Elizabeth

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LA CAPTURA DE JHONNY THE HUNTER

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LA CAPTURA DE JHONNY THE HUNTER

La muerte de Amanda fue como un jarro de agua fría para toda la ciudad de Londres. La población quedó en estado de shock, el miedo estaba muy presente en las conversaciones de los ciudadanos. El vídeo de la muerte de la presentadora se había echo viral en youtube, fue el vídeo que tuvo más visitas en la historia en la primera media hora. Inmediatamente, fue retirado por la policía aunque había copias circulando por la red a las que se accedía con solo un click.

Todos los telediarios abrieron con la noticia de la muerte de la periodista, los periódicos le dedicaban la portada y las páginas principales. Todo el Reino Unido reclamaba a la policía la detención de Johnny The Hunter, no podía salir impune de todas sus barbaridades, alguien le tenía que parar los pies. Los tachaban de ineficaces, ¿Cómo podía ser que no fuesen capaces de atrapar al asesino aún teniendo su adn?. La ciudad entera los señalaba con el dedo como culpables de la muerte de la periodista.

Moles estaba fuera de si. Apenas podía conciliar el sueño, dándole vueltas a la investigación, tenía que capturar como fuese a Johnny. Se creó un dispositivo sin precedentes en la ciudad para la captura del psicópata. Solo dos nombres quedaban por localizar de la lista y todo el cuerpo de policía estaba en la calle buscándolos, se habían reforzado con voluntarios venidos de las comisarias de Manchester, Birminghan, Liverpool y otras localidades. La captura del asesino era la absoluta prioridad, el caso había llegado mucho más lejos de lo que se podían permitir.

Moles patrullaba la ciudad tenso, en cualquier momento los localizarían. Estaba convencidos de que uno de los dos era el asesino. Ambos se encontraban en paradero desconocido, si bien, por los datos que tenían de los movimientos de cuentas corrientes, uno al menos estaba en la ciudad. En teoría, ninguno de los dos sabía que la policía le seguía tan de cerca los pasos. Los dos encajaban con el perfil que buscaban y ambos carecían de antecedentes penales, jamás habían sido detenidos. El cerco se estrechaba cada vez más sobre ellos.

Moles recibió la llamada que esperaba. —Buenos días Moles. Tenemos con nosotros a James Welbeck. Lo acabamos de interceptar en West Ham Park.

—Llevarlo a comisaria inmediatamente. Voy para allí, que preparen el test de ADN. —Quizás lo tenían, solo quizás. Solo un hombre por tachar en la lista. Moles puso la sirena y se dirigió hacia la comisaria.

Estadísticamente existía un 50% de posibilidades de que tuviesen al asesino. Siempre y cuando hubiesen acertado con la lista elaborada.

Las pruebas resultaron negativas de nuevo. Quedaba un único nombre que se estaba mostrando escurridizo en extremo. Moles se aseguró de que todos los agentes viesen su foto; tenía que ser él. Cada dos horas enviaban un mail a los policías con la fotografía del que era en esos momentos el hombre más buscado de Londres. Empezaba a creer, que el psicópata podía no estar en el lista. 79 identificaciones habían resultado negativas. ¿Pero por qué ese hombre estaba en paradero desconocido? Llevaban días buscándolo y no había manera, era el número 17 de la lista. Estaba escondido ¿Por qué lo hacía? Tenía que ser él.

A última hora de la tarde del sábado, Moles escucho por la emisora policial un mensaje.Identificación positiva en la estación de Liverpool Street. Repito localizado sospechoso en la estación de Liverpool Street.

Lo tenemos, ha bajado de uno de los trenes y se dirige al vestíbulo. Al habla agente Wayne, solicito refuerzos para su captura. Va vestido con pantalón vaquero, cazadora de camuflaje y gorra deportiva. Lleva consigo una bolsa de deportes al hombro que parece pesada. Podría ir armado. Solicito ordenes, lo estoy siguiendo.

Moles salió como una flecha hacia la estación de Liverpool Street. —Aquí el inspector Moles. No lo pierdas de vista, Wayne. No hagas nada por lo de ahora. Informa de lo que haga en todo momento.

Se ha sentado en el vestíbulo. Parece bastante alterado.

—Que no te vea Wayne. Manden refuerzos de paisano a la estación quiero un equipo en cada una de las salidas.

