Dark

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CAPÍTULO 8

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CAPÍTULO 8

 

Ana era una persona muy valiente. De verdad que lo era, Pero nunca le gustaron las películas de terror, Ana odiaba lo que no podía controlar. Por esa razón las películas de suspenso le causaban ansiedad. Motel oscuro, olor rancio, humedad en las paredes, luz parpadeante, era la clásica escena donde algo saltaría para asustarla en cualquier momento. Clavó las uñas en el brazo de Gideon ¿Dónde mierda la había llevado?

—Si sigues apretando tan fuerte, dejaras marcas—

—Seguro que será interesante ver cómo le explicas eso a tu maridito superceloso, posesivo e irracional— Ana se rio. Pero su diversión terminó cuando escucharon un fuerte ruido provenir de una de las habitaciones — ¿Sabes? Si planeabas serle infiel a tu amorcito conmigo, mínimo debiste de haberme llevado a un hotel cinco estrellas— Gideon intentó detener su risa.

—He pagado diez dólares por toda la noche, y el propietario me aseguró que hay agua caliente en la ducha y señal wifi. — Ana lo fulminó con la mirada —Además dudo que mi amorcito nos encuentre aquí ¿no crees? —

—En nuestra siguiente cita, yo elijo el lugar ¿De acuerdo? —

—Por supuesto, cariño— Gideon atrajo a Ana más a su cuerpo y siguieron deslizándose por el pasillo. Ana no tenía la menor idea de a donde se dirigían y porque Gideon le pidió que trajera su maletín. Pero confiaba plenamente en Gideon. Él jamás se atrevería de poner su vida en peligro. Además, Ana no era una chica inocente, en toda esta mierda a la que Kai y Gideon la habían arrastrado, había estado mentalmente preparada para hacer algunas cuantas cosas ilegales. Se detuvieron frente a una de las habitaciones, y Gideon la empujó contra la pared, detrás de él. Después llamó a la puerta.

— ¿Quién? — preguntó una voz profunda, a Ana se le hizo extrañamente familiar.

—G— dijo Gideon, La puerta se abrió de inmediato. James apareció en el pasillo con su arma apuntándolos, Ana hizo una mueca. ¿Por qué tenía que ser este tipo?

—Nadie nos siguió— Informó Gideon. Ana estudió al tipo que no le agradaba para nada. Lo vio desarreglado, y con restos de polvo y la ropa rota, pero parecía ileso. Para nada parecía el tipo arrogante que conoció. Solo habían tenido un encuentro en la vida, y el hombre le cayó mal de inmediato. Si no fuera porque Gideon estaba ahí, Ana se hubiera dado la media vuelta y alejado, le daba lo mismo si el tipo se desangraba. Merecido se lo tenía el hijo de puta.

—Entren— Ordenó señalando con la cabeza la habitación. Gideon se movió, prácticamente arrastrando a Ana a su espalda.

— ¿Qué le pasa a ese idiota? — preguntó Ana.

—Silencio— Le susurró Gideon. Gideon se giró hacia James, cuando su amigo cerró la puerta. Le iba a preguntar que sucedía, pero el hombre en medio de la cama, llamó inmediatamente la atención. era un hombre afroamericano, demasiado grande para esa pequeña cama. El hombre estaba sangrando, aunque era difícil decir a primera vista donde estaba herido, ya que había sangre, mucha sangre. Ana ni siquiera lo dudo, se separó inmediatamente de Gideon y se apresuró a la cama a auxiliarlo. Era su instinto. Sujetándose el cabello en una coleta, comenzó a sacar cosas de su maletín, esta si era su área, donde ella se podía sentir cómoda y sabía qué hacer. Control. Todo era cosa de control.

Al colocarse los guantes, Ana comenzó a revisar la herida. El joven chico que había estado presionando la herida del hombre más grande se apartó. El lesionado protesto cuando Ana hizo presión en la herida.

