—dv.

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Demir Vahdettin.
Demir Vahdettin, príncipe heredero de Turquía ¿ha llegado ya al Palacio de Versalles? He visto sus retratos y los ancianos dicen que se parece a Alperen Duymaz pero no lo sé; dicen que tiene 30 años pero no sé, yo lo veo más joven.

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—they said:

+ Encantador, inteligente, coqueto, bromista e hiperactivo.

- Arrogante, manipulador, celoso, orgulloso y violento

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—history:

Primero.

Demir es el primer heredero de la familia Vahdettin y nació en una familia real de gran adquisición económica. Los lujos formaron parte de su vida desde el momento de su nacimiento. Sus padres no escatimaban en nada. Gastaban cuanto podían con tal de cumplir todos y cada uno de los caprichos de sus hijos. Es por eso que Demir se fue acostumbrando, durante toda su infancia, a tenerlo todo al alcance de sus manos, a que jamás le digan que no. Sus padres, siempre complacientes lo malcriaron mucho y eso dejó secuelas en su personalidad que más adelante se transformaría en arrogancia.

Al ser el primer hijo varón del Sultán, es lo ponía directo en la línea de sucesión para convertirse en el siguiente Sultán de Turquía una vez que su padre ya no estuviera en sus facultades para hacerlo. Los años fueron pasando y sus hermanos llegaron. Lo bueno es que nunca le costó compartir con ellos. Aunque sí era bastante reacio a las muestras de cariño. La única persona que podía recibir un abrazo o un “te quiero” de parte de Demir, era la mismísima Sultana. Y claro que esto ocurría cada largos períodos de tiempo. Lo consintieron demasiado en su infancia pero no le dieron el cariño necesario para ablandar su corazón.


Segundo.

La parte más tediosa de su vida llegó cuando los profesores aparecieron en su vida. Pensaba que ser Sultán era sencillo, que podía hacer lo que quisiera, pero con la educación que iba recibiendo se dio cuenta de que no era algo tan fácil como se lo había imaginado. Demasiadas cláusulas que aprender. La política era realmente un asco. Detestaba las clases de ciencias sociales y se las saltaba la mayor parte del tiempo, mostrando su rebeldía y su no disposición a aprender lo que le enseñaban. Las primeras veces se lo dejaron pasar, pero cuando se volvió algo recurrente, el Sultán tomó medidas drásticas al respecto. Decidió que la mejor opción para enderezar a su hijo y darle ese sentido de responsabilidad que no poseía, era llevándolo al frente del ejercito otomano.

Siendo un adolescente de diecisiete años, el Sultán envió a su hijo a padecer sus necesidades básicas sirviendo para el ejercito. Le enseñaron a pelear, a manejar una espalda, a ser estratégico con cada uno de sus movimientos. A fuerza de golpes, de dolor y de caídas, su personalidad calculadora se fue asentando dentro de sí. Supo lo que era sentir hambre, tuvo que comer lo que le daban sin ponerse exquisito al respecto. Se convirtió en un sobreviviente y eso fue algo que lo marcó.

Con la adrenalina de la pelea corrieron por sus venas, a los veintidós años regresó al Palacio Real para ocupar el puesto que le correspondía como heredero del Sultán. Ahora, estaba más dispuesto a cooperar, a ayudar a su padre a obtener el poder que los otomanos se merecían. La realidad había caído ante él. Y si antes le faltó cariño, ahora más. Los sentimientos se convirtieron en algo irrelevante para el joven turco.


Tercero.

Acompañó a su padre durante la conquista a Grecia e incluso lideró el ejercito que tomó posesión de las tierras ajenas en nombre de su padre. Quería que el Sultán se sintiese orgulloso de él y de sus logros. Quería que de verdad lo viese como un buen sucesor. Fue frío y fue calculador en la conquista, ni siquiera le tembló la mano al momento de capturar a los reyes griegos, muy a pesar de que había tenido una relación estrecha con ellos durante los últimos años debido a su noviazgo con la heredera griega. Lo consideraban un traidor pero eso no podía importarle menos. Él estaba velando por su familia, siguiendo los pasos de su padre, era lo único que realmente le importaba.

Turquía quería el poder absoluto sobre las otras monarquías y Demir estaba dispuesto a conseguirlo para su familia. Ni siquiera se dio cuenta de cuan cegado estaba por el deseo de poder de su padre. Porque todas esas ansias de conquista que poseía, no le pertenecían, era la herencia y los ideales que recibía del Sultán. Durante sus años en el ejército, el espíritu del joven turco había sido roto y ahora el Sultán se estaba aprovechando de ello para hacerse con el beneficio de otro aliado en sus planes de conquista. El heredero estaba preocupado por satisfacer a su padre, por demostrar que era un hijo del cual sentirse orgulloso, que ni siquiera llegaba a darse cuenta de que solo era un títere más en los planes ajenos.


