Ellas

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3. Ellas y el amor

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Del mismo modo se observará «dependencia», una ansiedad constante por la necesidad de la presencia del ser amado, que genera preocupación constante por sobre cualquier otra actividad, persona o quehacer. El ser amado se convierte en el foco primario y excluyente de la atención, por sobre cualquier otro foco o epicentro de interés.

Por último, la «abstinencia». Aquí la falta, la ausencia o la privación del ser querido, de modo real o imaginario, provocará síntomas con manifestaciones emocionales y hasta físicas. La falta de la «sustancia emocional» que es el ser querido provocará ansiedad, tristeza, melancolía, enojo, miedos, odio, depresión o un conjunto de síntomas emocionales resultantes de la mezcla arbitraria e inimaginable de todos ellos, ya que se superponen unos con otros, acorde pase el tiempo de la ausencia.

No faltarán síntomas físicos como dolores de pecho, insomnio, nerviosismo, dolores musculares, fatiga, trastornos digestivos, palpitaciones, etcétera.

Resulta claro que estamos describiendo una adicción y, en consecuencia, una patología, una anormalidad. Se trata de una codependencia emocional. Es un amor nocivo, dañino, una emoción tóxica. Se trata de una condición obsesiva y constituye una situación patológica. Este cuadro emocional puede manifestarse, y de hecho lo hace con frecuencia, con violencia verbal y/o física. Es la resultante de una condición obsesiva y posesiva extrema, del todo o nada sin posiciones intermedias. La idealización del otro evita ver defectos u observar realidades evidentes, impidiendo la realización personal, la libertad y el respeto al otro. El adicto al amor no estará nunca satisfecho con el retorno o devolución del amor del ser amado. Sus propios parámetros de conducta y demanda son el centro del universo en la relación de pareja, y no admite posiciones intermedias.

Este tipo de relación, por definición destructiva, puede darse tanto en Ellas como en nosotros. El camino hacia una solución radica, primeramente, en el reconocimiento del problema. Sin esta condición es imposible avanzar en su tratamiento. La persona debe visualizar lo doloroso de la situación en base al hecho de que la relación es tortuosa y no se vivencia con felicidad. Es una situación tormentosa, sin paz. El diálogo es el primer paso para intentar la solución al conflicto. Si esta condición no es posible o resulta insuficiente será necesaria la consulta profesional, y el especialista determinará el curso terapéutico a seguir. Muy probablemente, el tratamiento será multidisciplinario y el abordaje psicológico buscará una reestructuración cognitiva, con probable abordaje cognitivo-conductual, e incluso, algunas veces, hasta medicación.

La intimidad y el amor

En la teoría triangular de Sternberg hay tres componentes del amor: la pasión, la intimidad y el compromiso. Sobre cada uno de ellos hemos detallado sus caracteres específicos, definiendo sus alcances. También advertimos que en la forma de «amor consumado» se daban los tres componentes al mismo tiempo. Aunque una pareja con amor consumado bien podía pasar por distintas etapas en las que por períodos podían prevalecer uno o varios de esos componentes. Es una historia personal.

Hemos remarcado, asimismo, la importancia de la pasión y su relación con procesos biológicos ancestrales bien estudiados en nuestro cerebro, a tal extremo que sabemos actualmente qué partes y qué circuitos cerebrales intervienen en ese mecanismo «caliente» del deseo, donde los neurotransmisores y las hormonas están interrelacionados en una sinfonía de «apareamiento». Pero tratándose de amor, y en este caso de «amor romántico», el «todo es más que la suma de las partes» y no se puede ser reduccionista. El compromiso, un componente fundamental en el amor romántico, es el componente más «racional» de la relación que cohesiona a lo largo del tiempo a la pasión con la intimidad. Vamos a detenernos ahora en este último componente, la intimidad, que amerita una consideración especial.

La intimidad es fundamental para la profundización de las relaciones interpersonales. Es requisito indispensable para, por ejemplo, una relación de verdadera amistad, en términos del concepto «amigo». No solamente se refiere a una relación circunstancial de trabajo, deportiva o laboral. La intimidad apela a un conocimiento profundo del otro, que genera amistad, familiaridad, fraternidad y confianza. Sabemos con quién estamos cuando estamos con Ellas, y Ellas lo saben cuando están con nosotros. Es un recurso de acercamiento.

Resulta sorprendente cuántas relaciones interpersonales adolecen de la falta de intimidad aun en la falsa creencia de tenerla. Por eso es tan frecuente la aparición de «sorpresas» en las supuestas relaciones de intimidad. Como dice el dicho: «Para conocer a una persona hace falta consumir con ella una bolsa de sal», en referencia a que hace falta mucho tiempo para conocer a una persona.

Los investigadores han desarrollado numerosos instrumentos psicológicos para fomentar el conocimiento interpersonal a través de ejercicios y cuestionarios que faciliten el conocimiento íntimo del otro. Uno de esos cuestionarios que ha ganado un lugar destacado es el del psicólogo estadounidense Arthur Aron.

Aron desarrolló una serie de preguntas con el objetivo de generar acercamiento e intimidad a aquellos que participan del cuestionario. Lo interesante es que ese cuestionario, que podría aplicarse a cualquier pareja de amigos, incluso de personas desconocidas que decidan participar del ejercicio, es un recurso que en ocasiones posibilita generar un acercamiento favorable en personas que ya se conocían, y aún más, se han formado parejas estables entre personas que no se conocían previamente. Esto ocurre debido al acercamiento que produce entre los intervinientes del ejercicio como consecuencia de conocer con cierto grado de intimidad al otro en muy poco tiempo.

