, porque mi casa la estaban haciendo, y bueno, empezamos a armar todo lo del bebé y tal [… ] ¡Él estaba como loco [feliz]! ¡No puede ser! Tú eres el amor de mi vida, tarará, tarará, tururú, tururú…»[20]. Alicia aseguró que tuvo un embarazo feliz, pero dijo que después de cinco meses de embarazo el padre de su hija comenzó a alejarse.

«Yo a veces le decía ‘es que me dejas sola’, ‘sí, pero yo te dejo con chef, con escoltas, con mujeres de servicio’, me dejaba en jaula de oro, yo le decía ‘sí, pero lo que yo quiero es estar contigo’. ‘Es que tengo mucho trabajo’, ‘es que los políticos’, porque andaba en cosas de política, y tal, no sé qué […] y tengo que esto, y que el alcalde, y que el gobernador, y que el pedo, y que la campaña, y que el pedo y la madre, y se me desaparecía un jueves y regresaba un lunes. [¿Y no te salías con tus amigas?]. Pues yo soy tranquila, yo estaba en mi casa feliz».

«Mi mamá se vino, o sea sí, pero al final lo que quieres es estar con el güey del que estás embarazada, cabrón, no es cualquier cosa […] la verdad no la hacía de pedo, estaba muy contenta […] Yo traía camioneta blindada, cuatro escoltas, no me hacía falta nada, pues…».

Alicia aseguró que ella misma terminó la relación porque descubrió que le era infiel con una mujer que también estaba embarazada al mismo tiempo. Por medio de distintos testigos, se pudo confirmar la versión de que fue la infidelidad del Indio y no sus negocios de narcotraficante y asesino lo que habrían hecho que terminara la relación.

«Al día de hoy, ella y yo somos las mejores amigas y mi hija se lleva con los niños y todo, y mi hija pasa días con ellos; cuando tú amas tanto a tus hijos tu orgullo de mujer lo dejas a un lado», dijo Alicia.

Son muchas y diferentes las versiones que ha dado la Miss Universo sobre el padre de su hija, omite su nombre y cambia los hechos, sobre todo lo que se relaciona con su situación económica, por las implicaciones que tendría jurídicamente como ciudadana estadounidense, estatus que obtuvo desde 2016.

De sus últimas declaraciones de septiembre de 2021 lo que sí es verdad es que Alicia Machado tenía un lujoso departamento en Santa Fe, aunque en aquel momento no contaba con la solvencia económica para comprarlo, como ella misma admitió en 2018 y como constaba a las personas que la conocieron en aquellos años.

Personas vinculadas en aquel tiempo a la «la reina renegada» y el Indio afirmaron categóricamente que el inmueble lo compró él, fue un regalo para Alicia y su hija. La adquisición habría ocurrido entre 2007 y 2008. El inmueble estaba en el residencial Torre Vista del Campo, en Altavista, Santa Fe. Un exclusivo complejo con cinco edificios y amenidades como alberca, gimnasio y un bellísimo jardín comunal. En aquel entonces el valor de compra era de entre 850 mil dólares y un millón.

A quienes visitaron el departamento, Alicia les explicó que se lo había regalado el padre de su hija y que la tenía como una reina, y que aunque ya no se frecuentaban, la mantenía. El inmueble lo describieron como un departamento amplio con vista panorámica, pintado de blanco, con una decoración de buen gusto y un piano de cola en el salón principal. Entre 2008 y 2009, cuenta una de las personas entrevistadas, Alicia vivió en ese departamento con su madre, la niña, que aún era pequeña, y una nana.

Desde el 2 de octubre de 2008, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos puso en su lista de la OFAC al Indio y todos sus alias, lo cual quiere decir que estaba prohibido para cualquier ciudadano o entidad de ese país tener relaciones económicas de cualquier índole con él[21].

A lo largo de su carrera la «reina renegada» se ha quejado de tener problemas económicos, aunque durante su relación con el Indio esa mala racha pareció ser diferente.

En 2013, ella misma hizo público que estaba por perder su propiedad en Miami porque tenía problemas con el fisco en Estados Unidos, por no pagar los impuestos del inmueble. No tenía dinero para hacerlo[22]. Según los registros públicos de la propiedad del condado de Miami, se trata de un departamento ubicado en avenida Collins 5600-5N, en Miami Beach, que ella compró en 2002 por 260 mil dólares[23].