—¿Cómo te llamas? — Preguntó al hombre, no era del todo relevante, no necesitaba conocer el nombre de las personas a las que operaba, pero considerando de que el hombre estaba consiente…

—Lobo— Gruño el hombre revolviéndose en la cama. Ana enarcó una ceja. Al parecer eso de los nombres en clave era una cosa más interesante del lado de los vándalos, ella era solo “A”. Auscultando la herida, Ana se dio cuenta de que tratarlo sería complicado, era una herida de bala y no había orificio de salida. Lo cual indicaba que la bala seguía ahí. Y al retirarla sin el equipo médico adecuado podría hacer más daño que bien. Mientras a su espalda escuchaba a James y a Gideon discutir. Ana se concentró en la herida. Tendrían que ir al hospital, pero claro que dadas las circunstancias dudaba que estos hombres con pinta de criminales pudieran acercarse. El hospital tenía la obligación de reportar a la policía cualquier herida de bala que llegara a la sala de emergencias, no comprendía bastante la situación, James era agente en cubierto, seguro que Kai podría hacer algo… Pero considerando todas las molestias que se tomó James el hospital estaba descartado. La discusión de Gideon y James se hizo más ruidosa, hasta que la hartaron. No podía trabajar ahí.

— ¡Maldita sea! — Exclamó Ana desde la cama —Ustedes dos paren ahora mismo, si tanta energía tienen para discutir, mejor traigan sus traseros aquí, necesito que lo sujeten— Durante dos horas. Ana trabajó muy duro por controlar la hemorragia y extraer la bala en el costado de Lobo. Después limpio bien la herida y suturó. Nunca le había tocado trabajar con tan poco material médico. Pero no se quejó, tenía que hacer lo mejor posible con lo que tuviera. James, Gideon y Charlie jamás discutieron sus órdenes. Ana se concentró en su trabajo y les ordenó que hacer y qué no hacer. El paciente había tenido que soportar el dolor mientras extraía la bala, fue una mala suerte que el hombre no se desmayara, ahora el enorme hombre estaba profundamente dormido. Mientras Ana se limpiaba y Charlie limpiaba su habitación.

—Tengo turno esta noche— Ana escribió algo en un papel y se lo entregó a James ahora necesitaban combatir la infección. La forma en la que le había extraído la bala no fue de lo más estéril posible, podría haber empeorado la situación del hombre— ¿Puedes enviar a alguien al hospital? Conseguiré algunas cosas, llámame para ponernos de acuerdo el punto de encuentro y…— Gideon arrebató el papel de las manos de James.

—Yo me encargaré de traer lo que ocupen, es mejor no exponer a Ana—

—Oye, soy una niña grande, no necesito que me cuides—

—Silencio Ana, es mejor que no vean a gente sospechosa cerca del hospital—

—Jamás la pondría en semejante riesgo— James lo fulminó con la mirada —Pensé que me conocías mejor que eso, G—

—Bueno, dado el hecho de que no me has contado como es que tu amigo termino con una bala en la tripa y no me has dicho que tanto tiene que ver ese joven en el asunto. No me culpes por tener cierta desconfianza. —

—Ya basta Gideon— Intervino Ana golpeándole el pecho. —Tampoco exageres tanto. Es emocionante todo esto, además de que se lo debemos, después de todo te salvó el trasero en algunas ocasiones, Kai y tú le deben varias. — Ana miró a James duramente, ella siempre pagaba sus deudas, Kai y Gideon eran sus amigos. —Aunque sigues sin agradarme, aún no olvido lo que le hiciste a mi Alex— James enarcó una ceja.

— ¿Mi Alex? ¿Qué no Alex es la pareja de Kai? — dijo James, Gideon rodó los ojos.

— ¿Y eso que tiene que ver? Alex es mi pequeño amigo, y tú te metiste con lo que es mío— James miró a Gideon en busca de una explicación. Gideon negó con la cabeza, << Chico listo>> Ana era posesiva y no tenía muchos amigos, en el pasado nunca logró conservarlos, salvo a Mina… Pero ahora mismo ese tema no era algo en lo que quisiera quedar. Eso la dejaba con Kai, Alex, Gideon, Keity, Iain, el fiscal y… Morgan. Hizo una mueca al pensar Morgan. Le había prometido que saldrían ese día nuevamente, pero había tenido que cancelar cuando Gideon llamó.

—Te enviaré indicaciones Gideon— dijo James ignorando a Ana. Unos minutos después estaban de regreso en el coche. Era noche. Ana tendría solo el tiempo justo para llegar a casa, darse una ducha y tomar sus cosas para ir al hospital. 

—El otro día me encontré a la exprometida de tu abogado en la cafetería de Ana— comentó Ana mientras enviaba un mensaje a Morgan. Quería verla. Aunque fuera solo un momento.

—No es de extrañarse, después de todo Ana tiene su cafetería justo enfrente de donde ella trabaja— Comentó Gideon apretando el volante del auto. La ex prometida de Dorian seguía siendo un tema de irritación para Gideon.