El cuestionario alude a una serie bien programada de preguntas, cuyas respuestas «desnudan» la intimidad del otro y la de nosotros mismos, en un ejercicio simple, y verdaderamente en poco tiempo. Es algo así como un diálogo muy personal que en la vida real, sorprendentemente, se da muy pocas veces. Este cuestionario puede reducir el tiempo requerido, metafóricamente hablando, para consumir una bolsa de sal, tiempo que no pocas veces lleva una vida. Lo cierto es que citamos este ejercicio porque en varios estudios dio lugar a la formación de parejas, y ha posibilitado el acercamiento afectivo, aumentando el grado de intimidad en parejas ya formadas. Es más, el cuestionario permitió la formación de parejas que llegaron al casamiento, según varios artículos publicados en el New York Times.

Si lo desean, pueden contestar este cuestionario, cuya finalidad es generar acercamiento e intimidad entre la pareja.

Instrucciones

Siéntense cómodamente frente a frente, asumiendo que el desarrollo, es decir la lectura y contestación del cuestionario por parte de la pareja interviniente, llevará aproximadamente unos noventa minutos; puede ser un poco más o un poco menos, según los casos. El cuestionario consta de 36 preguntas muy bien formuladas, cuyas respuestas permiten aumentar gradualmente el grado de acercamiento e intimidad recíproca.

El formulario se encuentra dividido en tres series de 12 preguntas cada uno. Cualquiera de los intervinientes puede leer todas las preguntas o, si lo desean, pueden alternarse en las lecturas de las series. Es importante que el que lee las preguntas en voz alta sea el que comience a responder y luego el otro responde la misma pregunta. Si ya ambos comprendieron las instrucciones, es momento de comenzar con el cuestionario. El resultado será un acercamiento al mundo íntimo del otro, generando un nivel de intimidad que redundará en un mayor conocimiento interpersonal e incluso, según antecedentes bien documentados, ¡podría formarse una pareja!

Una cosa más que resulta optativa. El ejercicio podría concluir mirándose a los ojos durante tres o cuatro minutos, en silencio, después de que ambos hubieran contestado la última pregunta.

¡Ahora sí, podemos comenzar!

¿Si pudiera invitar a cualquier persona a comer, a quién invitaría?

¿Le gustaría ser famoso? ¿De qué forma?

¿Ensaya lo que va a decir antes de realizar una llamada telefónica? ¿Por qué?

¿Qué hace que un día sea «perfecto»?

¿Cuándo fue la última vez que cantó para usted mismo? ¿Y para alguien más?

Si pudiera vivir hasta los 90 años con la mente o el cuerpo de alguien de 30, ¿qué elegiría?

¿Tiene alguna idea de cómo se va a morir?

Diga tres cosas que usted crea tener en común con la persona que tiene enfrente.

¿Qué es lo que más le agradece a la vida? ¿Por qué aspecto de su vida se siente más agradecido?

Si pudiera cambiar algo de su crianza, ¿qué sería?

Durante cuatro minutos, cuéntele al otro la historia de su vida con la mayor cantidad posible de detalles.

Si pudiera levantarse mañana con alguna habilidad o cualidad, ¿cuál sería?

Si tuviera una bola de cristal que le contara la verdad sobre usted mismo, su vida, el futuro, o cualquier otra cosa, ¿qué le gustaría saber?

¿Hay algo que haya soñado durante mucho tiempo? ¿Por qué no lo ha hecho?

¿Cuál es el mayor logro de su vida?

¿Qué es lo que más valora de sus amigos?

¿Cuál es su recuerdo más preciado?

¿Cuál es su recuerdo más terrible?

Si supiera que en un año morirá de repente, ¿cambiaría algo de la forma como vive ahora? ¿Por qué?

¿Qué significa la amistad para usted?

¿Cuál es el papel del amor y el afecto en su vida?

Ambos cuenten una característica positiva del otro. Alternen hasta contar cinco.

¿Qué tan cercana y cariñosa es su familia? ¿Cree usted que su infancia fue más feliz que la de otras personas?

¿Qué tal es su relación con su mamá?

Diga tres frases ciertas sobre los dos. «Estamos los dos en este restaurante…», etcétera.

Complete la frase: «Ojalá tuviera alguien para compartir…»

Si quiere ser amigo cercano del otro, por favor cuente ahora qué es importante que él/ella sepa.

Dígale al otro lo que le gusta de él/ella. Sea muy honesto, diga cosas que no le diría a alguien que acaba de conocer.

Cuente el momento más vergonzoso de su vida.

¿Cuándo fue la última vez que lloró frente a alguien? ¿Cuándo la última vez que lloró solo?

Cuéntele a su pareja algo que ya le guste de él/ella.

¿Qué tema es demasiado serio para hacer chistes?

Si se fuera a morir esta noche sin poder comunicarse con nadie, ¿qué es lo que más lamentaría no haberle dicho a alguien? ¿Por qué no se lo ha contado aún?

Su casa, con todas sus pertenencias, se está quemando. Después de salvar a sus seres queridos y a sus mascotas, tiene tiempo de entrar una última vez a salvar un objeto. ¿Qué sería y por qué?

De todas las personas en su familia, ¿cuál muerte le afectaría más y por qué?

Cuente un problema personal y pídale a su pareja que le dé consejo. Luego pregúntele a su pareja cómo cree que usted se está sintiendo sobre este problema.

Sin duda, este es un ejercicio de acercamiento que promueve un mayor grado de intimidad. Como hemos señalado, este cuestionario puede aumentar el grado de conocimiento de la otra persona fortaleciendo los lazos de amistad, incrementar la intimidad en una pareja ya establecida o incluso condicionar la formación de una nueva pareja. Es un ejercicio muy revelador e interesante.

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