Dark

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Sesenta años más tarde, en una de sus últimas noches de vida, el escritor memorioso en que se iba a convertir aquel adolescente oirá una vez más ese grito que los años no han acallado, que lo ha seguido, duro, tenaz, sin escape posible. Busca la mano de la mujer que alivia su vejez, devota del hombre de letras más que su amante, se aferra a ella como temiendo hundirse en una marea nocturna, entiende que la memoria lo ha ido abandonando, que lo abandona, pero que aquel grito permanecerá, ya sin cara y sin nombre, como sobrenadan los desechos de un naufragio.

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