—La vi muy cariñosa con un hombre demasiado mayor para ser su abuelo— Comentó Ana con una sonrisa burlona —Así que deja de pensar en ella, o en Jenna, esa mujer es solo su socia—

— ¿Qué me quieres decir Ana? —

—Quiero saber cuándo te mudarás a vivir en definitiva con tu amorcito— Gideon rodó los ojos.

— ¿Desde cuándo estas de su lado? Ustedes no pueden estar juntos en la misma habitación sin comenzar una guerra de palabras— Ella se encogió de hombros.

—Admito que hacer enojar a Dorian Donnart es entretenido— Ella volvió la atención a su móvil cuando recibió un mensaje de Morgan, asegurándole que no estaba molesta que comprendía cuál era su trabajo. —Pero también puedo ver que el hombre de verdad está enamorado de ti, jamás pensé que fueras tan inseguro—

—Hasta hace no más de unas semanas Dorian se acostaba con todas las mujeres que pasaban por enfrente de su cara, discúlpame si aún quiero ir despacio— Ana levantó la vista de su móvil.

— ¿Me estás diciendo que temes que Dorian te sea infiel? — Preguntó Ana con una ceja arqueada. Gideon apretó los dientes.

—Dorian es un hombre heterosexual, que sintió extrañamente atracción por mí. Ni siquiera le interesan otros hombres, lo he visto mirar los pechos de varias mujeres y créeme él mismo me afirmó hace mucho tiempo que el escote era lo primero que miraba en una mujer—

— ¡Oh, venga! — Ana se rio —Cualquier hombre casado o comprometido siempre le echan miraditas a otras personas, eso no quiere decir que vayan a ser infieles. Mirar no es ilegal— Ana lo hacía. Aunque en esas semanas no había tenido sexo con nadie. Estaba en su límite.

—Ya lo sé— Murmuró entre dientes.

— ¿Me vas a decir que tú no le ves el trasero a otros hombres? —

—Ese no es el punto…—

—No seas hipócrita— Ella le golpeó el hombro —Porque Dorian se fije en una mujer no quiere decir que te vaya a patear fuera de su vida, él te ama—

— ¿Ahora lo defiendes? — Ana arrugó la nariz. Tal vez era porque en esas semanas ella estaba un poco más relajada, era el efecto que Morgan tenía en ella.

—No— Ana se estremeció. —El día en que ese hombre y yo estemos de acuerdo en algo, se congelara en infierno. — Gideon rio —Yo lo único que digo, es que dejes de tener miedo y lánzate por todas, prácticamente vives en su casa, su hija te adora y seguro que Penny tomaría la decisión de correr a Dorian de su propia casa antes que a ti. Date la oportunidad de ser feliz con tu nueva familia— Gideon miró de reojo a Ana. Ella intentó no mostrarse nerviosa.

—Sé que tienes razón…—Gideon dudó —Es que, es solo un poco complicado—

—Tú lo complicas, simplemente tienes que decidirte saltar y jugarte el todo por el todo. ¿Qué puede salir mal? — Ella se decía esas mismas palabras todos los días frente al espejo, había decidido superar su pasado y pensar en un futuro, estaba cansada de la vida que había llevado hasta hace poco.

 

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Ana Carson llevaba aproximadamente ocho horas en cirugía. Si le preguntaban diría que no era su cirugía más larga. Pero por alguna razón esta cirugía en particular estaba teniendo cierta controversia entre sus compañeros. Algunos la creyeron capaz de hacerla, otros no. ¿Estaba realizando una cirugía que el noventa y nueve por ciento de los cirujanos se negaron a hacer solo por obtener fama? ¿Reconocimiento? ¿Por el paciente?

—Pinzas, por favor— Ordenó sin mirar a la enfermera. Podía ver las manos de su médico auxiliar. Pero no podía desviar la mirada de la microcirugía que estaba realizando. Ana podría asegurar que, si les preguntaban a los cirujanos porque razón se hicieron cirujanos. Todos siempre respondían a la misma respuesta. La euforia. La emoción. La exaltación que se siente el abrir a alguien y salvarle la vida. Pero Ana tenía una respuesta diferente a esas.

—Doctora, la respuesta eléctrica a estímulos, pierde amplitud—

—¿Está en derivación completa? — Preguntó el cirujano asistente. Y alguien del equipo respondió que sí.

—La arteria coronaria está sujeta a la arteria pulmonar no a la aorta— Señaló Ana al cirujano.

