Dark

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CAPÍTULO 13

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CAPÍTULO 13

 

Ana abrió los ojos y gimió a causa del dolor, forzó a sus pulmones a llenarse de aire. Pero fue aún peor. Algo comprimía su pecho evitando que respirara con normalidad. Mirando a su alrededor se dio cuenta de que el coche estaba de cabeza. El tablero del auto la aprisionaba. Escuchaba sonidos a su alrededor. Gritos. Sonidos claxon. Olía a humo y gasolina. ¡Joder! Esto era malo. Muy malo. Analizó como se sentía, era antiproducente moverse demasiado. Podría tener fracturas internas, pero al menos podía mover su cuello y sus extremidades.

—¡Gid…! Gideon! — Susurró, buscando a su amigo. Su visión era borrosa y su cabeza palpitaba.

—¡Gideon! — Con una mano intentó empujar el tablero. Gritó de dolor al sentir como sus piernas comenzaban a sentir la circulación. Logró liberarse lo suficiente, para poder mirar a su alrededor. Gideon estaba medio suspendido entre el asiento y el techo, lo mantenía sujetó el cinturón de seguridad.

—¡Gideon! ¡Despierta! ¡No me hagas esto! — Volvió a llamarlo. Con esfuerzo logró alcanzar su mano e intentó buscar su pulso. << Por favor, por favor, que esté vivo >> Respiró aliviada cuando su amigo gimió.

—¡Abre los ojos Gideon! ¿Me escuchas? — Su amigo abrió los ojos, parpadeo un par de veces —No te muevas, la ayuda ya viene— Al menos eso esperaba. Escuchaba que afuera estaba desatado el infierno. Hasta disparos claramente escuchó muy cerca de ellos.

—No… No me puedo… Mover— Susurró su amigo, Ana lo sostuvo muy fuertemente de la mano.

—Estaremos bien, solo trata de respirar ¿Sí? — Gideon lo miró con ojos vidriosos.

—Era en serio lo de tu mal presentimiento— Gimió Gideon.

—Lo sé, lo sé— Dijo seriamente, La verdad es que no se imaginó casi ser asesinada. Ella cuando mucho aspiraba a tener un mal día en el trabajo, esto sobrepasaba su imaginación—Saldremos de esta— Gideon gimió.

—No siento… Las… Piernas— dijo cerrando los ojos —No… Siento nada—

—¡No Gideon! ¡No me hagas esto! ¡Mírame! — Tiró de su mano —¡Mírame maldita sea! ¡No te duermas! — Gideon hizo una mueca con ojos somnolientos.

—Solo tú… Te … Atreverías a … Gritarme en un… Momento… Así—

—¡Te mataré si te atreves a morirte! ¿Me escuchaste? Iré al infierno y te traeré de vuelta pataleando si es necesario— Su amigo rio, pero gimió de dolor por el esfuerzo.

—No siento las piernas— volvió a repetir cerrando los ojos, después los abrió y lo miró —No siento nada—

—Siente mi mano— Ana estaba tratando de no sentir pánico —¿La sientes? — Respiró de alivio cuando él apretó su mano, eso quería decir que no estaba paralizado. Desde ese ángulo no podía ver sus piernas para saber si estaban atrapadas o no y por eso no podía moverse. Esperaba que fuera eso y que no fuera un daño grave. —Saldremos de aquí pronto, vendrán ayudarnos— Al menos eso esperaba. Gideon asintió, comenzando a respirar con dificultad.

—Si… Alguien vendrá…— Ana se sentía mareada, toda la sangre estaba yendo a su cabeza y no podía respirar bien, pero no podía permitir que Gideon perdiera la conciencia.

—¡Quería poner celosa a Mina! — Dijo apresuradamente, Gideon la miró con su rostro lleno de dolor, pero en sus ojos reflejaba su sorpresa —Cometí un error al exponer de esa forma a Morgan…—

—Te gusta esa chica ¿No es así? — Aseguro él haciendo una mueca de dolor —¿Por qué dudas tanto? —

—Ella es demasiado inocente para mí— Él hizo una mueca, Ana sintió que apretaba fuertemente su mano, seguramente a causa del dolor.

—No pensé que fuera tan prejuiciosa, que tan malo puede ser… Quiero conocerla, creo que Alex la menciono el otro día—

—Ella es todo lo opuesto a mí, hasta parece injusto que yo la corrompa—

—¡Dios! ¿Te escuchas?… Hasta parece que te crees eso de que eres el diablo— Algo hizo que el coche se moviera, lo que causo que los asientos se presionaran más contra el tablero, Ana apretó los dientes para no gritar. —¡Hijo de puta! Esto duele— dijo Gideon.