El hombre que estaba siguiendo el agente Wayne se levanta, va a paso rápido hacia una de las entradas.

—Parece como si nos hubiese escuchado. Lo sigo, ha empezado correr Moles. !Nos esta escuchando¡ Lleva unos cascos. —Efectivamente, el hombre estaba escuchando las emisoras de la policía, llevaba haciéndolo durante las últimas semanas.

Corría en dirección a la salida de la estación, arrollando con todo el que se cruzaba en su camino. El plocía corría detrás de él. El hombre se dio la vuelta, realizó dos disparos con gran destreza. Uno de los disparos pasó muy cerca de Wayne, obligándolo a lanzarse al suelo. El agente desenfundó su pistola, no se atrevió a disparar; la estación estaba atestada de usuarios esa hora. Se creó el pánico en el vestíbulo, la gente corría en todas direcciones sin saber bien lo que estaba ocurriendo. Las detonaciones de los disparos efectuados retumbaron como un trueno dentro de la estación.

El hombre salió a toda prisa de la estación. Había una parada de taxis justo en la salida, se dirigió hacia ellos.

En uno de los taxis, un hombre de color estaba al volante escuchando música, ajeno al revuelo que se habia organizado en el interior de la estación. El sospechoso abrió la puerta del coche, le puso la pistola en la cabeza, invitándolo a salir al exterior. Más de 30 personas estaban en la zona observando, varios compañeros taxistas le increparon. Se giró y efectuó dos disparos a los taxistas, dos cuerpos cayeron al suelo. Se creó el caos en el exterior.

El hombre de color salió casi de un salto del coche, el sospechoso arrancó el taxi saliendo a toda velocidad por medio de una violenta maniobra, casi kamikaze. A los pocos minutos, se incorporaba a la A10 dirección a Tower Brigde.

—!Moles¡ Ha huido en un taxi. Va sólo, no hay rehén. Tenemos dos heridos por disparos de Johnny, se dirige por la A10 en dirección a Tower Brigde. Matricula del vehículo UKE 713R.

—Necesitamos un helicóptero en la zona. —Dice Moles. Lo tenían, lo tenían. No se les iba a escapar.

—Al habla Danny Welbbeck, lo tengo a la vista. Va a toda velocidad por la A10 a la altura de Cannon Street, va a cruzar el London Brigde, pido refuerzos. Se me escapa va a más de 150 km por hora por el centro de la ciudad.

—A todas las unidades, diríjanse a la A10. Acordonen la zona, desvíen el tráfico a las calle adyacentes. Es una emergencia. —Dice Moles, cuyo pulso se le aceleraba.

—Aquí agente Jordan Jeferson, lo tengo a la vista. Me incorporo a la persecución. Trataremos de cortarle el paso. El sospechoso se dirige hacia el sur, conduce de manera temeraria. Tenemos que detenerlo antes de que cause un accidente.

El sospechoso vio los coches de policía que venían detrás de él. Acelero al máximo, conducía a casi 170 km por hora realizando maniobras cada vez más arriesgadas, había mucho tráfico en la carretera. Tuvo que reducir la velocidad, con el fin de no estrellarse contra una camioneta que le impedía adelantarlo. Tocaba el claxon repetidamente para que se apartase pero el conductor no tenía intención alguna de hacerlo. Saco la pistola por la ventanilla y dos nueva detonaciones, una de las balas atravesó el cristal de atrás de la furgoneta. La furgoneta se aparto a un lado captando el claro mensaje que le habían lanzado. Estaba en las inmediaciones del Borough Market. La policía le pisaba los talones, los veía por el retrovisor. Los tenía prácticamente encima.

Realizó un brusco giro tratando de despistar a la policía, se metió bruscamente dentro del mercado, arrollando con todo a su paso. Varias personas que se encontraban en la entrada, salieron despedidas por los aires. Se estrelló contra uno de los puestos de verduras, saliendo renqueante del taxi con la pistola en mano, se había dado un buen golpe; un reguero de sangre le caía por la frente. No se detuvo, emprendió la huida corriendo por el pasillo apartando e intimidando a todos los que se encontraba a su paso. Tres coches policiales aparcaban en las inmediaciones. El mercado estaba abarrotado, hasta los topes de clientes a esas horas.

