Don Juan

Don Juan


III LA PEQUEÑA CIUDAD

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III

LA PEQUEÑA CIUDAD

Don Juan no mora ya en una casa suntuosa, ni se aposenta en grandes hoteles. ¿Se va cansando de los trabajos del mundo? ¿Está un poco hastiado de los deleites y apetitos terrenos? "¿Qué puedes ver en otro lugar que aquí no veas? —se lee en la

Imitación de Cristo—. Aquí ves el cielo, y la tierra, y los elementos, de los cuales fueron hechas todas las cosas ¿Qué puedes ver que permanezca mucho tiempo debajo del sol?" Don Juan vive en una pequeña ciudad. "La ciudad —dice una vieja Guía de 1845— es de fundación romana. Conserva de sus primitivas edificaciones un puente sobre el río Cermeño y restos de murallas. Suelen encontrarse en su término monedas y fragmentos de estatuas. La ciudad está edificada en un alto, rodeada de alegres lomas y colinas. Cuenta con cuatro puertas. La catedral es de estilo gótico; fue restaurada en 1072 por Alfonso VI; tiene ocho dignidades, diez canónigos, cuatro racioneros, frece medios y diez capellanes. La industria de la ciudad consiste en telares de jerga y jalmas, estameñas y paños, curtidos de cuero y suela, y cordelería. En su campiña se cosecha trigo, aceite, rubia y alazor. Se celebra una feria por San Martín."

Desde lejos, viniendo por el camino del río, se ven los pedazos de la muralla y la ermita de San Zoles. Por encima de las techumbres se yergue la casa del maestre. Unos cipreses asoman entre tapiales: son los del huerto de las jerónimas. A la derecha, otra mancha verde marca el convento de las capuchinas. Hay en la ciudad una cofradía de Cristo Sangriento. De noche, en las callejuelas, por las plazoletas, unas voces largas cantan la hora, después de haber exclamado: "¡Ave María purísima!" Brilla un farolito en un retablo. No sabemos a dónde vamos a salir por esta maraña de callejitas oscuras. Vemos, a la débil claridad del cielo, que un viejo palacio tiene un sobrado en arcos, como una galería, debajo de un ancho alero.

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