—Es una anomalía poco común— Por supuesto que era poco común. Por esa razón no cualquiera sabía repararlo, era una cirugía que estaba destinada a fracasar… Pero no mientras Ana estuviera a cargo. De repente el paciente comenzó a fibrilar.

—Doctora…—

—La hemorragia está detrás de la anastomosis de la arteria coronaria— Ana le dio la indicación al médico. El paciente estaba en crisis, pero tenían que concentrarse y olvidarse de los monitores por un segundo. —Tiene que hacer todo lo que yo le diga— Su maestro le dijo en una ocasión que los instrumentos médicos era importante. Pero en momentos como este, seguir tu instinto y actuar rápido era lo importante. A su alrededor podía existir un caos. Mucho ruido. Muchas personas. Pero cuando Ana operaba no existía nada alrededor de ella, salvo el corazón que estaba en sus manos en ese momento. La razón por la que Ana se había vuelto cirujano fue por la tranquilidad que le daba realizar una cirugía.

Y tranquilidad era lo que obtenía en un quirófano. Era el único lugar donde podía pensar, donde se podía concentrar. Donde era excelente, la mejor. Fuera del hospital… Ana Carson era un desastre.

Eran las cinco de la mañana y Ana no había podido dormir ni un poco. Pronto llegaría el cambio de turno y tendría que iniciar las rondas. Por lo tanto, ya no sería prudente ir a la sala de descanso. Decidió revisar los mensajes de su celular. Gideon había ido dos horas antes para recoger el medicamento prometido, fue algo divertido hacer el papel de ladrona. Si la descubrían seguramente la despedirían. Pero peor aún, ella corría el riesgo de perder su licencia médica por haber ayudado a Lobo fuera del hospital.

Revisando los estados de WhatsApp, vio una foto de una flor en el perfil de Morgan. Era una flor color morada que Ana había visto en algunas ocasiones. Pero no tenía la menor idea de cómo se llamaban, sonrió, había estado pensando en cómo era la mejor manera de pedirle disculpas al dejarla plantada. Así que sonriendo. Envió un mensaje a Morgan pidiéndole el nombre de la flor. No esperaba que ella le contestara en ese instante, pero Ana abrió los ojos cuando le apareció el claro letrero que decía. “ Morgan está escribiendo… ” ¿Qué hacía despierta a las 5 de la mañana?

 

“Comúnmente son llamadas campanas trompeteras, o trompeta de ángel, su nombre científico es:  Brugamsia aurea son originarias del sureste, Chile o Brasil, puede alcanzar 5 m de altura, crece muy rápido, 1½ metros por año, 2 m de ancho, huelen hermoso de noche ”

 

Ana sonrió. Le había pedido el nombre, no toda la reseña, con razón se había tardado tanto en escribir. ¿Sabía todo eso de memoria? Por supuesto que sí, no creía que hubiera buscado eso en sus libros, además ya se había dado cuenta de que ella a pesar de su timidez y su miopía era una chica lista.

 

“ Gracias por la explicación, pero ¿Qué haces despierta tan temprano? ”

 

Ana preguntó. No era que le gustaran mucho los mensajes de texto. Pero esto serviría un poco para distraerse. Morgan le contestó que el trabajo del invernadero comienza temprano. Al parecer eran una distribuidora de flores importante en el país, ella se encargaba de la atención, cuidado y producción de plantas. Mientras que otros más, se dedicaban a la distribución y entregas de mercancías y aunque su abuelo era el dueño, Morgan era una trabajadora más. No le gustaba tener tratos especiales. Ana la admiró por eso.

Siguieron conversando un poco más, hasta que llegó el momento de sus rondas. Antes de despedirse se le ocurrió la idea de invitarla a ir de compras con Keity y Alex dentro de dos días. Iain estaba por cumplir años y Keity había logrado convencer a su padre que le permitiera organizar una fiesta en su casa. Por supuesto que había sido difícil convencer al fiscal, pero Keity podría ser bastante persuasiva. De verdad quería que Morgan conociera a Alex y a Keity, eran cercanos a la edad de Morgan, al menos Alex, ya que Keity mucho menor que todo el grupo, pero era bastante madura para su edad. Morgan se quejaba de no tener amigos. Ana no tuvo amigos antes, y hacer esto por ella no la volvía buena persona. Pero sería agradable que Morgan se rodeara de buenas personas. Alex y Keity serian buenos para ella. Con esa resolución en mente, le dijo a Morgan cuando y a qué hora iría a recogerla y no le dio opción en el asunto. Morgan tenía que salir de su caparazón, y Ana morirá en el intento por lograrlo.

 

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