Acaba de meterse en el Borough Market, tenemos varios heridos por atropello. Manden ambulancias. —Dice por radio el agente Jefferson.

Todas las unidades al Borough Market. ¡Despejen la zona. No queremos más heridos! Traten de cogerlo vivo, disparen a las piernas. ¡Lo necesitamos vivo!. —Moles gritaba las ordenes a través de la emisora policial, mientras Thomson pilotaba a alta velocidad a través del centro de la ciudad acercándose al mercado cada vez más. Estaban prácticamente llegando.

Johnny corría internándose en el zoco, apartando a golpes a todo aquel que osaba a cruzarse en su camino.

El agente Stephens que acababa de entrar en el mercado, por la parte de trasera, corría en dirección del asesino. Sabía que estaba en ese pasillo por las indicaciones que sus compañeros daban por la emisora de radio. Lo espero junto a uno de los puestos en cuclillas, semi escondido en posición de disparo con la intención de sorprenderlo y abatirlo.

Vio llegar a Johnny por la galería, había demasiada en el corredor que intuían algo grave estaba ocurriendo, se apoyó contra el mostrador del puesto para asegurar el disparo. Tuvo que gritar —¡Apártense!—. La multitud corrió despavorida al ver al agente con el arma desenfundada y Johnny ensangrentado, con la pistola en la mano, corriendo en esa dirección. El asesino atisbó al agente que no se atrevía a disparar debido a la multitud. Eso no importo a Johnny, realizó un disparo con gran precisión sin tan siquiera detenerse, le paso rozando la cabeza al agente. Stephens no quiso darle otra oportunidad, apretó el gatillo alcanzándole en el muslo. ¡Le había dado!

El psicópata fue abatido, cayéndose aparatosamente en el pasil o, la pistola se le desprendió de la mano. Stephens corrió en su dirección, mientras Johnny trataba de levantarse. Aprovechó la confusión producida por los disparos, para coger a una adolescente como rehén que pasó corriendo a su lado.

—Si te acercas, le rompo el cuello. —Dijo amenazante al agente Stephens. Este se paro a diez metros de él con la pistola en mano—. Déjala. No tienes ninguna oportunidad ¡Entrégate!.

Johnny aprovechó que la chica le tapaba para sacar una segunda pistola, que llevaba escondida en la parte de atrás del cinturón, con suma destreza realizó un segundo disparo, cogió por sorpresa al agente, impactándole en toda la frente, Stephens cayó desplomado. La chica gritaba histérica.

El asesino se giro al oír pasos corriendo en su dirección, a su espalda. En ese mismo instante, un disparo le atravesó la cabeza. Su cuerpo cayo fulminado al suelo, en medio de los alaridos histéricos de la gente, formándose un gran charco de sangre.

Johnny The Hunter había muerto. La zona se lleno de policías, Moles pudo ver al psicópata que tanto tiempo llevaba buscando en persona. Thompson trataba de poner calma evacuando a los clientes del mercado. Habían acabado por fin con el asesino. Lo registraron, encontraron fotos de la chica muerta la semana anterior en su cartera, juntos con fotos de otras chicas. No había lugar a la duda, habían acabado con Johnny The Hunter.

El cuerpo de Stephens a pocos metros, su compañero de hacía 17 años, podía haber sido cualquiera de ellos. Moles se quedo hundido de rodil as, maldiciendo al asesino. Había dado la orden de no disparar a matar y eso le había costado la vida a Stephens. Lo peor, que no les había válido de nada. Johnny estaba muerto y no iban a poder interrogarlo. Pateo con todas sus fuerzas uno de los puestos ante la mirada desolada de Thompson que se abrazaba al cuerpo de Stephens, fuera de sí con lágrimas en los ojos.

—Haz echo lo que debías. No es culpa tuya. —Le dijo Moles al agente que había realizado el disparo. Se tratada del agente James Milner, un joven de 29 años había acabado con la vida del asesino más buscado.

En la operación había muerto un taxista por disparo, otro herido grave por impacto de bala, dos muertos por atropellos, 6 con heridas de diferente índole y un agente muerto. No había sido precisamente una operación para enmarcar, por no hablar de los destrozos en el mercado. Johnny había muerto, pero ¿Dónde estaba Gerard Brown?.

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