Don Juan

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XXVII PARÍS

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XXVII

PARÍS

Los mismos contertulios de siempre están reunidos en casa del maestre.

As—tu envie d'aller au village, ma chére Jeannette? —le pregunta don Gonzalo a hija.

Jeannette contesta haciendo un mico de ansiedad:

Trés envie, mon cher papa!

Don Gonzalo añade:

Ton village est le plus joli du monde.

Jeannette replica:

Oui, c'est vrai; le plus joli du monde!

Don Gonzalo y Ángela, recién casados, se marcharon a París. Iban por un mes; estuvieron ocho años. En París nació Jeannette. París es el pueblecito de Jeannette. La familia pasa la mitad del año en la ciudad; la otra mitad, en París.

—¿Qué le gusta a usted más de París? —le han preguntado a don Gonzalo.

—¿De París? —dice don Gonzalo—. El cielo, el aire, el ambiente... De París lo que me gusta más es caminar despacio por la orilla del Sena, en un día ceniciento y dulce; me gusta ver el cielo de un gris de plata oxidada, y contemplar al lado del agua unos álamos verdes... Nada más, y esto es todo.

Don Gonzalo va y viene por la estancia a pasos menuditos; parece que sus pies no tocan el suelo.

—¿Qué será de París dentro de doscientos años? No lo sabemos. ¿Hacia dónde va la humanidad? Nadie puede decirlo. Entretanto, gocemos del minuto presente.

Sub lege libertas. La mayor suma de libertad, dentro de la ley. Dentro de unas pocas leyes limitadas a garantizar la seguridad del ciudadano. ¿Es que no van por ese camino las cosas del mundo? Entretanto gocemos de París, de su aire suave, de su cielo ceniciento, de su finura, de su espiritualidad...

El piano resuena, estrepitoso. Jeannette canta:

Vive Paris, le roi du mondel

Je le revois avec amour.

Fier géant, armé de sa fronde,

Il marche, iI grandit chaque jour.

—¡Jeannette! —exclama don Gonzalo.

—Cher papa! —exclama Jeannette.

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