Don Juan

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ACTO QUINTO » Escena I

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Escena I

(DON LUIS, DON JUAN y SGANARELLE. La escena representa la campiña)

DON LUIS: ¡Cómo, hijo mío! ¿Será posible que la bondad divina haya atendido mis súplicas? ¿Es verdad lo que me decís? ¿No me engañáis con una falsa esperanza, y puedo confiar en la noticia sorprendente de esa conversión?

DON JUAN: Sí, aquí me veis, habiendo abjurado de todos mis errores. No soy el mismo de anoche, y el Cielo, de pronto, ha ocasionado en mí un cambio que va a sorprender a todo el mundo. Ha conmovido mi alma, devolviéndome la vista, y miro con horror la larga ceguera en que he vivido y los desórdenes criminales de la vida que he llevado. Repaso en mi memoria todas las abominaciones y me asombra cómo el Cielo ha podido tolerarlas tan largo tiempo y no ha dejado caer veinte veces sobre mi cabeza los rayos de su temible justicia. Veo la misericordia que su bondad ha tenido conmigo no castigando mis crímenes, y aspiro a sacar el debido provecho de ello y a mostrar a los ojos del mundo mi repentino cambio de vida, reparando así el escándalo de mis pasadas acciones y esforzándome en lograr del Cielo una plena remisión. A eso voy a consagrarme; y os ruego, señor, que accedáis a coadyuvar a tal deseo y que ayudéis vos mismo a elegir una persona que me sirva de guía y bajo cuyo gobierno pueda yo caminar con seguridad por la senda en la que voy a entrar.

DON LUIS: ¡Ah, hijo mío! ¡Cuán fácilmente revive la ternura de un padre, y qué pronto se disipan las ofensas de un hijo ante la menor palabra de arrepentimiento! No me acuerdo ya de todos los disgustos que me disteis, y todo queda borrado con la palabra que acabo de escuchar. No vuelvo en mí, lo confieso; vierto lágrimas de gozo; todos mis deseos se ven satisfechos, y no tengo nada que pedir al Cielo. Abrazadme, hijo mío, y persistid, os conjuro, a ello, , en tan loable pensamiento. Voy, por mi parte, ahora mismo a llevar la feliz nueva a vuestra madre, para compartir con ella los dulces transportes del éxtasis en que me hallo, y a dar gracias al Cielo por las santas determinaciones que se ha dignado inspiraos (Vase)

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