Cuarto.

La invitación a la gira se convirtió en una nueva oportunidad para el Sultán, contrario a lo que Demir había imaginado. Hasta se sorprendió cuando su padre comentó que iban a asistir, que no se esconderían y que se dedicarían a sembrar el miedo y a poner en lo más alto de la pirámide el nombre de su familia.

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—was seen with:


Théodore Valois | Amigo.
La amistad más sincera que el turco posee es con el francés. Le gustan los desafíos y ellos siempre se enfrentan en peleas amistosas para probarse a sí mismos. Lo toman como un juego y así es como siempre se han llevado. Al turco le cae bien el francés por el carácter que comparten, muy a pesar de que este los suele hacer chocar de vez en cuando. Pero así es la amistad entre ellos. Una constante montaña rusa. Lo bueno es que al final del camino, la amistad siempre está presente. Eso es algo que no olvidan.
Bashira Vahdettin | Hermana menor y posible interés amoroso.
De niños solían ser los hermanos más unidos de la familia. A él le gustaba ser el centro de atención de su hermana porque sentía le agradaba el sentimiento de ser admirado por alguien más. Cuando su padre lo envió al ejército, lo que más le dolió fue el haberse separado de Bashira, la persona que más quería en esa familia. Por eso, a su regreso, él se encargó de recuperar los cinco años que habían perdido. Pero en el proceso se dio cuenta de que algo había cambiado en la relación. No eran solo sentimientos fraternales, había algo más escondido bajo los grandes ojos de la menor. El muchacho notó deseo, anhelo y amor. Con la falta de cariño en su vida, el mayor se dejó llevar por esos sentimientos puros que percibía de parte de la contraria. Quizás, buscando sentir algo similar. Se dejó llevar por el momento y terminaron viviendo un amor tan prohibido como secreto. Tal vez la parte más divertida del asunto radicaba en que todo era prohibido. Pasaron años juntos, Demir expresó sentimientos que no tenía y ese fue su error. ¿Es que nunca iba a poder amar a alguien realmente? ¿En serio se encontraba tan dañado por dentro? Quería a Bashira, sí. Le gusta, y mucho. Pero no la amaba y sabía que se estaba aprovechando de los sentimientos de su hermana para satisfacer su propia necesidad de placer prohibido. Fue así como él decidió terminar con ella, dándose cuenta de que no quería hacerle daño. Era su hermanita. No podía destruir a quien realmente le importaba. No iba a arrastrarla junto con él hacia el final del abismo en el que se estaba metiendo. Se merecía algo mejor y él no lo era. Fue duro, fue cruel, solo para poder alejarla, para convencerla de que eso era lo mejor para ella. Ahora mismo la extraña y de vez en cuando suele preguntarse si de verdad no llegó a sentir amor por ella. Ese seguía siendo un sentimiento desconocido para él. ¿Y si de verdad lo había sentido? ¿Y si no se había dado cuenta? Pero ahora ya era tarde.
Rosette Windsor | Amiga.
Hay pocas personas verdaderamente importantes para el turco pero tiene el honor de decir que Rosette es una de ellas. Estar con ella le recuerda que es un humano, que cometer errores es normal y que debería remediarlos. Es como si Rosette tuviese la habilidad de despertar la mejor parte de él a pesar de que no suele dejarse llevar por esas ideas. La considera una buena amiga y suele visitarla cuando necesita un golpe de realidad en su vida para salir de tanta miseria.
Eileen Wittelsbach | Ex novia y actual enemiga.
Dos años fue lo duró la relación entre la griega y el turco. Eileen estaba enamorada y Demir solo fingía estarlo. Desde el momento en el que se acercó a ella, sabía cuáles eran los planes del Sultán para el futuro de Grecia. De su parte, nunca fue una relación real. Estaba en los planes del turco acercarse a la heredera para bajar la guardia de toda la familia griega en relación a los otomanos. La relación entre ellos terminó cuando se dio la conquista de Grecia y las verdaderas intenciones del heredero salieron a la luz. Todavía recuerda las lágrimas en rostro de la griega cuando descubrió que todo una mentira, una trampa y jamás olvidará sus palabras. “¿Algo de lo nuestro fue real?” Demir, con la frialdad de una estatua le contestó que no, que nada había sido real, que todo el tiempo juntos había sido una mentira y un juego de su parte. Pero en el fondo, una pequeña llama ardiente se encendió. Tal vez había llegado a quererla en verdad.


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