—Solo aguanta, nos sacarán de aquí pronto, sigue hablando —Ana intentó espiar a través de las ventanas rotas. Pero no pareciera que la ayuda estuviera pronto con ellos. En lo personal no sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Y Gideon estaba peor que ella.

—El otro día… Dorian me propuso matrimonio— Dijo Gideon medio riendo, luego se interrumpió a causa del dolor. —Y creo que por culpa de la atmosfera… Del momento… acepté—Ana giró la cabeza hacia él.

—¿Por qué no me lo dijiste? Las bodas pueden ser divertidas…— Se interrumpió al ver la mirada de su amigo —Dime que seré tu padrino, prometo organizar una despedida de soltero apropiada—

—Me arrepentí de aceptar… Por eso no te di la noticia— Confesó Gideon jadeando. —Dorian se ha dado cuenta que estoy dudando. —

—¿No quieres casarte? — No era que Ana lo criticara por ello. La que menos deseaba entrar en la institución del matrimonio, era ella. Además, una boda no era más que mero papeleo. Pero no juzgaba a las personas que deseaban hacerlo.

—James está cubierto de mierda hasta el cuello. — Dijo Gideon apretando los dientes. —Esta situación no es casualidad ¿Crees que quiero arriesgar a Dorian y a Samantha? — Jadeo él —Creo que esto se complica a cada instante—Ana bufó, no era tonta, ya había considerado que esto estaba relacionado con James, sin duda.

—Vaya momento para confesiones—

—Mejor ahora… Que nunca— Susurró Gideon, Ana tiró más de su brazo.

—No Gideon… No te rindas… Saldremos de esta…—

—No creo…— Ana frustrada nuevamente comenzó a empujar el tablero, consiguió solamente moverse un par de centímetros, estaba desesperada, no podía perder a Gideon, sería como perder una parte de ella misma. Logró sacar la mitad de su cuerpo a pesar del cinturón de seguridad que estaba atascado en su cintura. No fue mucho, pero lo suficiente para llegar más cerca de Gideon. Alcanzó su rostro y con cuidado de no lastimar las heridas que tenía en la cara apartó su cabello.

—No nos rendiremos, no permitiré que te rindas—

—Estoy cansado…— Dijo cerrando los ojos.

—¡No! — Grito ella, tenía que pensar en algo…—Sigue hablando…— Su amigo hizo una mueca. Gideon tenía los ojos cerrados, pensó que se había desmayado, pero él gimió, y comenzó a murmurar.

—Cuando perdí a mi escuadrón… Me sentí culpable por haber sobrevivido— Ana recordaba la historia, aun después de varios años, era doloroso para Gideon. Por esa razón no realizaba trabajos de campo. —Pero ahora… Quiero vivir… Quiero…—

—¡Vamos a sobrevivir! — Ana insistió… tenía que mantener con vida a Gideon, de una manera o de otra.

—¿Están bien? ¿Me escuchan? — Sintió gran alivio cuando vio aparecer la cabeza de un hombre por una de las ventanillas.

—¡Aquí…! — Jamás había estado tan feliz de ver un policía en su vida —Gideon… Él está muy mal… Tienes que ayudarme a sacarlo— No podría estar tranquila hasta que no viera que se llevaban a Gideon, estaba comenzando a oler a gasolina, la cosa podría explotar en cualquier momento, el policía se arrastró un poco e intentó mover los asientos, Ana grito de dolor. —¡Saca primero a Gideon! —

—Te voy a sacar a ti—

—¡Nooo! Primero él—

—Tengo que moverte a ti primero, la puerta de tu amigo está atascada y no puedo entrar por el otro lado. Te moveré primero para tener espacio— Ana era una persona racional, sabía que tenía que actuar con lógica. Era buena manejándose bajo presión, pero no quería dejar a Gideon. El policía tomó la situación en sus manos. Moviéndose rápidamente sacó a Ana. Ella gimió ante el dolor que sintió en todo el cuerpo.

—Tranquila, estarás bien— Aseguró el hombre, pero Ana podía ver la preocupación en su cara.

—Por favor… Sálvalo— Ella no era de las que suplicaban, pero por su amigo lo haría. Solo entonces, después de haber dicho las palabras, permitió que la oscuridad la invadiera.

 

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