En 2015, el conjunto Torre Vista del Campo fue afectado por un deslave y la desalojaron junto con otros vecinos. Decidió dejar México y se fue a vivir a California. En 2017, en diversos videos dijo que no encontraba trabajo y que de nuevo tenía serios problemas económicos, incluso dijo que algunas de sus compras debía hacerlas con cupones de descuento. Cansada de esperar una oportunidad, se mudó a Miami.

Según el registro público de la propiedad, en enero de 2017 vendió el departamento de Miami Beach en 430 mil dólares. La compradora fue la corporación Aleandre Properties LLC, creada en Florida apenas un mes antes de la compra, en diciembre de 2016. Aleandre Properties vendió la propiedad en abril de 2021 por 379 mil dólares. Un mal negocio. La compañía fue disuelta en septiembre de 2021[24].

En realidad, las finanzas de Alicia Machado no estaban tan mal como ella decía. Algún milagro ocurrió. El 3 de diciembre de 2019 se compró de contado un penthouse en el lujoso y nuevo condominio Le Jardin, ubicado en 102nd Street, 1150, penthouse 705. De acuerdo con los registros públicos de la propiedad, en una sola exhibición pagó 742 mil 800 dólares[25]. Llama la atención que aunque oficialmente ya había vendido la propiedad de avenida Collins, en la escritura de compra del PH en Le Jardin, fechada el 3 de diciembre de 2019, quedó asentado ese departamento como su dirección oficial.

El PH se ubicaba en el corazón de Bay Harbour Islands. Medía más de 120 metros cuadrados, tenía dos habitaciones y dos baños y medio; con ventanas de vidrio del piso al techo, interiores blancos y una terraza privada de casi 28 metros cuadrados con vista a Bal Harbour-Bay Harbor. El edificio contaba con bar, espacio para guardar bicicletas, área de pícnic con parrilla, sala comunitaria, ascensor, sala de ejercicios, espacio de almacenamiento adicional, piscina climatizada, biblioteca, sauna y spa con jacuzzi.

Ella misma hizo pública su adquisición por medio de un video donde festejaba y celebraba su lujoso inmueble. Sin embargo, lo vendió en poco tiempo. El 22 de marzo de 2021, Susana J. Levinson y Marvin S. Levinson lo adquirieron por 750 mil dólares.

En México, luego del arresto del Indio, las autoridades le incautaron seis propiedades en el estado de Jalisco, en Tonalá, Tlajomulco y El Arenal, incluyendo una residencia en el lujoso Club de Golf Santa Anita en Tlajomulco. También le incautaron un departamento de lujo en Bosques de las Lomas con un valor comercial de al menos un millón de dólares, y otro departamento en Hacienda de las Palmas en Huixquilucan. Estaban a su nombre o al de Gabriel Rosillo Majul, quien aparece involucrado en todas las propiedades, y en unas u otras Refugio Gutiérrez Martín, Mamiye Sultan Esther y Antonio Bachaalani Nacif, sobrino de Kamel Nacif, denunciado en 2004 por Lydia Cacho de pornografía infantil, y acusado del secuestro y tortura de la prestigiosa periodista.

El narcotraficante lleva ya 11 años en prisión, viviendo en una celda de dos por tres metros, que a veces tiene que compartir con una o dos personas, con la luz encendida las 24 horas; ha habido épocas en que le han negado atención médica e incluso ha sufrido abusos y golpes como otros presos en ese penal.

En marzo de 2018, en la Corte de California fueron retirados los cargos «sin prejuicio» contra el Indio y otros coacusados porque los testigos principales ya no se encontraban, y se canceló la petición de extradición. Eso no significa que los cargos se hayan retirado de manera definitiva y en cualquier momento podría volver a ser imputado.

El Indio sigue en México esperando una sentencia, pero con el escándalo de la narcoconspiración en la que está imputado el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, y en la que está involucrado directamente el Indio, las circunstancias para él pueden cambiar de un momento a otro. Las implicaciones para la Miss Universo venezolana, Alicia Machado, son igualmente impredecibles.

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