Don Juan

Don Juan


ACTO CUARTO » Escena III

Página 23 de 36

E

s

c

e

n

a

I

I

I

(

DON JUAN, SGANARELLE, SEÑOR DOMINGO, y criados)

DON JUAN (

Con demostraciones exageradas de cortesía): ¡Ah, señor Domingo, acercaos! ¡Cómo me encanta ceros, y qué mal han hecho mis servidores en no dejaros entrar antes! Había yo dado orden de que no pasar a nadie; mas esa orden no rezaba con vos, y tenéis derecho a encontrar las puertas siempre francas en mi casa.

DON DOMINGO: Señor, os estoy muy agradecido.

DON JUAN (

Dirigiéndose a LA VIOLETA y a RAGOTÍN): ¡Pardiez, bergantes! ¡Ya os enseñaré a dejar al señor Domingo en la antecámara y a hacer que conozcáis a la gente!

DON DOMINGO: Señor, no tiene importancia.

DON JUAN (

A DON DOMINGO): ¡Cómo! ¡Decir que yo no estaba al Señor Domingo, al mejor de mis amigos!

DON DOMINGO: Señor, soy vuestro servidor. Venía a….

DON JUAN: ¡Vamos, pronto, una silla para el señor Domingo!

DON DOMINGO: Señor, estoy bien así.

DON JUAN: Nada de eso, nada de eso; quiero que estéis sentado, como yo.

DON DOMINGO: No es necesario.

DON JUAN: Quitad esa silla de tijera y traed un sillón.

DON DOMINGO: Señor, ¿os chanceáis?….

DON JUAN: No, no; sé que os debo, y no quiero que se creen diferencias entre nosotros dos.

DON DOMINGO: Señor….

DON JUAN: Vamos, sentaos.

DON DOMINGO: No es necesario, señor; sólo tengo que deciros una palabra. Estaba….

DON JUAN: Poneos ahí, os digo.

DON DOMINGO: No, no, estoy bien. Vengo a….

DON JUAN: No; no os escucharé si no estáis sentado.

DON DOMINGO: Señor, haré lo que queráis. Yo….

DON JUAN: ¡Pardiez, señor Domingo, estáis perfectamente!

DON DOMINGO: Si, señor; para serviros. He venido a….

DON JUAN: tenéis una salud admirable, unos labios frescos, con cutis encarnado, y unos ojos llenos de vida.

DON DOMINGO: Quisiera….

DON JUAN: ¿Cómo está la Señora Domingo, vuestra esposa?

DON DOMINGO: Muy bien, señor, a Dios gracias.

DON JUAN: Es una excelente mujer.

DON DOMINGO: Es vuestra servidora, Señor…, venía a….

DON JUAN: ¿Y vuestra hijita Claudina? ¿Cómo se encuentra?

DON DOMINGO: Inmejorablemente..

DON JUAN: ¡Qué niña más linda es! La quiero entrañablemente.

DON DOMINGO: Le hacéis demasiado honor, señor. Os iba a….

DON JUAN: ¿Y el pequeño Cloratio? ¿Sigue siempre armando ruido con su tambor?

DON DOMINGO: Siempre, señor. Pues yo….

DON JUAN: ¿Y vuestro perrito Brusquet? ¿Sigue ladrando tan fuerte y mordiendo con tantas ganas en las pantorrillas a las gentes que os visitan?

DON DOMINGO: Mas que nunca, señor; no logramos dominarle.

DON JUAN: No os extrañe el que quiera yo saber noticias de toda vuestra familia, porque me inspira mucho interés.

DON DOMINGO: Os quedamos, señor, sumamente agradecidos. Yo….

DON JUAN (

Alargándole la mano): Chocadla, señor Domingo. ¿Sois amigo mío?

DON DOMINGO: Señor, soy vuestro servidor.

DON JUAN: ¡Pardiez! Soy vuestro de todo corazón.

DON DOMINGO: Me honráis en demasía. Yo….

DON JUAN: No hay nada que no hiciera yo por vos..

DON DOMINGO: Señor, sois harto bondadoso conmigo.

DON JUAN: Y ello desinteresadamente, podéis creerlo.

DON DOMINGO: No merezco, seguramente, esa merced. Pero, señor….

DON JUAN: ¡Bah, señor Domingo! Con toda libertad: ¿Queréis cenar conmigo?

DON DOMINGO: No señor; tengo que regresar en seguida. Yo….

DON JUAN (

Levantándose): Vamos, pronto, una antorcha para acompañar al Señor Domingo, y que cuatro o cinco servidores míos cojan unos mosquetones para escoltarle.

DON DOMINGO (

Levantándose también): Señor, no es necesario, y me marcharé muy bien solo. Pero… (

SGANARELLE retira los sillones con celeridad).

DON JUAN: ¿Cómo? Quiero que os escolten, pues me interesa demasiado vuestra persona. Soy vuestro servidor, y además, vuestro deudor.

DON DOMINGO: ¡Ah!, señor….

DON JUAN: Es cosa que no oculto: se lo digo a todo el mundo.

DON DOMINGO: Sí….

DON JUAN: ¿Queréis que os acompañe?

DON DOMINGO: ¡Ah, señor, os chanceáis! Señor….

DON JUAN: Abrazadme, si os place. Os ruego, una vez más, que tengáis la seguridad de que soy todo vuestro y que no hay nada en el mundo que no hiciera yo por serviros (

Vase).

SGANARELLE: Hay que reconocer que mi señor es un hombre que os quiere de verdad.

DON DOMINGO: Es cierto; me hace tantas cortesías y cumplidos, que no podría pedirle el dinero.

SGANARELLE: Os aseguro que su casa entera moriría por vos; y quisiera yo que os sucediera algo, que se le ocurriese a alguien daros palos, para que vierais de que modo….

DON DOMINGO: Lo creo; más, Sganarelle, os ruego que le digáis algo de mi dinero.

SGANARELLE: ¡Oh, no os preocupéis! Os pagará con el mayor gusto.

DON DOMINGO: Pero vos, Sganarelle, vos me debéis algo por vuestra parte.

SGANARELLE: ¡Bah! No habléis de eso.

DON DOMINGO: ¡Cómo! Yo….

SGANARELLE: ¿No sé muy bien que os debo?

DON DOMINGO: Si. Pero….

SGANARELLE: Vamos, señor Domingo; voy a alumbraros.

DON DOMINGO: Pero mi dinero….

SGANARELLE (

Cogiendo del brazo al DON DOMINGO): ¿Os chanceáis?

DON DOMINGO: Yo quiero….

SGANARELLE (

Tirando de él): ¡Vamos!

DON DOMINGO: Creo que….

SGANARELLE (

Empujándole hacia la puerta): Bagatelas.

DON DOMINGO: Pero….

SGANARELLE (

Empujándole más): ¡Bah!

DON DOMINGO: Yo….

SGANARELLE (

Sacándole por completo de escena): ¡Bah! Os digo…

Ir a la siguiente página

Report Page